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« Previous Page Table of Contents Next Page »drugos, viejas vinculaciones de familia, resentimientos de diversa índole, etc. etc.) y muy rara vez de sentido ideol6gico. Cuando más no han pasado de ser un romántico agistarse tras de una democracia y de una libertad imprecisas, de expresión más bien negativa que afirmativa, o sea, de Impulsos 'mica· mente contrarios a un régimen y no tendientes a realizar una señalada y eficaz forma de gobierno.
Las causas de este mal podrían encontrarse, entre otras, en ese desacomodo producido en toda Hi$pano América entre su propia naturaleza de sociedad subdesarrollada y la pretendida organización de sociedad industrializada y capitalista, así como en una fálta de estimación por nosotros mismos del problema, que más bien parece complacernos por la fácil afirmación de los "oportunismos" y de nuestros personalismos. Mas no es el caso profundizar ahora por tales causas sino simplemente reco– nocer el hecho que está a la vista y se evidencia en cada uno de los dos Partidos sobre los que ha ve– nido desenvolviéndose nuestra vida republicana. Y más aún: valorar la importancia y la enorme trascendencia que, por este solo hecho, adquiere todo movimiento que tienda a encauzar nuestra poli. tica Ipor el camino de un auténtico sentido intelectual.
Tal, en verdad, el significado de REVISTA CONSERVADORA. Sus tres años de labor demues· tran un esfuerzo, como hasta ahora no se había visto en Nicaragua, por dotar al ciudadano nicaragüen– se de una plena y auténtica conciencia política; de una fuerte y positiva responsabilidad de lealtad y de servicio a la Sociedad y a la Patria. Y decimos al "nicaragüense" y no al "conservador", porque el principal mérito de este esfuerzo está, por sobre todo, en no representar un interés particular de Parti· do (o de grupo dentro de éste), sino en abrirse a un horizonte y a una intenci6n mucho más amplios y más efectivos, como son el de un ideal de superaci6n del afán político sobre una clara y definida con· cepci6n del hombre y de la sociedad y sobre una severa y ajustada interpretaci6n de nuestra realidad.
REVISTA CONSERVADORA, además, ha venido a llenar otro vacío en nuestra vida nacional: el del estudio y el de la documentaci6n de la historia patria. Su secci6n de libros ha permitido la pu– blicaci6n de interesantes monografías y de valiosísimas memorias que hoy constituyen notables fuentes de informaci6n y de conocimiento de los hechos pesados. Sin temor, a equivocarnos podemos decir que, de ahora en adelante, no podrá hacerse la Historia de Nicaragua sin contar con REVISTA CONSERVADORA.
Por todo lo cual merece contar con todo el apoyo y todo el reconocimiento de los nica. ragüenses.
LUIS ALBERTO CABRALES
REVISTA CONSERVADORA está cumpliendo sus tres años de vida. El s610 hecho de haber llegado al número 36 es indicio de que Nicaragua -contrariamente a todo lo que se dice en diarios y radios- es uno de los pueblos maduros de este continente, por otra parte tan inmaduro. Porque ma· durez es acoger una publicaci6n que audazmente y seriamente Ipresenta el Conservatismo como el signo de salud social y politica de cada pueblo. Conseguir escritores que número a número expongan el meollo del conservatismo, es decir su realismo, el raigambre del realismo que está enterrado en el humus hist6rico del quehacer popular, es una hazaña que s610 en Europa o en los Estados Unido,s se está viendo. Este movimiento conservador, callado y sin movimiento, porque es como "el inm6vil mo· vimiento del cielo" que cantó Alfonso Cortés, porque no es "revolucionario" o remolinario, de los que avientan el polvo sagrado e hist6rico de la Patria, a veces desarraigando todo, sino como el ritmo es· telar, solar y lunar, que mantiene siempre en medio de las tinieblas desordenadas de las utopías (sean marxistas·leninistas o socialcristianas) es una hazaña que es necesario señalar.
REVISTA CONSERVADORA se ha mantenido porque es comprada y leída y archivada, guardada con esmero Ipor hombres del Conservatismo y del Liberalismo, digo por hombres que están en el Par· tido Conservador, y tienen convicci6n y sentimiento por lo conservador, y por hombres que están en el Partido Liberal, el Partido en el Gobierno, desde luego, que el trato y práctica del mando han vuelto sagaces, que actúan sin prisas ni violencias, desde la fecha estelar en que la Constituyente del 39 -la más competente e ilustre de nuestra historia (y podría ser demostrado) redactada con parsimonia que se crey6 indecisi6n, lIev6 a Nicaragua a los comienzos de este sendero histórico que no podrá ser des– viado por nadie.
El hecho de que algunas utopías, basadas en sueños estadísticos, algunas veces hayan apare· cido en sus páginas, no quita nada a todo lo dicho.
Joaquín Zavala Urtecho y sus compañeros de pensamiento han hecho labor singular. Y parece que lo singular es lo mejor, en arte, y desde luego en ,política, que también es arte.
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