Page 107 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

pondió, en 1929, sancionar, elevando a la cate– oría de Convenio entre Estados Unidos y nues– r,.o pals, lo señalado en el Pacto del Espino Ne-ro en el año 1927.

9 Los cuatro años de la AdlYlinistración

Moncada se consumieron enire la preocupa–

ción 'de las guerrillas sandinistas, constante– mente alimentadas desde México con armas y

una intensa propaganda confinental de lntn– gas de parte del General Mancada para que–

darse cuairo años más en el Poder

En 1932, el viejo elemento sacasista de la Gran Convención del Partido Liberal, no sólo mató las ambiciones políticas del General Moncada sino que nominó Candidato a la Pre– sidencia de la República al Doefor Juan Bau– tista Sacasa, bien conocido Jefe de Sandino, moral y materialmente endeudado con el Go– bierno de México, abiertamente anti-yankista, entusiasta:mente trotskista.

Fue pues al Doctor Juan Bautista Sacasa

a quien correspondió recibir, al asumir la Pre–

sidencia el 1" de Enero de 1933, de manos nor– teamericanas, la Guardia Nacional de Nicara– gua para su legal incorIJoración co,:,o ir;stitu– to' permanente, en la vlda y constJtuclOn de la república.

y ya se ha visto cual fué la aefitud del Doctor Sacasa al recibir el Poder Público de Nicaragua: Reincorporar a Augusto C. Sandi– no, iJn individuo fuera de la ley, a la vida ciu–

dadana del país, sin ninguna consideración

al dolor que aquel causara, a la miseria y de– solación de los campos segovianos, a las lá– grimas y heridas de la Patria.

Si para los nicaragüenses honrados y conscierites los aefos de su Presidente tuvie– ron significado, ¿cuál debió ser el significado

de esos tnismos actos para el Departamento de

Estado norteamericano?

Al entender del que escribe y para el de muchos otros, de muy distinta nacionalidad, up.a sólo: Que, por mucho que pareciera haber concluido la "irifluencia" de los Estados Uni– dos en Nicaragua, donde siempre fué y es in– discutiblemente absoluta, no iba realmente a

ceder Inés CBlTl.pO a la expansión roja mexica– na, cuando, precisamente, uno de los princi–

pales objetivos de la intervención en Nicara– gua, f\le detener tal expansión.

El Departamento de Estado norteamerica–

no 'nunca se cruzó de brazos; no podía dejar– Se derrotar vergonzosamente en una Herra

que, por lustros, políticamente, había pertene–

cido, debía perienecer a su "zona de in-fluencia". ;

Como bien se puede ver automáticamen–

fe, la Guardia Nacional conviértese, por fuerza

de las circunstancias, en instrumento de la in– tervención, pues mientras ésta deja que el Doctor Sacasa reciba la Presidencia, su Certi– ficado y Banda simbólica de mando, por otro lado, con fino tacto político y ulterior interés, Se reservaba el absoluto control de las fuerzas annadas, todo de acuerdo con el "Convenio de la Guardia" entre Estados Unidos y Nicaragua,

ya legalmente ratificado por ambas parteR con!ratantes.

El Presidente Sacasa, dispuesI0 a reslar fuerza política a la influencia yanki, en acli– lud amenazante coloca frente a las disciplinac das y eficientes tropas de la Guardia Nacional

a las bandas, ensoberbecidas y criminales, en–

tonces ya bien armadas, de Sandino.

En su calidad de Comandante General, el Doctor Sacasa expide órdenes directas, sal– tando los moldes disciplinarios, a los Coman– dantes Departamentales de la Guardia, lla– mándolos Jefes de Resguardo. Apretuja las filas de "esos Resguardos" en sitios determi–

nados, no pennitiendo que sus operaciones al–

cancen hasta donde Sandino ejerce absoluto dominio, militar y civil. No es ya más permi–

tido, por ninguna raz'é'n, según sus 6rdenes,

llegar a iener siquiera una mala mirada para el General Sandino o cualquiera de sus segui–

dores. Por razoneS de orden económico, ale– ga, no paga, con el cum.plimienio de siempre,

los sueldos del Ejército verdadero garante de la paz, pero sí eroga fuertes sumas para el mantenimiento, operación y avituallamiento

de las fuerzas expedicionarias sandinistas,

"respaldo moral de su Gobierno".

El Presidente de los nicaragüenses con–

cede a Sandino un enOrIne lerritorio patrio

para operaciones, desde San Rafael del Norte, en Jinotega, hasta más allá de las montañas de Wiwilí, y hace posible, y ordena, yeso se cumple al pie de la letra, como una demostra–

ción más de su tnando supretno, que la Guar–

dia Nacional le sirva de custodia a Sandino

y sus hombres, que les sirva de "niñera" a quienes no podían andar sólos en los muchos viajes de "turismo" que efectuaban montaña

adentro o a poblados donde, los "patriolas"

eran vistos con tanto cariño que temían ser

afixiados por el calor amistoso de sus "ami– gos" que tanto los admiraban. A la Guardia Nacional le fue absolutamente prohibido el patrullar en siete leguas a la redonda del lu– gar donde se hallase cualquier "colonia de

agricultores" sandinistas.

Para mostrar hasta qué extremos llegó la Guardia Nacional por mantener su disciplina,

deseo narrar la siguiente anécdota:

Se había recibido, en el Cuartel General del Area Norte, Ccotal, y, como era de rigor, también hecho del conocimiento de todos los puestos de la Guardia de Nueva Segovia, un mensaje telegráfico, suscrito por el Presidente

Sacasa, en el que se ordenaba, so pena de Con–

sejo de Guerra, no tildar más de "baridoleros" a los hombres de Sandino.

Pues bien, en los últimas días de febrero de 1933, al revisar en mi escritorio militar el "Infonne Diario de Novedades de la Mañana",

me encontré con uno que se hizo famoso, sus–

crito por el Subteniente Luis Emilio Gutiérrez (q.e.p.d.), desde un puesto de observación de Estelí. Aquel informe, entre otras cosas, de– cía: "Información de buena fuente me indica que el "General Expedicionario Don Pedro Al–

tamirano", con cuarenta "alistados" se nlovi-

-37-

Page 107 - lista_historica_magistrados

This is a SEO version of lista_historica_magistrados. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »