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« Previous Page Table of Contents Next Page »iba sobre los aires voHereieando, casi chimpi– lícoqueando, para arriba y para abajo. para un flanco y para el oiro, en zutnbón ~onfínuo
y cerrado a tal grado que iodos cre1an que fal corcoveo nunca iba a tener fin y que ±er– :minaría la sal±eadera con los días del Vaque– ro endetnoniado.
La Sapa na disminuía la rigia de la cor– coviadera y clavada en seco y agachada saI±a– l;:>a recio girando inusitadatnente y sin dar mues±ras de altnarearse¡ daba la impresión la endemoniada película al natural, que filma– ban bípedo y solípedo, de que manos rabio– sas agiiaban en el aire un destnedido muñeco sui génerís de brea que, bien puesto en el es– pinazo de la cabalgadura, no podían arran– carlo de su sitio por n ....as socoyones que le da– ban con el muy claro intento de aventar10 le– jos, muy lejos, lejísimo¡ mas con fado y el vasto arrancón de la bruta y la ian grande y larga sembrada, quizás no vista nunca antes de enfonces, la m}lla na pudo deshacerse del jinete y no logrando tumbarlo no le quedó z:riás camino a· su instinto de híbrida que le– vantar la jupa, aligerar las patas y salir en es±ampida· sobre el plan del encierro con el objeto de malnúitarlo o mancornarse Con él para chichonearlo y desprendérselo ayudada por cualquier tnogofe que el parazal brindara en las paries en que se intrincaba sobre los matones de espino negro.
Cunndo llegó a medio bajo dobló de cua– jo pepenando lo andado para regresar al pun– fo de partida en donde las madrinas la pon– tearon y- lazándola la obligaron después de arrearla a p~nca a salir. iras de una de ellas, se,la llevaron para San Buenaventura yallle– gar a la cuesta de San Juan que lleva para Saguafepe y la comarca ciiada, el moniado . le apercolló unos tneca±azé:ls que la hicieron escupirse el pecho saliendo por lo ian±o en plena barajus±ada llegando a la cima en com– ple±os ±€!mblores y plenamente acalambrada.
golpe y se quedó esperando sumiso el riatazo que sin duda iba a caerle en seguidita para que confesara la verdad, según reza la frase hatera, y sin decir agua 'la, le cayó una tunda de pencazos que la obligaron a :l:omar el ca– rnina a iodo irote y a someterse para siempre a la mano de Gabino.
Tal hazaña era la que había llevado el convenci:miento a la concier±ería de La Trini– dad de que Gabino Zamora era el único mon– tador de la hacienda que para albardear usa·· ba eolemico pnra que no lo boiaran los ani– males y iras de la prueba del caso andaban desde el día de la setnbrada de la mula en él menc::ionado bajo <;le La Virgen.
El albardeo se había verificado un mes antes, poco más o menos, de la fiesta pairo– nal del apóstol Santiago que se celebra en Boaeo y los compañeros de Zamora querían probar la verdad del_ poder de la colemico del hombre y si eraautén±ico 10 supuesio por
Eiillos y para esto empezaron a cavilar la mane– ra de como podían comprobarlo para quedar compleiamenie convencidos de la realidad de su poder diablunero.
Cuando llegó la fiesta del Patrono San– tiago la concieriería tenía ya listo el plan COn
el cual suponía que podía comprobar si era o no ciedo lo que había pensado sobre el uso de la colernieo y el poder que ejercía para pegar las piernas del que la poseía a las fal– das de la albarda en que montaba su dueño.
Llegó l~ esperada fecha en la cual se hace lá, celebración del Patrono, el día había esia– do lloroso, y por tal mofivo los lodazales abun– daban por todas las calles cascajalosas de la ciudad, B9aco echaba las casas por las ven· ianas y el pueblo ci±adino y la jinchería fue" rana, vistosamente arricloqueados, corrían de arriba abnjo iras la bailantería que hacía las delicias de la gente men'IJda· y aún de la en– trada de años.
Los mejores rejegos de las vecinas ha– ciendas llenaban la barrera fincada en la pla– za de la ciudad y el Retumbo, toronconazo alazán de La Trinidad, sobresalía en el redon– del por su vastedad y agresividad, cuando nadie lo esperaba, el animalote principió a balar y su balido fue una diana de clango! elec:l:rizan±e: q1ile llevó contentera, enfusiasmó y resolución a los cienes de campis±os qUI:l
im,mdabat). las calles de la localidad y rebal· saban el toril, ,
Tomaron los l1ane±es que habitan el des– campado de San Buenaventura y después de pasolarguear dos leguas, amadrinando al ji– ne±eado!' ·cons±antemén±e, viraron y pusieron proa para ,La Trinidad.
Al enirar a la finca por el corral de El Cuero, en este mero lugar, el jinete le dejó ir 'Un chirrionazo que no fue del agrado del ani– mal y éste encaprichado por el varazonazo se se:p.±ó de.;nuevo n, corcovear con tanta furia y P9tenoia que :tO,da la campisiada se dedicó a
je.susear al maromean±e domesticador. Oirlo Gabino y grifar que 10 amarraran
'hte explosión· conira el cacho que obligó a Hubo momenios de fal corcoviadera y ra- los caballeros encargados de los foros de -la
pidez ep- el tnaie sembrado que mula y cam- barrera a proceder a lazar El Retumbo que se pisto desaparecían visiblemenie n la visía erguía iracundo, :torvo, gallardo y fiero. . formando .un solo cuerpo en la girazón circu- ..
lar de la maioneadera en redohdo y clavada. Aprisionndo por cinco barzones remecaiu.
dos fue llevado al bramadero y en menoS de . Por fin el animal se almarió tota1men±e lb qué canta un gallo y da la hora un aleara– y en· un temblido de vencinliento se paró de ván fúe ensillado con la albarda de Zamora
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