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L siguiente sdl toda la concierlería estaba clara; pero dudosa, de que Gabino Zamora era el único jinete de la campistada de L~ Trinidad que usaba entre ellos colemico, pre– sea deseadf~irna que obsequia El G.o-

hldo a sus amigos y que iodos -los amansa.do– reS anhelanppselilr

¡ la albardeada que el día anlerior le había pega,do a La Sapa. era la prúeb ?: incon±rover±ibl~ que llev:ó. al conven– cinlÍenfo de que se _valla de tal, vrrtud demo– níaca para que no lo sopapearan los -brutos que le tocaba amansar.

La Sapa era una :qella mula negra de sie~_

fe cuadas de altura -y ya había cumplido los cinco años de edad y ningún campista s_e _ha– bía resuelto a montarla por su desmedido famaiío Y por lo perra que era cuando la pe– gaban al bramadero.'

EI- día que Gabino resolvió :montarla hizo que la pusieran a cabrestearse y al siguiente amanecer que cayó en do:mingo convidó a los meseros, para que le a:madrinaran la :mu– laza en el bajo de La Virgen en cuyo plan iba -a enjorque:tarse en ella para so:meferla a pija, según sus propias palabras.

A las cuairo de la tarde lograron ensillar;, la 'después: de aguantarle miles de arru:macos a pesar ,de hallarse fapojiad~, cuando la des– tapojiaroIl_ y se perca!?, de l~s chechereque~

que afuteaba ¡;;e e;¡1.cabnto de golpe y co:menzo a' corcovear de lo lindo a mate largo y ten-dido.· - ' --

Le dieron :mecate hasia donde les fue po– sible darle deniro de los alambrados del chi– quero por ver si se rendía y cuando menos lo esperaban los ensilladores sal±ó sobre unél de las cercas y fue a dar al corral de piedras en donde la lazaron clavándole tres barzones diferentes para ponerla a' raya.

Con semejante estreno el pronósiíco de los campis±os era fatal para Za:mora, pues no había uno solo. de ellos que creyera que el fie– ro domador pudiera aguantarle' un ratito de brincos de la. calidad de ma:tes ·que, había gastado la hembra estéril al ensayarse des– .pués del destapojeo.

, Gabino, mientras tanto, Se ~staba acaban– do de amarrar las cueras y una vez que con– cluyó del :menester que 10 atareaba, se salió al corredor deJa casa de la finca que está boquero al corral de ordeño y desde alH vien–

~o la gresca que La Sapa hacía a sus coznpa– neros, les gritó con rudeza:

_ " -IAl bra:madero se ha dicho para que

~~pa lo que es gusto1

- Sin' más trámites le zamparon un :mamo-

nazo y :mateando a la derecha y a la izquier– da, sembrándose para atrás y para adelante, casi enclavada, a veces, como para demos– trar su desaprobación por lo que le hacían y

por el rumbo que le daban, la Sapa a pesar de sus protestas con tras±u:mbones desmedidos y guiñadas infernales fue llevada al fin a dan~

tazo limpio al poste y pues±aa discreción si no sometida plenamente por lo :menos momentá~

neame:q.te domeñada para obligarla a estar quieia en espera de la disposición que tomara el árriesgado albardeador.

A poco Zamora se desguindó dei corre· dor en que se hallaba ya completamente lis– lo y tomando hacia donde esperabán los me– seros se fue derechito al grupo.

Una vez junta a:

la machorra; lé bajó el !apojo, la recinchó, revisó el con±ralá±igo, ±oc? el jine±illo cerciorándose de si su. condición era pijuda, registró la falsia, hizo un examen ge–

neral de las arciones, golpeó la sen±adera de

~a albarda y encontrando iodo a su gusto, dije;> pausadarne1=1±e a los muchachos:

---Que se monte en El Laberinto Juliárt Can±illano y que la jale al plan, Malueño que la arreye, Ugenio que :me lleve en ancas y los demás que sigan iras· de nosotros para que a . su hora todos me la amadrinen en el bajo.

Tan luego dijo la última palabra los con~

ciertos procedieron a cumplir sus disposicio– neS y una vez tomados' los respectivos pues– tos, des±apojiaron la mula, le dieron el mecate necesario y cogieron para La Virgen a verifi– 'cal' la albardeada. ,-: :

Llegados al punto elegido, sin mayores ni menores circunloquios, Gabino dejó la polca de Ugenio que lo condujo al sitio del comba– te, se desmontaron tres de los caballeros los que pepenaron el cabresto de la acémila para tapojearla, verificadas con felicidad lé1.s ope– raciones dichas, se dedicaron lueguifo a pre– parar el nudo falso validos del cual pondrían en liberfad a la bestia después de que Gabino enjorquetado:mandara que le jalaran la pun– ta al cabo sobrante del nudo preparado.

Por fin el' jinete iornó los estribos, se paró: sobre de ellos haciendo fuerza para abajo y

a los lados, ya enganchado balanceó su hu– manidad por un ins±an±e sobre el aparejo, Se

sintió satisfecho de la prueba, se -persignó, aunque por ello se' resintiera El Coludo, y vol– fea1=1do los ojos a la campis±ada después de haberse agarrado del jine±illo, le gritó:

-.Listos, a la una, a las dos, y a las ±res...

y vamos a ver de qué hizo> Dios la cera.

Cuando Gabino ±er:mirió el dicharacho ya