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rinc6n del camasfro de uno d.é'

SU!! cOm– pañeros.

Cuanqo amaneció don Pedro se fue a sus quehaceres Y al buscar el balde para el or– deño se enco~tró con su. contrincante de la no che ¡ al verlo, le disparó una sonrisa y lo do– ble guatució, diciéndole a la vez.

-Si querés en La Quebrada topaPLos la mona.

-Ni hoy ni mañana ni nunquita.

_Yeso agora, no eras vos el que me iba a cocinar anoche, para merendarme tan luego amaneciera y con mi sopa quitarte la ama~

ne:t:quera.

-Eso era anoche, agora le pido perdón, pues quiero vivir en sana paz con usté y ser su amlgo.

-Eso es cosa tuya, pues yo ni reculo ni me escondo cuando de hombredades se tra– tal y sin decir más, don Pedro se fue al or– deño a sacarse su tarea.

jesús Linarie que era natucho como Faus– :tino y de la misma cañada de éste, al oir por casualidad la plática que se tenía con don Pe– dro y la cobardía con que le hablaba su con– ierráneo, le preguntó 1YlOlesto:

-Con que esas fenemos; le rebajás a don Pedro'?

-Si, le rebajo, y no quiero caiiiadera con él.

-Por qué, compañer6, no andás solo, aquí lo esfoy yo y fambién lo anda Catarino. -Con seguro que es verifico que están, pero iodos juntos no somos nada para ñor Pedro.

-Qué no somos nada? Hombré, fu mie-

do es pior que una corré que fe alcanzó de may nuevo.

-No sias chocho! si a vos fe hubiera pa– sado lo que a yo, ay no masita hubieras pela– do el ajo.

-y qué te pasó~ Pues decilo para no pensarlo mal.

. -Que el Cadejo me desarmó y me mor– dió y me dejó vivo por mi patrono Santiago a quien le ofrecí salir de bailante el año enfran– fe si m.e salvaba el cuero, del cabro malo.

-y sólo vos y don Pedro estaban~

--José Guillén lo vida, pues esfaba allá de madrina de don Fedro.

-.Pues si es así, ni para pensarlo, Ave Ma– ría Purísima, hermanó, Gracia Concebida, dec dIo, para que te amparel y cogiendo para el chiquero se comenzó él santiguar de seguidifo para alejar al Cadejo; cuando se serenizó un iantito, plan.l:ó una habladera endiablada con– sigo mismo que lo llevó a la conclusión y de– terminación siguiente:

-.Por 10 que hace a mi pellejo, yo me 10 llevo hoy, pues, ni por el Patrono ni por lo mas lindo que me den me quedo un diya más viviendo aquí con hombres encadejados, que lo menos que pueden hacenne es regalarle mi alma al Diablo por conseguir una pen– dejada.

y pasando de lo dicho al hecho, se fue de viaje a pepenar sus maritates y antes de que Pisuica lo supiera se desguindó al Camino Real y cogió para La Montaña barajui>fando a todo viaje del Cadejo y musitando entre dientes: '

-Chiquita Cr~z ... Chiquita Cruz .. ,por si lne viene siguiendo.

':Del (9tro ':Barrio

N 1913 residía en las montañas de El Bejuco, o por hay por allí, departa– mento de Boaco, el muy. conocido curandero e inofensivo ciudadano Santiago Tijerino, hombre de po– cas palabras y por agregado gas±a- fa

una cara que sólo vérsela indicaba que no e gustaban los amigos.

.Tijerino era flaco, mejor dico reseco, alto, sermchoco, motivo por el cual usaba anteojos qUe mas bien que anteojos eran muecas de

aafas! las cuales no se quitaba nunca ni para onnlr según decían los que en las nochade-

ras de los caminos reales por rneras casuali– dades hal;:>ían nochado con él en el ir y venir del trajín cotidiano en aquella época lejana en que los buses no habían desplazado a las cabalgaduras.

Cuando llegaba a Boaco siempre se pre– sen±aba vestido con Una camisa blanca de cuellifo pegado, pal").talón negro de dril o man– ±a azul, cueras de vaqueta ultrajadas por el uso constante, zapatones de cuero de venado y sombrero negro de fieltro mas anciano que el pinol, el cual solía cambiar en ciertas oca– siones por una lora de pita.

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