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donos una productividad del 35% como promedio nacio· nal. Es fácil ver que esta es una cifra absurda para nues.. tra potencialidad, y nos presenta un amplio campo al me.. nos en que concentrar nuestros esfuerzos de me¡ora– miento.

Olro punto importante dentro de esta misma linea de análisis es la ,ineficiencia de los [potreros. Atendiendo debidamente este aspecto, fácilmente se podría conseguir un aumento hasta del 50% en la productividad ganadera. Sin tratar de igualar al ganado criono con las razas in.. dias o europeas, quiero decir, que esa baja productivi– dad con que nosotros lo conocemos, se debe en gran par– te él la mala alimentación que recibe y a la completa fal· fa de selección desde su introducción hasta hoy. Y aquí venimos a dar con un aspecto .sumamente fundamental en el desarrollo ganadero, que en Nicaragua ha sido total .. mente ignorado, tanto por los ganaderos como por los planif.icadores del desarrollo ,pecuario.

Este aspecto de que hablo es el de mantenimiento de "records" de productividad. Los "records" son la ba– se y única gura segura de toda selección. Sólo llevándo– los exactos y sabiéndolos analizar se puede llegar a ob· tener la eficiencia que necesitamos en las explotaciones ganaderas. Si en nuestras lecherías supieran, por ejem– plo, que un ternero a los seis o siete meses cuesta, en leche que ha recibido, probablemente más que lo que se pueCle obtener por él vendiéndolo a los dos o tres años de edad, no vacilarían en matar ese ternero.

Sin embargo, para entender y poder llevar a cabo to– do esto, necesitamos, entre otras cosas, una ,planificación adecuada. Dentro de esta planificación, tendría necesa· riamente que pensarse en la división de lo que podríamOl llamar la Industria Lechera y la Industria de Carne. No me corresponde, -y mucho menos en este ar· tículo- dar detalles o normas para esa planificación. Mas sí creo que nos corresponde a todos señalar las po– tencialidades económicas de nuestras fuentes de rique– zas y bienestar. V, aunque de una manera un paco in· coherente talvez, y muy somera, se puede ver en este artículo el panorama que Ipresenta la ganadería en Nica· ragua y sus enormes posibilidades en el futuro.

Si todos los aspectos de la ganadería que aquí he· mos señalado o vislumbrado, y aun otros que no apa .. recen del todo, han ocupado la mente de nuestros gana· deros desde hace mucho tiempo atrás, cómo es posible, entonces que estemos treinta años rezagados como afir.. maba el experto ganadero que mencioné antes, y con quien estoy en completo acuerdo.

Cómo podemos explicar que Costa Rica tenga actual .. mente una mayor eficiencia de ,productividad que la nueS

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tra, cuando no era así hace 20 años?

Ahora que la política ganadera estatal parece estar cambiando, debemos nosotros, los ganaderos, tomar una nUOva actitud para llevar a Nicaragua al máximo de su potencialidad ganadera.

EL ABIGEATO ADAN SEQUEIRA ARELLANO

La ganadería no podrá plo$perar en Nicaragua mien– tras no se controle de algún modo el abigeato -crimen que se ha convert.ido en el azote principal de los finque– ros-

Hay leyes de sobra, pero no se cumplen. En todos los municipios de Nicaragua hay un funcionario llamado Fiel de Rastro

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encargado de vigilar el destac~ de gana– do, cuya función comprende no solamente ver que se paguen los impuestos fiscales y locales y, donde no hay veterinario, cuidar que los animales a destazar estén sa– nos, sino verificar que el animal que se va a sacrificar corresponda a la car·ta de venta en fierros, color, tama· ño, sexo y señales, cerciorándose que el desta::r:ador es dueño legítimo del animal. Con alguna frecuencia este funcionar.io es corrompido y en las poblaciones pobre!:i

I acibe un sueldo sencillamente ridículo.

La carta de venta extendida en conformidad con la ley, que com,pruebe el origen legítimo-del animal, des– de el dueño del fierro criollo hasta el destazador, es re– quisito indispensable para que el Alcalde autorice el des– tace.

Pero nada esto se cumple. En algunas poblaciones por ignorancia de las leyes o por complacencia con los amigos y en otros por complicidad de las autoridades. Hay una ley de abigeato, algo oscura y deficiente, que sin embargo, bastaría para regular eficientemente la compra y venta legítima de ganado con exclusión del trá.. fico. Pero en su cumplimiento ni los mismos ganaderos se interesan.

Así vemos que el l.dr6n de ganado vende tranqui– lamente el fruto de su crimen por precio muy rebajado a algún destazador inescrupuloso que señcillamente marca con su fierro el animal y lo sacrifica en el rastro público con autorización del Alcalde como si fuera IU dueño genuino.

Como ya se ha hecho hábito infringir estas leyes, las autoridades locales y los mismos ganaderos, se resisti· rán a cumplirlas; pero es indi~pensable hacerlo como con.. dici6n para la prosperidad de la ganadería. La Asocia– ción de Ganaderos es la llamada a tomar la iniciativa en esta materia Ipara asegurar al empresario el fruto de sus afanes.

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