Page 13 - lista_historica_magistrados

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De este modo vemos que Lenin' clara y categórica· menté crefa en la prioridad del factor Ideol6gico sobre el nacional; vemos que estaba dispuesto a sacrificar los in– tereses y principios nacionales -105 intereses del estado

rUSO y del territorio ruso- si con tales sacrificios podía acelerar la revolución mundial. Sin embargo, había un principio que él consideraba sagrado e inviolable. Esta– ba dispuesto a concluir una paz con los alemanes que él llamaba "o,bscena, vergonzosa y codiciosa", y a aceptar todas sus condiciones con tal de que no se exi.giera la violación de ese sagrado principio. En un discurso con– tra los de la desviaci6n izquierdista, en una junta del Co– mité Central del Partido, en 1918, Lenin, dijo, refiriéndo– se a este principio:

Si los alemanes dijeran que exigen el derroca· miento del régimen bolchevique, entonces sí que sería necesario pelear.

Por consiguiente, un fador transitorio -el poder y

el destino de un partido político, el partido comunista–

era más .importante para Lenin que 105 interese,s nacio· nales y estatales del país. Sin embarga, el poder para él no era un fin en sr mismQ, sino un medio para lograr un fin: difundir la revoluci6n. Por eso dijo: pudimos con· cluir una paz que no puso a la revoluci6n en peligro. Le– nin adu6' de acuerda con estas razones, y bajo estas cir· cunstancias a,1 gobierno alemán le convino que Rusia es– tuviera bajo el control de los bolcheviques, dispuestos a rendirse.

Lenin estaba convencido que la mera declaración por parte del gobierno soviético de que pretendía demorar la desmobiliJación del ejército para rechazar 105 ataques ale– manes sería la ruina del régimen bolchevique. El régi– men corría un peligro, deda, proveniente n~ del exterior, sino del interior. Reconoda que si la guerra continuaba, "después de la ,primera derrota, el ejército' de campesi– nos derrocará al gobierno socialista". En otra ocasi6n de– claró en términos un tanto familiares pero muy claros: "Decir que se ha detenido la desmobilización, sería igual que ser despedidos de nuestros puestas".

Durante la era de Stalin, ciertos cambios se efectua· ron en la orientaci6n, en el compás y en la actitud de la porftica exterior soviética. Estos, generalmente, tomaron la forma de transferencia de importancia de un factor a olro. Se manifestó iniusti~icada la creencia de Lenin de que la revolución de octubre era sólo la víspera de una revolución universal, y de que Rusia podía proseguir in– mediatamente con el establecimiento de una sociedad co– munista. El país tenía que pasar por un período de neo– capitalismo, el período de la NPE. (Nueva Política Eco– nómica).

La ,política exterior de este período induía, primero, maniobras, exploraciones y 'reconocimientos del terreno enemigo, y después una propaganda extensiva para es– tablecer relaciones comerciales con el mundo capitalista como "modus vivendi". El objetivo inmediato de la po– Iitica. era obtener el reconocimiento diplomático de la revolución de odubre y del régimen soviético. Esto se consiguió fácilmente. Pero en cuanto al tema de la re· volución' mundial Lenin permaneció utopista, persistien– do en la opinión de que la revolución mundial era ine– vitable aunque podrra ser retardada por algún tiempo.

Se9~n Lenin la mayor ventaja de conseguir el reconoci·

miento diplomático en el mundo exterior, era q!Je legi. timaba el a,parato ileg..1 soviético y facilitaba el traba– jo del Komintern. La etapa de la revolución mundial -pensaba Lenin- habra llegado, pues ya era posible organizar vanguardias comunistas en Occidente; estas vanguardias efectuarían sus propias revoluciones de octubre como las bolcheviques lo hicieron en Rusia. En pocas palabras, Lenin continuó creyendo en su teoría de revolución organizada. Esa era idéntica a la teoría de "revolución permanente", de Trotski, pero Stalin consi– deró válidas las ideas de Lenin y de Trostki. De igual modo que Lenin no creía en la revolución automática de Marx, Stalin, a causa del cambio de condiciones, no creía en la revolución organiuda de Lenin. Aunque nunca lo dijo abiertamente, Stalin veía que el capitalismo se iba modernizando y que la estructura económica de oc– cidente se volvía más y más progresista en sú aspecto social. La historia había desmentido la teoría de Marx sobre el capitalismo antiguo, y también había perdido su valor la tesis de Lenin sobre "la última etapa del ca· ,pitalismo" (el imperialismo como fase final del capitalis– mo). También los conceptos elaborados de eslas tesis lógicamente quedaron sin valor. El estado contemporá– neo se volvía paulatinamente un órgano sin dases, de democracia en masa; se convertía también en árbitro su· premo del orden social. En lugar de la célebre lucha social del proletariado una era de paz dvica había surgi– do ~n Alemania, y el mismo proletariado europeo se oponía no sólo a una revolución efectuada por él mismo sino que había pasado casi enteramente a las filas de los social-democráticos, reduciendo de este modo el pa ..... tido comunista al papel de secta política insignificante. En 105 países anglosajones, el ,proletariado hasta había ingresado a los partidos de la burguesía. Todos estos cambios hicieron que Stalin reexaminara la teoría de Le· nin sobre la posibilidad de organizar revoluciones en otros países y optara, al fin, por su propia teoría de la edificación del socialismo en un solo país. Las canse· cuencias políticas fueron de máxima importancia para el mundo no comunista. La política exterior soviética se adaptó a las tareas domésticas de Stalin: la industrializa– ción, la colectivización, y la creación de una inmensa má· quina terrorista.

No es científico ni de base histórica válida negar la influencia nacionalista sobre la política exterior de los go· biernos comunistas. Todos los gobiernos comunistas for– man y gilían su ,política exterior sobre la base de un am– biente vivo y específicamente nacional, la vida de su gen– te, su territorio, sus tradiciones, su historia y su mentali– dad nacional. El régimen tiene que actuar de acuerdo con estos factores. No puede ignorar ni impune· ni prolon– gadamente los intereses nacionales y estatales de su pro– pio país, aun cuando éstos no formen parte de la doctrina comunista internacional. Aunque los comunistas pueden usar una determinada nación dominada para fines muy distintos de 105 intereses de ese país, sucede a menudo que la doctrina comunista sirve para disimular la política imperialista de la nación, y hasta puede llegar a servir co– mo instrumento de ella. Así que el nacionalismo, se pue· de decir que funciona a veces como factor substancial de la política exterior soviética; pero hay que hacer la im· parlante distinción de que Lenin, frente a la alternativa de comunismo internacional o nacionalismo, escogió aquel,

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