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SOBIJOS

Sobijos, igual que sobadura. La importancia que se da el sobador en "hacer bien los sobi· jos" en la safadura o en la caro ne ¡ulda.

Los sobijos que hace la parte· ra en !a barriga de la mujer preña– da.

Los sobijos que hace deses· peradamente toda persona en el sitio doloroso de un enfermo que– rido (o se la hace, si puede, el propio enfermo), mientras llega el remedio o el doctor.

Los sobijos que se hacen con cierta "intención", manosear.

SOMBRA DE SOMBRA

SOMBRA DEL ZOPILOTE

Un huevo de sombra, es una postura de gallina sin

el concurso del gallo.

En nuestro folklore reza la siguiente leyenda: "En las horas más ardientes del día, un zopilote en raudo y bajo vuelo, con aspecto fantasmal y poseído del manzopomill (acción semental del zopilote), como un po– der metasomático¡ cubre con su sombra a una de las tan· tas gallinas del patio y le imprime un huevo que luego ha de poner. La gallina erizada de miedo y espaviento, emite un alarido. muy brusco y luego decadente, signo de horror muy propio en las aves de corral, igual efecto es provocado por el siniestro gavilán cuando se lanza en picada sobre los polluelos".

El huevo de sombra, es un huevo falso, unilateral, un óvulo femenino desarrollado y maduro al extremo, sin fecundación e imposibl~ de empollar.

Don Cástulo, un maestro retirado y que se las pica de sabelotodo, expresaba que el huevo de sombra re– presenta la protesta de la alta naturaleza sexual de la gallina por la ausencia del gallo en el patio y habiendo en élla una virtud de plétora y derroche de fecundidad, reclama el provecho de su consorte. Por esto, hay una frase cabal que dice: "eres más puta que las gallinas", refiriéndose a una mujer de vida liviana o licenciosa. Y la misma naturaleza se las ha arreglado, prodigándole al gallo una resistencia sexual inigualable, envidia para los sultanes que gobiernan los haremnes. Tal para cual. Pa– rece que don Cástulo tiene razón y la frase la expresó como Ull amargado sexual como le sucede a muchos maestros solterones o cotorrones.

La gallina tiene que mantener su género de vida, la propaganda estruendosa por un solo huevo, aunque sea un huevo de sombra.

El huevo de sombra a la ligera, no se nota diferen– cia, pero analizándolo bien, por fuera, su cáscara es un poco Bzulada¡ por dentro, la yema es igual, la dara es menos vizcosa y a la percepción del gusto y del olfato, es menos insípido, menos chicuiioso.

Lo que no sabemos si un huevo de sombra, pueda acontecer en todas las aves, inclusiva al mismo zopilote.

En la mujer, un embarazo de sombra, es un emba– razo áparente, un embarazo supuesto y si lo llegara "ha– ber" sin el concurso de varón, sería entonces dentro de las lenguas comadronas, un embarazo de sombra, fantas. ma o misterioso.

He aquí los casos que pueden suceder en una muo ¡er, según su esta lo civil y según su condición social:

PRIMER CASO:

Mujer soltera y virgen, sin ningún síntoma aparen.

te, cuando se dice de ella de que está en estado de bue– na esperanza y con prudente tacto o impertinencia llana, le hacen ver sus condiciones en que se encuentra, ella naturalmente protesta y niega con justa razón. la pro· testa puede ser humilde o vehemente, pero de todos mo– dos, la mujer está en manos de la osad fa pública, está en el círculo de las "cosas que se dicen", de las "cosas que se sospechan", está en lenguas de la calumnia o de la envidia; la les'lón está dada, como una ofensa a lá

virtud de una doncella que nunca ha pecado. Esto es más influyente en los pueblos y supersticiosos. Hay un refrán que dice, "pueblo pequeño, infierno grande". Es una verdad, un pueblo pequeño es sinónimo de chis· mograHa.

Aquí, en este caso no, cabe ni en broma la respues– ta de "solo de sombrll".

SEGUNDO CA$O:

Mujer soltera y virgell, con síntoma de embarazo aparente. En este caso, la mujer está en peor situación que en el caso anterior, porque muchas veces hasta los padres o familiares que se las dan de muy puritanos 6

impecables, son los primeros en recriminarla y correrla del hogar. Cito el caso C. G., una agraciada joven, la· mentándose por una situación tal y en tras cuernos palos, apaleada y corrida por su padre, siendo el blanco de in– sidiosas y escrutadoras miradas que la desesperaron. Pe· ro tuvo la idea de apelar a su confesor, además, se hizo acompañar de una tía paterna, quizás su único ángelguar. dián, al consultorio del médico de la familia, tres únicos testigos que ella necesitaba para darle una satisfacción nada mas que a sus padres. El sacerdote arregló la situa– ción con respecto a los padres de la sufrida joven, pa– ra ella lo mas importante, pero con respecto al público, "al que dirán", no fue posible, ya estaba tirada al viento al costal de plumas.

~a muchacha de este cuento, no era mas que una amenorreica con gran quiste del ovario.

En este segundo caso, pueden presentarse sínto· mas de gravidez, tales como el desarrollo del diámetro abdominal, desarrollo de las caderas, supresión de las reglas y fenómenos simpáticos (achaques y antojos). En algunos casos se h q observado además, desarrollo de los senos con secreción de calostro. Un fisiólogo en amena y pintoresca cátedra, expresaba que los ovarios se com– portaban como enemigos de las glándulas mamarias y

éstas como enemigas de aquellos, aunque la mujer sea virgen.

En el caso de una mujer soltera y virgen, sin nin– gún síntoma aparente y en el caso de una mujer soltera

y virgen con sfntomas de embarazo aparente" ambos,

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