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« Previous Page Table of Contents Next Page »frotdrri! cM su lus¡j entre íos piernas y su costó! de tiros. Les dik. ~bichosos ustGde$ que vóñ
a esta jornada g/oriosa-. Un hombre ql.le no estaba a gusto en ir a la pelea, me dijo: -Te voy a ceder mi fusil y mis tiros paro que marches en mi lugar. Acepté la propuesto. Y con el fusil y
los tiros en mi poder, y colocado en el asiento, con mis amigos, me cred y me sentí en comino de lIegdr a Generol. El Jefe Glilneraf José Santos Ze/aya, muy extraño en su parte, vestía un tl!rno
negro, elegante, como si fuera a una recepción y no a una batalla. Llevaba colgada al hombro
Sll revólver. Un sdldado preguntó: -Por qué será que el General no se faja la pistola a la cin– tura? Otro contestó inmediatamente: -Sin duda porquo padece de los riñones; y quedó senta– do eso como verdad. Salió el tren coreados sus ruidos por los alegres vítores de la tropa y entre ellos los míos. Cuando el tren dió la vuelto última enfrentándose al cerro Coyotepe, comenza– mos a oir las bombas de 16s cañones que vuelari por él aire pareciendo que van cantarido. Entra– mos a (a estación de Masaya. Formaron la tropa y el General Zelaya' la entregó al Gral. Eustacio Sandoval más conocido con el nombre de Tacho Loca. Vdlientaso soldado a quien se
le encargaba lo difícil tarea de ir a romper (a retaguardia del enemigo pOr un (ugar llamado El Limón. Como jEde experimentado Sandoval nos pasó revista; y cuando me' 0ió a mí, me preguntó: Carlitas, te gustan estos caramelos. Le contesté: -Me gl/stOfl--. El' me leplicó: -Pero dlgu'nas veces salen amargos. El General Sandoval era de mi familia 'y' visitaba mi casa con mucha fre– cuencia. Formó un plan a mi favor y cuando volvió de pasar revista, dijo: -Salgan cinco sol– dados y me sacó a mí, o'Hildebrando, a Carlos Mortínez y a otros dós 'jovencitos cuyos nombres no recuerdo. Ustedes quedarán aquí de guarnición en la estación del ferrocarril .oaia recibir y
cuidar de los heridos. Hildebrando y Carlos Martínez se contrariaron grandemente. Los dos' hicie– ron m6s tarde c~rrera militar. Hildebrando ({egó cómo todo un hombre d General; 'principiaron
a llegar los muertos y los heridos. El primer muérto que recibimos fue Julio G6mez Zavala, primo herma'no de los Gómez de Granado, que se hospedaba siempre en casa de mi tío Vicente Qua– dra. Tenía los bigotes cortcidos, me dije'ron que paro llevárselos d~ recue;dó a su' novia. Yo Eím–
pecé a sentir cierto malestar viendo al muerto. Al rato llegó herido en lél ingle, Flilrnando Padil/a que era un joven alegre de Granada, I/egó bromeando. El se creía leverrente herido y lam~ntaba
,no poder volver o la batalla. Su sangre corría , sobre el andén de la estación, hasta que él ya 'tluy ,pq/ido se estiró ,y se, fUe siempre optimista de este mundo. Las balas caían continupmentlil sobre
e( techo de zinc de lo estación, haciendo, el mismo ruido de la I/uvio, no muy agradable. Depo decir la verdQd que a esa altura ya todo mi coraje se había apagqdo. En eso llegó u.n oficial y
dijo iba un tren para Granada con esos heridos y muertos. La guarnición va cqn el/os,. Venimos, a
Granada para dejar la fún¡'}bre cargo. En la estación estaba mi hermano Ramón, que sra Mayor de plazo dé Granada. Me despojó del rifle y de los tiros y me I/evó a mi 'casa dandi? enco~tré a mi madre muy enojada conmigo. Se quitó lo chinela y me di ó una tundo con ella, ultrajando, al soldado. Así acabó este militar que no /legó a Generq(., .Después en mi /arga:carrera he partici– pado en muchas batallas y nunca perdieron para mí el sabor amargo los caramelos de Tacho, Loco.
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A cola que dijera mi madre como consecuencia del pewdo público de la rebelión injusta ,contra Sacasa, principió a moverse, como si fuera una culebra ,boa constrictor que aprie– ta, asfixia y ,destruye. Como una consecuencia del ejemplo la deslealtad del General Francisco Gutiérrez se volvió moneda corriente, y el General Anastasia Ortiz, Comandante General de León
, se sublevó proclamando lo contrarrevolución libéra(. Desde entonces -espadas son triunfos-., marchen por el bueno o por el mal camino. . .
Cuondo (a rev.o/ución (ibera( trataba en el puerto de Momotombo de formar ,su gobierno,
-20....,..
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