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« Previous Page Table of Contents Next Page »ría en Jos representantes; pero no a materias constitucio– nales; y nunca, en ningún caso -no hay tratadista ca– paz de admitirlo- cuando se trata de violaciones de' los requisitos esenciales o normas en la formación misma del Tratado, como sería, por ejemplo, su falta de aprobación por el Poder legislativo. Podría ser válido un Tratado celebrado por el Poder Ejecutivo, aún depués del canje de ratificaciones, sin la aprobación del Congreso Nacio– nal? Cree alguien que bastada para su validez interna– cional que el Poder Ejecutivo le comunicare a la otra Na– ción su aceptación del Tratado? Este es el caso del Acuer– do de Cancillerías o Protocolo de Washington, que aún no considerándolo un verdadero Tratado, sino solamen– te como "negociación diplomática", de semejante magni– tud, debió ser aprobado PREVIAMENTE por el Congreso Nacional. Existen, sin duda, algunos hechos del Ejecutivo en sus relaciones internacionales que no alcanzan la ca– tegoría de Tratados ni de "negociación diplomática", que no necesitan aprobación del Legislativo; pero éstos no obligan al Estado, según lo tiene declarado nuestra Cor– te Suprema de Justicia. (Boletín Judicial 1953, Pág..... 16742).
Y el Protocolo de Washington de 1957 menos que haya podido derogar una Ley del Congreso ni levantar una Reserva de un Tratado aprobado por el Poder Le– gislativo.
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Hay que ir con mucho tiento y demasiada prudencia y cautela en este asunto El Gobierno de Nicaragua si– gue cometiendo errores.
Esa precipitación del telegrama del Presidente ase– gurando el cumplimiento estricto del fal!o de La Haya, esas entrevistas y complacencias y abrazos, esas actitudes para capitalizar en política con el fallo en contra de Nica– ragua, están dando pábulo a Honduras para lo que viene más adelante y que todavía estamos a punto de evitar. Me refiero a dos posibilidades futuras: l)-Que Honduras vaya a demandar de nuevo a Nicaragua por reparac!ones, según lo dejó sentado ante la Corte de La Haya. Claro es-
tá que esto no lo hal á de inmediato. Pero si nosotros no le cerramos a tiempo esta puerta, le queda abierta para el futvro. Los periódicos de Tegucigalpa están hablando de las explotaciones de Nicaragua en ese territorio y "EI Clonista" fija la astronómica cifra de doscientos cincuen· ta millones de dollares; y ya el Presidente de Honduras habló de una entrevista sable "el reclamo de indemniza– ción que a su debido tiempo hada Honduras contra Ni– caragua". y 2}-AI posesionarse Honduras del territorio que tiene actualmente Nicaragua bajo la potestad de su efectiva soberanía (la faja que abarca al Norte del Río Coco hasta Cruta) va a reconocer en sus derechos de do– minio de tierra a los nicaragüenses, que las hayan ad– quirido mediante concesiones o compras que emanan del Estado, es decir, de Nicaragua? Podría Honduras llegar
a reconocer esos títulos emanados de la soberanía de Ni– caragua? Hay una nota oficial del Canciller de Honduras pidiendo, me han dicho, la desócupación del territorio. Porque el Gobierno insiste en su política de ocultar al pueblo nicaragüense la verdad?
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Bien puede colegirse que el Gobierno de Nicaragua hará caso omiso de todos estos razonamientos; porque lo
denota ese comportamiento sumiso, bajo las apariencias de ser respetuoso cumplidor de los Organismos y man– datos internacionales. Pero esta actitud no es más que la consecuencia, bajo el imperio de la lógica de su postu– ra adoptada desde 1957. Este es el corolario ineludible de aquella premisa.
Como dije desde el comienzo: para poder entender el aspecto jurídico de este litigio es necesa'Ío saber los factores políticos que han jugado en esta cuest'ón. Una vez mas, como siempre, estaban contl apues'as las dos posiciones: lo que convenía a Nicaragua, ganar, no con– venía a la seguridad política del actual Gob:erno de Ni– caragua; lo que no convenía a Nicaragua, perder, con– venía a la estabilidad política del Gobierno de los her– manos Somoza.
FIN
IIJF
General de 19.-Boletín de Estadística N9 3 Dirección Estadística y Censos.
20.-La salud en las Américas y la Organización Pa– namericana de la Salud.
21.-Boletín de Estadística NI? 6 Dirección General de
Estadística y Censos, Rep. de Nicaragua . 22.-Censo General de población de la Rep. de Nica–
ragua, Mayo 1950. Volumen 17. 23.-lnforme BIRF, 1953.
24.-Boletín de Estadística N9 2 Dirección General de Estadística y Censos.
25.....,.Memoria Recaudación General de Aduanas, 1959. 26.-0p. Cit.
27.-Ccnso General de población de la Rep. de NIca– ragua, Volumen 17.
28. 29.-Datos no publicados Departamento Investi· gación económica Ministerio de Economía. 30. 31.-lnformes del BIRF sobre Nicaragua 1953. 32.-Ensayo histórico del Derecho Constitucional en Nicaragua. Dr. Emilio Alvarez Lejarza.
OBRAS CONSULTADAS POR EL DOCTOR EMILIO ALVAREZ MONTALVAN
i .-Boletín de estadística, NI? 7 Dirección General de Estadísticas y Censos.
2.-Boletín de estadística NI? 1 Dirección General de ]:stadísticas y Censos.
3.--,-Política alimentaria y nutricional, FAO - Roma . 1958.
4.-Censos general de población de la República de ; Nicaragua Mayo 1950. Volumen XVII. 5.-0p. Cit.
6.-Censo genel al de población de la Re? de N!ca– ragua Mayo 1950. Volumen 17. 7.-8.9. 10 11. 12. 13. 14. Op. Cit.
15.-Boletín de estadística N9 3 Dirección General de Estadí¿tica y Censos.
16.~Op. Cit.
17.--BoleHn de Estadística N9 7 Direcc:ón General de Estadística y Censos, Nicaragua.
13:-·Defunciones, y causas de muerte 1959. Ministe–
I io de Salubridad, Dirección General, Rep. de Ni– caragua.
-22-
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