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en fal sÍfuación crítica divisé a don Ado1f( Díaz que iba sobre la acera hacía ]a .Cornan dancia de Armas. Le dí alcance y acerqué In

bestia donde él iba y le pregunté como veía é

la situación después de la pérdida de El Bluf! y qué pensaba hacer él. "Seguir como esiába mos anies", me coniesió. Yo ví a Adolfo rnu' iranquilo, iranquilidad que, como he dicho aY' ies, yo no dísfntiaba, pero después de esa 1i

, gera conversación con él, iomé más c:ontianz¡ en la siiuación.

Un poco más adelanie divisé a un gruF" de gente que estaba escuchando a un orado de la raza criolla, basiante jO'Ten, que estabi diciendo a su auditorio que la pérdida de E

Bluff no significaba nada, que lo que Se neCE , "Haba era tener fe en el triunfo df? la Revoh ción, y continuó: "La fe de los marinos nt!1. fraqos que en una ocasión, viéndose en lTtedi océano en el que esiaban ya casi muerTOS el

sed, vieron a la distancia un barco. Entonc( ellos, con señales, de que se sirven los rnadnc para comunicarse, le pidieron agua al 1:>",,(;

Y los del barco les contesiaron: "Metan el c\ bo al agua", y ellos, creyendo que nó les he bian entendido, repitieron el pedimenio un

y ofra vez, y la contestación fue si.empre ] misma: "Metan el cubo al agua" y pOlo fi

ellos, dudandO, metieron el cubo al agua, cual no seria su' sorpresa al encon±r(ir qt aquella agua erEl dulce. No sabían ellos qt: estaban en el estuario del Amazonas que en±! corno doscientas millas en el mar sih confUl dir sus aguas". Esa era la fe que el orador P'

día a su auditorio. Aplaudí al joven orador

General PAULINO GODOY seguí rni camino a las trincheras.

Feli~mente, t;ll aiaque por Herra a las d Quiso, sin embargo, el azar de la guerra fensas de Bluefields no se hizo esperar, y s que en esia ocasión aquello que nos pareció iíempo alguno para poner sobre aviso al ejé que estaba muy bien asegurado fue lo primero cito defensor, ya' se estaba cornbaiiendo, que perdirnos. cuallevanió la moral de todos.

Resultó que una mañana nos comunica- El Bluff esiaba defendido principalmen ron que el enemigo, con el dociar Julián Irías por las fUerzas del General Fernando Elizond a la cabeza, había perforado la posición de El y a éste le correspondía, precisamente, m Torfuguero, que es un banco de arena corno que a ningún otro jefe la defensa de ese lug de 60 varas de ancho, por el que penefraron a clave llamado El Toriuguero, y fue el decir ( El Bluff y que esa posición esiaba ya ocupada las gentes por aquel entonces que le faltó vi~

por las fuerzas enemigas que habían llegado lancia por lo que las fuerzas enemigas, en por un barco al mando del Dodor y General mayor parte, burl¡:¡ron a los centinelas ence Irías. gados de ella, pasando, metidos en el agt:

Por oiro lado, nos llegaba también la no- más allá de donde esiaban las trincheras I=

ticia de que el enenúgo, por tierra, estaba ya ra después atacarlo por ambos flancos y E

al frente y que seguramenie nos aiacaría de derrotarlo fácilmente.

un momenfo a oiro. La defensa de Bluefields, corno he did

El encargado de las fuerzas de Bluefields estaba a mi cargo y yo tenía bajo mi mande y de su defensa, así como la de El Bluff, era yo. algunos jefes militares entre los que contal:: Y debo confesar que me sen:tí algo anonadado principalmenfe, a los Generales Tomás Mas cuando tuve la noticia de la pérdida de El José Manuel Dur6n y Luis Correa. Durón es Bluff, pues me pareció que fal suceso iba a des- ba hecho cargo de una falda de montaña b¡ moralizar a las tropas que defendían Blue- tante exiensa que va a morir a la Laguna fields cuando éstas supieron 10 que había oou- la parie sur de Bluefields, frente al Falso Bh rrido, eslo es, la pérdida de aquella importan- Masís estaba a la defensa de oira altura q fe posición. queda propiamente deirás de Bluefields Un día en que andaba reCQrriendo la frente a los poirerós de don Agustín Bolar ciudad y pensando laque deberíamos hacer Garay, y hacia el lado de Old Bank le corr

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