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del iemplo de Son Francisco reposen los restos de e ,os humildes y caritativos hermanos de Son Francisco llegados de lo Madre Patrio, y aun de los nacidos en lo ciudad y cuyo primordial anhelo consistió siempre en predicar la caridad llevando el consuelo al desva'ido, y al mismo tiempo, dedicarse a enseñar la religión cristiana e infundir lo fe de Cristo o los iridios Xultevonos?

Nada sabemos tampoco de la obra evangélica y misionera realizada por esos frailes mínimos que ahí vivieron o fallecieron Todo lo ha cubierto una es je.50 capa de polvo ni sabemos tampoco cuántos ni quiénes fueron los que habitaron aquellos celdas del único edificio conventual que todovio existe en Gra– nado

Sólo quedo su imponente f6brico, como reliquia histórico de aquello edad pretéritd, pleno de trá–

9 ieos sucesos

Este edificio ha resistido incendios, saqueos y ataques militares, pero todavía se mantiehe erecto, aunque reformada su primitiva estructura

Por el Convento de San Francisco de Granada pasaron hace siglos! Motolinia, Las Casas, Pedro Alonso de Betonzos, Pedro Ortiz, y otros frailes, que fueron figuras excelsas de lo primera época colonial, y hoy finalmente, ya vo corrido un siglo, el edificio, destinado a casa de. enseñanza, y las últimas generacio– nes, cultivaron allí su inteligencia, y continúa todavía hoy, dedicado al mismo objetivo

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La Ennita de (1

GuadaZupe [~

termina en lo costo del Lago

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5TE edificio, por su. estructura y su tamaño, ..,. . más bien ermita que iglesia, se le conoce en lo ciudad comO iglesia

La Ermita está situada en un precioso pa– ruje del extremo Oriental de la ciudad, frente a la an– cho caile de Guadolupe, Id cual ndciendo en la Plazo Principal

Pertenece a la época colonial primitiva, y se– gún sábemos, fue el tercer edificio religioso, mandado a levantar por Fray Benito Valtodano o Baltodano¡ co– mo lo escriben varios historiadores, enft e los años de 1624 y 1629

Su arquitectura es humilde, y su construcción sólida, y su estllo, romántico-español, bien caracte– rizado Consta de una sola nave, y su fachada, sobria también como toda la fábrica, mira hacia el Oriente La rodea, por tres lados, un otrlo amplio y enladr illodo Eh su old derecho, frente a lo calle de Guodolupe, hay una construcción adosada a Jo iglesia, especie de te jadillo cubriendo un pequeño corredor, con puerto!? po– ro dar salida a la sacristia, y ollado norte, sobre una armazón dEi madera, se levanta el campanario A es– te mi;mo lado hay también en el atrio, frente al campo abielto, un pozo de agua potable

La Ermita se yergue sobre una pequeña em inencia y no obsiante la sobriedad y senciliez de sus lí–

neas Cllquitectónicds, la perspectiva del edificio es pintoiesca TIene, al fondo, espesa arboleda y la sombra verde oscuro de Gsta hace juego con el color rojizo de su techado cuando la bañan los rayos del sol La po– licromía de matices forma así un bello cuadro natUlal, tanto por las humildes líneas del edificio como por el follaje de los árboles que lo rodean por dos lodos

Este edifiCio humilde

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retirado del centro de la ciudad, estó, como hemos visto en las páginas an– ter iores¡ pOI su antigüédad y las furiosas tempestades que han azotado a Granada en sus años trágicos, ínti– mamente ligada a la vida de la misma

Todavía en ¡ 890, ébnservobo en sus muros yen el coro, huellos de los terribles combates librados c18ntro de ella, treinta años antes para sacar al filibustero Henningson, quien se refugió en Id Ermita des– pués de habel incehdicidb Gremada, y dEintro de sus sólidos muros resistió, por más de treinta días los asaltos auclcices y constantes de los patriotas

El cuadro que presentaba la Ermita al ser recuperada, según las versiones corrientes de aquellos días, fué de aspecto horrible y macabro La heroica lucho por Sacar o los filibusteros de aquello fortaleza, r8vistió los caracteres de una epopeya, cuyo imborrable recuerdo se conservo en la ciudad como una de las

má~ tristes horas de su trágica historia

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