Page 108 - lista_historica_magistrados

El t;>pir

diese desarrollar un animal de forma tan tosca Uno de los hombres fue enviado a buscar a los perros y los demás nos lanzamos hacia la laguna Nos tomá largo lato el vadearlo, porque el fondo era de hierba alto y espesa y el aguo nos lIegá en un par de lugares hasta el pecho Cuando llegamos al bosque tuvimos muy poca dificultad en seguir las huellas del tapir porque su camina estaba marcado por una trocha de un metra de ancho de pasto aplastado y lo único que necesitába– mos era agacharnos para seguir el camino trazada

P~lmeras y arbustos pequeños estaban quebrados o pi– soteadas y fuertas lianas estaban destrozadas comó si fueran pedazos de telas En tres lugares encontramos huellas de sangre, pero no eran niuy grandes y la velo– cidad en la que el tapir escapó, nos indicaba que el animal no hqbía sidQ h"rido gravemente

Después que seguimos este pequeño túnel a tra– vés del posque nos encontramos a la orilla del río y vimos en la otra ribera del bastante estrecha pera pro– func;lo brazo del río; las señales de la llegada del tapir Teníamos el bote a varios kilómetros de distancia y no podíamos, por lo tanto, pasar 01 otro lodo No con– venía tampoco seguirlo, como los caribes me indicabán, sin perros y sin bote, porque el tapir atravesaríb brazo tras braza de río hasta que en el interior de la espesa selva se encontrara alguna laguna u hondonada donde póder descansar en paz Regresamos, pues, sin tapir, maS la recompensa a nuestros esfuerzos vino algunos días después cuando uno de ellos, que había sido tirado algo más lejos, río arriba, me fue enviado y yo pude entonces convencerme que era un tapir de Dow (Ta– pirus Dowil y pude preparar lo piel y partes del esque– leto

COCODRILOS

Hice otro viaje en bote río arriba del Juanillo, antes un afluente del Sor Juon, ahora su brazo más al Norte Inmediatqmente cl'r~a del Juanillo se encuen–

trari vdrias Idgutlás, ·unas reunidas con él mismo a

'(ravés !de estrechas embocaduras, otras aisladas Al– rededor de las ployas de estas lagunas, reina la más rica founa de pájaros, y dentro de ellas mismas otra no menos rica de pescadas y cocodrillas En la laguna de Iba colocqmos una red inmediatamente antes de su pequeña desag<¡e can la esperanza de coger algunas tortugas de la espeCie Emys sp, de la cual ya había obtenida unas ejemplares procedentes de esa laguna

Después tiré en los basqueeitas, alrededor de las pla– yas, numerosos pajaritos, y entre ellos vOl'ios ejempla_ res de "C9cique" (Rhamphocoélus passerinil que COn sobrado razón se le puede considerar el adorno de es– tos parajes, Es el pariente más cercano del "Sangre de Toro" y,es difícil deCidir cuál de ellos es el más be– lio Este otra es de color negro oscuro y como de ter– ciopelo, con excepCióil de la parte inferior del dorso que es ligeramente rojo anaranjado con un brillo más intenso que la seda

Cuando fuimos a levantar la red, la encontramos muy pesada y las fuertes sacudidas nos haCian esperar que contenía uno o varios pescados grandes Cuando la habiamos- arrastrado más cerca de tierra, fuimos completam,ente sorprendidos al encontrar allP un coco– drilo de más de tres metros de largo Después que hu– bimos pasado un mecate con nudo corredizo por el cogote del animal y otro por una de las patas, tiramos de los mecates y una de los caribes lo mató de un ma– chetazo directamente en el corazón

Lós cocodrillos de aquí (Crocodilus acutus), tanto

como pude averiguar, son de la mismo especie que en–

contré en Pananiá y en el Golfo de Nicoya Son co– bardes y relativamente poco peligrosas para el hombre El único Caso enteramente comprabado en todo el delta del río San Juan, de que un cocodrilo haya atacado a uno persona, tuvo lugqr en la laguna Shepherds, de' trás de la ciudad de San Juan del Norte, donde una mujer ocupada en lavar ropa fue mordida par un co– codrilo grqnde A sus gritos acudieran algunos jóvenes a la playa, tiraron piedras y palos al animal y uno de ellos se metió al agua y tor\'lÓ a Iq mujer por el brazo, can lo cual el cocodrilo se vio. forzado a abandonar su presa y la mujer solió atemorizada y con uno pierna mal herida, pera con vida

El otro caso en Nicorogua, sucedió en el Lago de Monagua, donde un chica de 7 años que se boñaba en el Lago en las afueras dé la Ciudad, fue cogido por un cocodrilo, s610 su cadóver destrazado se pudo encon– trar Mas el viajero oye con frecuenCia una gran can– tidad de historios fantásticas de ataques mortales de los cocodrilos Una investigación más cuidadosa de– muestra que tales historias son puras fábulas Una prueba de la poco peligroso que són los cocodrilos es el hecho que a lo largo de las playas de los dos grandes lagos de Nicaragua, las mujeres están hasta la cintura

en el agua cuando lovan, lo que no sería ciertamente

aconsejable si los cocodrilos tuviesen la costumbre de atenerse a la carne humana para su alimentaCión Mi propia experiencia en esta materiO, después de haber tirado entre 20 y 30 animales y herido muchos más, me da tqmbién derecho a no hacerme grandes ilusiones de su valor No sucedió jamás que un cocodrilo herido se haya vuelto contra mí, o siquiera tratara de morder a Neron, mi perro, a pesar de que éste los seguía a menudo muy lejos dentro del agua Los cocodrilos y los tiburones fueron los únicos animales contra los cua, les yo empilé cartuchos explosivos

De regreso remamos duro en un bote pesada– mente cargada de caucho, tripulado por seis huleros, todos negros Una repartición liberal de tabaco, del que habían carecido durante mós de un mes, los puso

-14-,