Page 42 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

cionando a su partido. Después, cuando se discutían las bases para arreglar la paz, Ortiz estu–

vo agresivo y grosero contra sus amigos de la víspera. Así son todos los traidores.

Ahora que esos dos personajes duermen el sueño eterno, no arrojemos lodo sobre sus me–

morias, y digamos can el Padre Co/oma: ¡Paz a los muertos! ¡Paz a los muertos!

Cuando llegamos a Granada, la ciudad era presa de gran pánico. Pocos ciudadanos quedaban habitando sus casas. Unos habían huído con sus famílías a las isletas y a las fincas vecinas, y otros habían ido a buscar amparo a las casas de los Cónsules extranjeros. De mo– mento a ,momento corrían noticias a cual más alarmantes, y todas eran creídas, por absurdas que parecieran.

En medio de aqu~lIa tribulación géneral, se dlzó noble y valiente la figura de don Luis Argüello, Alcalde entonte~ de la que con justo título se llamó la Sultana del Gran Lago. Su

ánimo no decayó un momento. Por todas partes se le veía levantando los ánimos abatidos y pre– parando la ciudad para una defensa eficaz. Son muy dignas de recuerdo sus voces de aliento dirigidas al Señor Presidente cuando nos hallábamos en Masaya. Uno de sus telegrama concluia, más o menos, con estas, palabras:

"Aun no hemqs sido vencidos. Queda Granada intacta, que sabrá defenderse y vencer co– mo lo ha hecho siempre:'.

La Mayoría General se instaló en una de las piezas del primer piso de la casa del Gral. don Eduardo Mentiel. Fue llamado como colaborador don J. Trinidad Cajina; y él y yo empren– dimos el trabajo que se nos confió, dedicárido/e todo nuestro tiempo, por lo cual no pude ente– rarme de la marcha d~/" Gobierno. Voy a referir únicamente aquel/os sucesos que por su mag– nitud fueron conocidos ele todos los granadinos.

Lo primero que saltaba a la vista era el propósito de nuestros Jefes de no continuar la guerra. No se formulaba ningún plan de campaña, pero ni siquiera se tomaban medidas para de· fender a Granada de 1,In ,ataque que se esperaba de un momento a otro. La turba de solda– dos iba llegando y t;Jcuartelándose sin orden ni concierto. Nadie los disciplinaba y adiestraba en el l11.anejo de las amias. Muchos. abandonaron sus rifles y no pocos se escondieron y presenta–

ron después, cuando se hubo arreglado la paz, para reclamar su pago.

Si se hubiera querido continuar la guerra, sobraba como hacerlo. Se disponía de toda clase de elementos de guerra en especial de un::z flamante artillería bien apertrechada, y de dos mil quinientos hombres ,que podían disciplinarse con facilidaa. Compárese eso situación con la de don Fruto Chamarra después de la derrota del Pozo. Don Fr(Jto no contó para defender a

Granado más qu~ con su valor y su genio y con unos doscientos hombres que se alistaron apre– suradamente, y don Frutó habríá salido triunfante de aquel/a luéha, si la muerte no lo hubie– ra arrebatadó en el momento de coronor la victoria.

El 30 de j~{jo el Señor Presidente convocó a varios ciudadanos a una de las habitaciones

de la caso de don Agu;.tfn Pasos, donde nos reunimos en las primeras horas de la noche.

Entre las perso'rfiOs que concurrieron conviene hacer espedal mención de don Vicente Cuadra, ex Presidente de la República, anciano venerable l/eno de merecimientos, y uno de (os personajes más notab(es de aquel/a época por su gran talento y su recto y cidro juicio; el Gral. don Agustín Avilés, el Jefe que dirigió la infausta jornada de La Cuesta; don José Do(ores Ro– dríguez, Ministro de Gobernación del Gobierno de Zavala; y el Dr. don Agustín Posos.

Cuando todos hubimos tomado nuestros asientos, el Señor Presidente, después de to–

mar e( suyo frente a un escritorio, teniendo a sus lados al Dr. Pasos y al Ministro Rodríguez, nos informó que de conformidad con los deseos dé la sociedad de Granada había mandado una comisión a Managua con poderes amplios del Gobierno para discutir con los Jefes de la Revolu– ción las bases de un tratado de paz; que los comisionados, Dr. Pasos y el Ministro Rodríguez, arreglaron unas bases, las cuales deseaba el Gobierno que las conociéramos para que le diéra– mos nuestra opinión. Las bases eran las siguientes:

Paz y amistad perpetua; olvido recíproco de la disencíones; amplias e incondicionales ga– rantías; la convocatoria de una Asamblea Constituyente el 75 de Septiembre para reformar (a

Constitución y otros objetos que se indicaban; fa designación del número de Diputados que de– bía elegir cada departamento; el compromiso de qlJe la elección se hiciera por medio del sufra– gio directo; el licenciamiento de las tropas de ambos befigerantes, hecho en sus cuarteles; el re– conocimiento de los grados militares y el de las deudas en la forma que habian sido contraídas;

y por tÍltimo la reorganiación de (os Tribunales de Justicia ocho días después de firmado el tra– tado.

Concluída lo lectura, el Dr. Pasos nos informó de (a monera fina y hasta afectuosa con que fueron recibidos y aun festejados por los Sres. Zelaya, Baca y Gámez, y de lo agresivo que estuvo Ortiz durante las discusiones, quien una véz se levantó haciendo chasquear su espadita,

y diciendo: "Dejemos de discusiones y resolvamos nuestros asuntos en el campo de batal/a", lo

cual fue visto con nptable desagrado por sus otros colegas. Así mismo nos infarmó de otros ac· tos de hostilidad de( Gral. Ortiz.

-30-

Page 42 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »