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LA DlNASTIA DE LOS SOMOlA, IBEROAMERICA

y LA REVOLUCION SOCIAL CRISTIANA

CUADRO INFORMATIVO DE LA VIDA POLlTlCA NICARAGUENSE PARA EL PRIMER CONGRESO DEMOCRATA CRISTIANO DE LA ZONA DEL CARIBE

REIN1lLno ANTONIO TEFEt

Creemos innecesario adveriir que las ideas expuestas por el Sr. Lic. don Reinaldo Antonio Téfel en la sin duda interesante conferencia que publicamos a continuación, no son en general las de REVISTA CON· SERVADORA ni su manera de entender el Conservatismo es la manera en que nosotros lo entendemos. Tam– poco es la manera tradicional ni la corriente en que hasta ahora se ha entendido el Conservatismo dentro del Partido Conservador. Por lo demás, el mismo Presidente de la Junta Directiva del Partido Social Cris· fiano en Nicaragua, Dr. Eduardo Rivas Gasteazoro ha declarado en reciente entrevista no estar conforme con la actitud conservatizante del Lic. Téfel Velez. Por consiguiente deben airearse las ideas polémicas ex– puestas por éste último, ya que sin duda plantean problemas de candente actualidad, y para hacerlo ofre– cemos las páginas de REVISTA CONSERVADORA a nuestros colaboradores.

LA DIRECCION

I

LA DINASTIA SOMOZA y LOS ESTADOS UNIDOS

Nicaragua tiene casi 30 años de ester regida por une Dinastre Dictatorial El fundador de ella, Grel Anes– tesio Somoza García, escendió al Poder como Jefe de un ejército de ocupación, organizado por los Marinos de los Estados Unidos Hasta después de dar el golpe a su tía, el entonces Presidente de la República, Dr Juan Bau– tista Sacasa, se desligó aparentemente la Guardia Na· cional del Ejército de los Estados Unidos, por medio de una Orden del Jefe Director que declaraba no depender más de aquella institución El Gral Somoza había sido nombredo Jefe Director de la Guerdia Nacionel, be;o la autoridad inmediata del Gobernador Militer de la Zona del Caribe con sede en Penamá, por le acupación Norte– Americana. Por lo tanto fue como soldado yanki que derrocó al Presidente Constitucional y con el beneplácito del Gobierno Norteamericano, hasta poco antes fuerza extranjera ocupante de nuestro territorio Nacional De esa manera el antiguo interventor sancionaba la muerte trágica del héroe nacional, César Augusto Sandino (1)

Desde entonces la Dinastía Somoza ha gobernado con el apoyo del Gobierno de los Estados Unidos Y la Guardia Nacional ha funcionedo con le mentalidad y con los métodos de un ejército de ocupación, bajo le direc– ción técnica de una Misión Norte Americana, con el agravante de que los Somozas la han convertido en un partido armado al servicio de sus intereses Tenemos que reconocer sí que se va formando una nueva oficiali– dad profesional, que en gran parte sale a educarse e peí. ses democráticos, con un sentido de servicio e la Patrie, que en diferentes ocasiones ha re~pondido parcialmente al llamado del pueblo, participando algunos de ellos en intentonas liberadoras.

Esas releciones entre la Dinastía Dictatoriel por un ledo, y el Depaltemento de Estado y el Pentágono de los Estados Unidos, por el otro, ha provocado como reac· ción natural un fuerte resentimiento popular, una po– derosa corriente necionalista y un dime propicio al ca· munismo que se presenta al pueblo como el abendera– do del anti-imperialismo yanki Le reciente fracasada in· vasión a Cuba, que partió de Puerto Cabezas, Nicaragua, con la estrecha colaboración de los Gobierno¡ de los So· mozas y de los Estados Unidos, ha ahonda!Jo más Jos sentimientos anti-yankistas del pueblo Nicaregüense, so– bre todo después que las promesas de Kennedy hebían despertado simpalfes en nuestro pueblo Habíamos lIe– gedo a creer que Kennedy era la última esperanza La última carte Le últime oportunided de los Estados Uni– dos y quizás del "mundo libre y cristiano" que lamenta– blemente en algunos peíses nada tiene de libre, y que en muchos sólo el nombre les queda de cristiano Nos parecíe que Kennedy había iniciado une revoluci6n den– tro de Estados Unidos, y que estaba tratando de romper un cerco centenario de Senadores y Generales imp!lrie– listas, amigos de los dictadores Hispanoamericenos las "Nuevas Fronteras" heste nos habíen hecho olvider mo– mentáneamente, el patrullaje de la armada yanki, con

eutorizeción de desembercar marinos, solicitada por los Somozas y concedida inmediatamente por Eisenhower, para luchar contre un puñado de j6venes niceragüenses que se leventaron en ermas, con el respaldo del pueblo, en las ciudades tierra muy adentro de Jjnotepe y Di– riamba Sin embergo las "Nuevas Fronteras" sólo se ha– bían reflejedo todavía con la remoción del embajador Whelan, el lío protector de los Somozas Pero respecto