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« Previous Page Table of Contents Next Page »ingrato y sin honor que desprecia no solo a la mujer, sino a su hijo que nació. La gente dice: "no le di6 ni pa los aceites".
Siguiendo el cortejo, los aceites tienen numerosos usos:
Aceites para unciones.
Aceites preparados para baños medicinales. Aceites calentados para desinflamar.
Aceite "fino" mezclado con limón, apaciguador de lombrices.
Aceites de tres calidades, o mejor dicho los tres aceites, para los grandes y rebeldes empachos infanti– les, según los curanderos.
Acejte de castor, lo más drástico posible para un dolor agudo en el vientre.
Aceite de castor, mezclado con otras "merundan– gas" para un golpeado mortalmente.
Aceite, sobretodo fino para el violento dolor en el hígado, que si tiene piedras muy seguro las elimine. El atrevimiento del curandero, con este aceiti/lo revuel– to con una ú otra cosita más que él pone, es capaz de sacar las piedras.
y sigue la terapéutica oleosa, que sería aburrida enumerar. Esta terapéutica por lo general es abusiva, absurda y estúpida; en cambio científicamente aplicada trae grandes beneficios.
ACHAQU~S y ANTOJOS
Son pala:bras de nuestro diccionario y el vulgo a su modo sabe bien darle la definición cuando se refiere a la mujer que penetr6 en las aras de la maternidad; pe– ro dándote mas gravedad al significado, pues mientras los tratados de clínica obstétrica señalan a los achaques
y antojos como simples fen6menos simpáticos, debido a los cambios hormonales que se operan en la mujer al comienzo de la gestación, fenómenos que a veces se prolongan durante todo el curso gestativo, el folkloris– mo alimenta la creencia de que estos fenómenos, tamo bién los padecen no raras veces los futuros padres y aún cuando la madre no experimenta nada, el marido es el pato de la fiesta.
Esto no tiene base cientrfíca o fundamento y fa
que sucede realmente es una coincidencia, cualquier do–
lencia del consorte, sobretodo hepática o gastrointesti– nal acaecida en el mismo lapso de tiempo de los fenó' menos gravídicos de la compañera. Por otra parte, hay
hombres que son débilmente influenciados o sugestio– nados que se creen padecer de tales dolencias. Por eso incluyo en este trabaio estas castizas palabras acha– ques y antojos porque alrededor de ellas gira el barniz de la leyenda popular y para concluir, según ésta, los antojos hay que satisfacerlos lo más pronto posible, pues pasando el deseo, puede ser perjudicial tanto para la madre como para el niño. Es un abuso, la verdad es que hay que quedar bien con los deseos de la futura ma– dre. Cito el caso de un marido muy entusiasta y com– placiente que en pleno mes de marzo salió de la ciudad de Granada, hasta Chontales a conseguir "yoltamales" para satisfacer los antoios de 5(.1 muier. Era el primer fruto.
AGALLONES
Término castizo, pero no es término médico técnico. Se supone una cadena o rosario de "pelotitas" palpables (algunas veces) desde el dorso de las manos, hasta el dorso de los antebrazos y que furtivamente Hegan hasta las partes laterales del cuello. Los agallones son los que mantienen la dolencia de las glándulas según la idea vulgar, y ésta también cree que la palabra glándula, solamente se refiere a las amigdalas.
Se dice que estas pelotitas deben quebrantarse por el mismo paciente, fuertemente, con el pulgar de la ma– no derecha para el lado izquierdo y con el pulgar de la mano izquierda para el lado derecho. la yema de los pulgares deben "untarse" con la saliva misma, al des– pertarse, sin lavarse la boca, en ayunas, como dicen. Según se cree, en los brotes amigdalinas, apare– cen tales pelotitas o pequeños nódulos ganglionares en el terreno linfático del paciente.
AGUAS di
Agua. Agua natural.
Agua natural, pero conjurada. Agua del gran curandero. Agua de un santo milagroso.
Agua de la que solamente guardan los cofrades. Agua del "ojo de agua" sacada a media noche en
el úl~;mo día del menguo lunar. Agua revestida de un agregado oracional.
Agua del riachuelo extraída un dCa viernes a me–
dia noche.
Agua de la laguna, llevada al enfermo por una mu–
jer virgen.
Agua del mar, excelente para baños como preven-
tivo de la rabia.
Agua de "cocimientos" o cocimientos de agua. Agua medicinal para beber.
Agua medicinal aromatizada para baños. Agua chacha, la que no dió resultado. Agua de la tinaja, la que cura con solo la fe. Agua de machigüa, para los que se portan como
los chanchos.
Agua tisteada, para "babosear" al amante.
Agua de ... (genitales), para tener dominada a cier–
ta persona.
Agua bendita, para coniurar el embrujo.
Agua de miel de palo, para desinflamar el vientre,
el apéndice o cualquier órgano acatarrado. Agua llovida, baño del primer aguacero para estar
en salud todo el invierno.
Agua amarga (con quina) para las calenturas pe–
gadas que llegan hasta el cuadro kake y pa· ra calentar el vientre en las reciés alumbra– das.
Agua de florida, para los desmayados. La hacen
indispensáble en los entierros. Quien huele a agua florida, huele a entierro. Agua aromatizada para el convaleciente. Agua aromatizilda para la recién alumbrada. Agua para baños tibios, hervida con hojas para las
fiebres erurtivas.
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