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RIVAS

20, ,

ilustración, s'in, ~!periencia njngunilL no es, ':lo pued~ ser la obra de una n1 de dos generacJqnes.

Una eaucación 'sólida, a la altura de la idea liberal, derramada con profusión en todas las cla– ses de la socie~ad,- p~r, !'l1i1estros competentes que sepan corr~spondera su elevadís.ima misiQn, así en en la mujer como en el hombre, es que vendrá regenerando poco a poco nuestro ser; y tal revoluC'ión no ,puede verificarse sino' muy lentamente. -

Es hacia ese pontó donde hay que dirigir nuestro patriotismo. _ Por dE!~~aci.a estamos ~uy tejos de tener esa educación que necesitamos; y sin ella nuestros, pueblos, y con neces'idadés 'absolutas de re'formas en ,todos los ramos de. la vida, el porvenir .se nos presenta todavía oscuro. Todavía hay que temer de él nlievas conmociones.

Pero si toda nuestra actividad se dirige a la educación y a la profusión de las luces; si. eleva– mos a la mujer de la ignorancia en que hoy está sumida y sabemos hacerlas madres y esposas que Son los primeros principios de toda sociedad regu larizada y en los cualésse contiene en gérmen toda la esperanza de la Patria, porque son aquellas las que forman y modelan en sus manos el corazón del hombre, es seguro que podremos conjurar el peligro.

Eduquemos a nuestros pueblos; y sin ruido, suaves y naturales, vendrán las reformas que neo cesitamos. i

_ Eduquémoslo¡ y ante una civilización más avanzada, caerán esas barreras que dividen hoy

nue~tros Estados. (:entroamericanos, en donde ,para escándalo de familia, si se p.uede deé'i~ así, fuera del error político y económico, se estancan los productos propios de cada uno de eilos,ahogando el de–

sªrr~l.Io {:I.~ sH ~o_mer~io _entre ellos mismos, que debiera confundir sus intereses y l1'Iatélr el egoísmo y

¡;¡ec;iº espíriti( !(kal" gue,'q!da día nos desune y aisla más. - - ~ - . Cc:inOC;Elremos en~o¡'ces la necesidad de estrechar los lazos de familia tan natural y fácil de rea– Iii,ar este -. deseQ, c~ando nuestro origen, caracteres, costumbres, leyes, idioma, religión, historia, fodo El!!' COmón¡ Y i1sí Confundidos nÍJestros intereses como nuestros sentimientos, reconstruiríamos sin cho~

qt,ie ;,'uéstr¡l nac,ión Centroamericana, dividida hoy en miserables fracciones, cada una de las cuales presa las m~s vEtces de ambiciones vulgares que vemos levantarse y obrar sin ningún éscándalopor nuestra miSma pequeñez, se convierten a menudo en focos de corrupción de donde no irradiá un solo rayo de lUz' haciéndose objetó de desprecio en $1 exterior y perpetuo escándalo eJ;'l el interior. . .. Démosle -el~inen~os al pueblo, y el pueblo mismo engrandecerá la agricultura, ensanchará el

~on:ie¡'cio, explotará ventiljosamente las minas, mejorará los caminos, facilitará los transportes, abrirá

p~ertos¡ 'yen fin, pQ~c{rá en movimiento todo lo que el país puede ofrecer a su civilización.

General Don Isidro Urtecho

Prefecto

Don Perfecto Tij!erino

soldados y estaba a punto de a,poderarse de nuestro territorio. En tan terrible situación un hombre lleno de patriotismo con un puñado de valientes, empeñó en San Jacinto una batalla desigual el 14

de Septiembre de 1856; y haciendo prodigios de valor, vence, para probar al mundo que los nicara- . güenses saben pelear por su independencia y son dignos de ella. El General Estrada fue el héroe . de esa jornada, inaugurando con gloria nuestra guerra nacional y celebrando en ella el aniversario de .nuestra emancipación política. Los soldados de San Jacinto con la frente erguida vieron levantarse el sol del 15 de Septiembre sobre los despojos del filibustero hacinados allí la ví$pera. ¡Loor eterno a esos denodados defensores de la independencia y soberanía de la Nación! _

Permitídme, señores. que el gran día de la Patria, dirija una mirada hacia las otras Repúblicas que forman con nosotros la América del Centro, San Salvador y Guatemala acaban de romper las cadenas del despotismo que durante tantos años se había entronizado en ellas. Las gloriosas batallas deSanta Ana y el Cochón, decidieron de la suerte de esos pueblos. Yo desde aquí 'les dirijo mi sa– ludo fratérnal.y ,los feticito por ello. Quiera el cielo conservarles los beneficios adquiridos a costa de tanta sangre y sacrificios y ojalá fuera la última que se derramara porque los Gobernantes no diesen en lo de adelante, motivos para la indignación de los pueblos. Viva Centro América!

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