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na1 Rufo An±onio Marín, cuyo nombre quedará inmortalizado en la historia. Le capturamos al enemigo 90 mulas, albar– das y 32 rifles Springfield con sus corres– pondientes dotaciones.

El 25 del mismo lnes, los Yankees aparecieron con banderas de paz en la plaza de San Fernando y cuando estabaI;l corno a diez y seis yardas del cuariel abrieron fuego contra los soldados que estaban allí apostados. Como resultado fue que uno de lnis soldados y tres de los invasores resultaran mueríos. Inmediata– men:ie dí ins:t.rucciones a la caballería que operaba cerca de San Fernando para que interviniera e impidiera el avance del in– vasor, mientras las otras caballerías se concentraban en el cuartel general para organizarlas en guerrillas que combatie– ran al enemigo, mas desgraciadamente la encabezada por el Coronel Porfirio Sán– chez, agotada por la larga jornada, acam– pó en Calpules donde f1..1.e sorprendida, mas tan pronto como nuestros hombres se recuperaron de la sorpresa, mantuvie– ron la lucha por dos horas habiéndoles causéj.do bajas hast¡;¡. en número de treinta y dos. Debo m.encionar que en todas mis guerrillas hay buenos tiradores que bien pueden tornar parte por el campeonato de cualquier concurso. Si no, infórmense ustedes de los cinco aviones que han sido inutilizados al enelnÍgo cuando trataron de acercarse a nuestras trincheras. Es ciedo que la avanzadilla qe los invasores es un escuadrón de aviones, mas esO no intimida a mis bravos soldados, como cree el enemigo, pues nuestros poderosos rifles pueden derribarlos de cualquier altura que se encuentren. Nuel?±ros planes de guerrillas están perfectamente organiza– dos y por lo :tanto creelnOS que Dios nos dará fuerzas para aniquilar a los invaso– res y a los traidores de nuestra patria. Estamos en posesión de la región entera de Nueva Segovia, en cuerpo y alma, y esto asegura la efectividad de las hosti– lidades contra el enemigo.

Los Yankees, con sus acios de bruta– lidad, esparcen el terror en el pueblo de esta ·zona, pues en sus expediciones cri– nlÍnales han violado a diez y seis mujeres, entre ellas a nueve vírgenes. Dos de las desgraciadas víctimas murieron poco des– pués de la brutal violación por los bárba– ros del Norie. Han destruído, en pueblos y caseríos, casas y muebles, así corno pro– visiones, ganado y tierras cultivadas. Lo que decimos en este informe está basado en la verdad exaC±a aunque pudiéralnos beneficiarnos al decir lo contrario, y COlnO prueba debo confesar que en la batalla de los Calpules perdimos tres de nuestros bravos soldados, dos magazines de ame-

tralladoras Louis (sic, por Lewis), cinco

rifles y cuatro caballos. Finalmente debo decir a todos mis conciudadanos que nuestros hermanos en las armas han su– frido la amargura de identificar entre los enemigos muertos a muchos de nuestros antiguos compañeros que ayer apenas compartían la misma vida con nosotros, unidos por el fuego del campamento en defender los mismos ideales. Ahora, qui– zás por el señuelo que se les ofrece, nos vemos forzados a matar a nuestros pro~

pios hermanos. Deteneos a pensar que antes que todo sois Nicaragüenses y que vuestras aC±itudes os hace culpables de graves críficas.

Conciudadanos: permaneceremos so– bre las armas mientras Adolfo Díaz esté en la Presidencia, pues es bien sabido que esíe hombre es la vergüenza de nuestra patria y de los buenos Nicaragüenses, y estando firmemente convencido de que ningún extranjero, cualquiera que sea su poder, tiene el derecho de imponer con– diciones que solo los nativos tienen el de– recho de determinar. Mr. Stimson le dijo a los Delegados del Doctor Sacasa que el mantenimiento de Adolfo Díaz en la Pre– sidencia era una cuestión de honor y d.e prestigio para los Estados Unidos. A este respedo, yo creo, como el Doctor Sacasa, que una gran nación se honra y presti–

gia respetando la soberania de las nacio– nes débiles y pequeñas en vez de oprimir a aquellos que luchan por la seguridad de sus derechos. Luchamos por honor y no por prestigio, porque si perdemos el honor también perdemos el derecho de vivir.

Me dirijo a ustedes, fraidores, impos– fores, rufianes, sobornados, panfleteros, ponéos de rodillas iodos vosotros porque voy a invocar el sagrado nombre de mis inconquistables hermanos que han muer– fa defendiendo la libertad de Nicaragua: Rufo Antonio Matín y Carlos Fonseca.

A C. SANDINO.

El Chipote, Nicaragua, C. A., Marzo 16, 1929. - General Pedro AHamirano, Don– de se encuentre. - Estimado amigo y compañero: He tenido el honor de reci– bir su apreciable CO:rnunicación fechada el

10 de este mes. Es muy grato para mí enviar a usted y a los afros compañeros mi cariñoso saludo. Le ruego saludar lnUY especialmente al Coronel Cenfeno y para su familia van mis mejores deseos por su felicidad con mis respetos para doña María. .

Estoy bien informado de las noticias

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