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Concluido este reputado Colegio, pasó a ocupar el ex-Convenio, el Insti±uto Na– cional de Occidente, hasta que le fué dado en propiedad a la Universidad de Occiden– te, corno así se le nombraba. Esta Univer– sidad había sido cerrada por el Presidehte Gral J. San1:os Zelaya, en represalias con– tra León, por la "Revolución de 1896";

pero, por benéfica gestión de los Drs. Joa-

quin Sansón, Luis H. Debayle y José Fran4 cisco Aguilar, la abre nuevamente, y' le concede en propiedad definitiva el extinto Convento de la Merced.

Desde esta época existe en este referi– do local Mercedario la Universidad, más convertida ya en un regio y grandioso edificio, corno Universidad Nacional Autó– noma de Nicaragua.

En elaño de 1680, la situación general de los paises de Centro América en cuanto a instrucción, era absolutamente incipien– fe, corno fambién la organización admi– nisfraiiva de ellos. "Mas, dígan cuanto quieran los adversarios de la verdad his– tórica, hay que hacer constar que no falfaban en 1:odos éstos paises establecien– tos de educación e instrucción para blan– cos e ihdios, por limiiado que fuere, corno en efecio lo era, el programa que, en las escuelas dominó", nos dice Gomez Carri– llo.

"La enseñanza la daban, la :recibían

y la manienían, con escasas excepciones, la sotana apostólica, el sombrero de ieja romano, la sobrepelliz vaticana; que, el Sacerdote católico llena con su desprendi– miento, ilumina cornO una estrella de her– rnosura y bondad ,más de ciento cuarenta años de la vida gloriosa de aniaño de nuestra célebre enseñanza universitaria"; lo asegura en su Discurso sobre el cente– nario de nuestra Universidad, el ilusire jurisconsulto y liberal integérrimo Dr. Francisco Paniagua Prado.

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DE LEaN, en 15 de Diciembre de 1680, ba– jo la tutela y patrocinio de San Ramón Nonnato Sopre de ésta necesaria impor. iantísima obra, traigamos lo que nos dice la Historia de Ayón: "En el informe que dirigió al Rey el Señor Obispo don Agustín Morel de Santa Cruz en 1752, dió conoci– miento circunstanciado de la forma y co– modidades del edificio. Era de adobes y ieja y ienía de longitud setenta y dos va– ras de Oriente a Poniente, y de latitud setenia y media de Norie a Sur. Había en él, once piezas, iodas estrechas, las cuales eran: un oraiorio, sala y cuario del Rec– tor, cinco para los colegiales y las resian– fes para oficinas. El Recior no ienía renia I

el Maestro de Moral y el de Gramática la– fina, disfrutaban de doscientos pesos anuales cada uno, que se pagaban de la real caja. No se admitía en el esiableci– miento más de ocho colegiales, a quienes se daba comida y cena con alguna esca– sez

"La faHa de buena alimentación, la limiiación de la enseñanza y las malas dotaciones de los profesores, provenían de que el Señor Navas y Quevedo no arregló Nicaragua se hallaba especialmente la fundación del Colegio a lo ordenado en este año de 1680 abaiida consianie- por el Concilio de Trento y sólo dispuso m.ente por la invasión aierradora de los que los Curas de la Diócesis pagaran cada piratas ingleses, sin protección alguna del uno diez pesos y oiros doce. Esa contribu– Monarca de España; y los Obispos plena- ción y doscientos pesos de los triputos de menie interesados en la conquisia espiri- Nindirí, concedidos al Obispo para los gas– tual de las Segovias, en la que recibieron 1:os del Colegio, ascendían a quiriiento.s ]a muerie Sacerdotes abnegados en la be- ochenta pesos cuatro reales al año, suma lla obra de hacer llegar a la conciencia de demasiado pequeña para proveer a la aquellos indios, el espíritu de Dios; pero manutención de los alumnos, hacer las corno una demosiración eviden1 e de las reparaciones necesarias en el edificio y honradas apreciaciones del Dr Pinagua otros costos indispensables. Entonces le– Prado, erige el Obispo ANDRES DE LAS NA- nían los víveres poco precio; pero aún así, VAS y QUEVEDO, el COLEGIO TRIDENTINO no se comprende Corno ~c:>día conservar¡:¡e

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