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ñas, donde sé que el poeta Gavidía está dando Inues– !ras de locura agresiva: él ha sido siempre desequi– librado.

FEBRERO 5

Anoche iomé la resolución de irn1.e por Acajuila. ¡Qué fatigoso ajetreo el de hoyl Vendo mis muebles al carpintero Fidel Rivera por lo que él quiere danne; algo me cornpró ta:mbién el Br. Albino Reyes. Da. Carmela obsequia a Matilde con una comida a la que asistimos Ildefonso, Enrique y yo.

A las 7 p.m. viene a visilarme el Padre Moreira quien me dice que él sabe de cierlo que habrá pronto jaleo en Honduras; no le doy imporlancia a fal no– ticia.

FEBRERO 6

Dormirnos anoche en el hotel Nacional por haber entregado ya la casa que ocupábamos. rQué hotel tan detestable! A las 7% a.m. salgo de San Salva– dor. Residí allí 4 años, 6 meses y 23 días. El Padre Moreira fue a acompañarme hasta la estación de Apo– pa. En El Sitio del Niño encontrarnos a María e Isabel Argüello que regresan de Santa Ana porque vienen de Nicaragua sus respectivos novios.

(NOTA: Los pretendientes eran el doctor Juan Bautista Sa–

casa, enamoi'ado de María, y Du. Octavio Navas que estaba prendido de Chabelita. El primero de los co– tejantes realizp su unión con su prometida, formando el hogar Sacasa-Argüello, uno de los más honorables de la sociedad nicaragüense).

Al mediodía llegarnos a Sonsonate; calor sofocan– te y almuerzo pésimo en el hotel Blanco y Negro, el mejorcilo de la localidad. I Cómo serán los otros 1 En Acajuila el General Leiva y el General Córdoba, que me colman de atenciones, me dan a entender que pronto se armará la gorda en Honduras. Han de ser ilusiones de emigrados: ambos son hondureños.

~ eso de las 2 1(2 p.m. me en1.barco en el vapor alClTIan NERO: pasa)e $ 25 dolares.

FEBRERO 7

Sentirnos anoche calor .l:an sofocante que poquísi– mos pasajeros pudieron dormir e1'l el camarote. Yo pasé buena noche durmiendo en el santo suelo, sobre la cubierla.

A bordo del NERO encontrarnos a Angélica Blan– dino, granadina, que viene de Guatemala donde con– trajo matrimonio y va para Nicaragua. Entre otros pasajeros va Don Luis G. Chaparro, conocido nuestro al que tratarnos en San Salvador, su esposa María Mena y su suegra Da. Joaquina Marín; Don Luis se dirige a San José de Costa Rica corno Cónsul General de Méjico. Salirnos de Acajutla a las 3 1 12 p.m. y a las 7 y 40 p.m. llegarnos a La Liberlad.

FEBRERO 8

En La Liberlad se embarcaron unas señoritas Ti– jerinos, de Santa Tecla, y vino al vapor, a ver a Ma– tilde, la Srla. Antia Zelaya, la que ha vivido en Gra– nada y es persona muy buena y servicial. Telegrafío al Dr. Llerena, despidiéndome de él, de nuevo, y a la Bela. a esta le digo que, probablemente, nos veremos el miércoles próximo, 10 del corriente.

Uno de nuestros compañeros de viaje es el conde Schewrin, ministro de Alemania en Centro América. A las 5 p.m. ZarpalTIOS con mar en completa calma.

FEBRERO 9

Amanecemos entrando a La Unión, y a las 7 a.m. anclamos. El primero que llega a bordo es Elizardo

Maceo, esposo de Angélica Blandino. Se me antoja que a ésta, granadina inteligente y de aspecto distin– guido ,le da pena que conozcamos a su marido qUé es de color subido y feo por añadidura. Llega tam– bién al NERO Don Toribio Tijerino que aquí vive con su familia. Tanio él corno Maceo me aseguran que a:ntes de 15 días se armará la gorda en Hondu– ras; pero de es.l:os pronósticos ya estarnos harlos.

A las 12 zarpamos y a las 2 1 /2 p.m. estábamos en Amapala: allí encontrarnos al vapor LUXOR en el que va para Méjico Don José Manuel Zamora, Cónsul Ge– neral de esie país en Tegucigalpa, y a quien traté mu"' cho durante mi permanencia en la capital hondureña, y hubiera teni.do mucho placer en saludarle: no pude verle.

Voy a tierra para saludar a Da. Camila de Soto que sé se encuentra en el puerlo en la casa Rossner, y al Comandante José María Valladares: éste me con– firma lo que me dijeron Tijerino y Maceo: agrega que el G(,¡neral Domingo Vásquez se encuentra en Guate– mala, listo para invadir Honduras.

FEBRERO 10

Corno el vapor NERO pasará aquí iodo el día, va– rnos a tierra Ildefonso, Matilde, Enrique y yo para to– lTIar un baño de agua dulce, y Matilde, además, para conocer a Da. Camila de Soto. Volvemos a bordo a las 10 1 -12 a.m. Todo el día foma carga el.NEKO, qUé es un barco de carga y descarga mercadenas en cada uno de los puedos, sin tener itinerario fijo.

FEBRERO 11

A las 3 1 12 de la madrugada zarpamos de Ama– pala, no para Corinto, sino que a las 6 a.m. entrarnos de nuevo a La Unión. Las Tijerinos, que en este últi– mo puerlo habían desembarcado, vuelven al NERO, y en la tal'de regresamos a Amapala. Unos alemanes que vienen a bordo, no cesan de apurar cerveza que les sirven en unos picheles enlozados, y los cristales en que la tornan son vasos gruesos de forma cilín– drica: son incansables para ingerir este líquido.

Sabernos, por telegrama que lldefonso recibe, que Gonzalo Espinosa esfá grave en New York, supongo que padece de pulmonía: me inquieta esta noticia.

FEBRERO 12

Al rayar el alba descubrirnos las costas del Car– dón. ¡Cómo emociona mi alma el contemplar, des– pués de siete años de destierro, las costas de mi pa– iria! El panorama que presenta la entrada de la ba– hía de Corinto es bellísimo.

Acabo de saber que Gonzalo Espinosa lnurió el 8 del corriente a las 6 a.m. en New York. Ildefonso y Enrique me ocultaron la h-iste nueva, que desde ayer supieron ellos por telegrama de mi hijo Fernan– do para mí. Más que un primo fue Gonzalp corno hermano mío, tal era el afecto que nos profesábamos.

El registro en la aduana fue de pura fórmula, lo cual me sorprende; tal vez nos trataron así porque venirnos con Angélica Blandino a quien el Comandan– te del puerlo, Coronel Rafael César Medina colma de atenciones.

Por la noche le llevan la Banda marcial a nues– ira compañera de viaje Angélica y toca, durante dos horas, lo que en Nicaragua llaman "una retreta" o sea un concierlo de música ejecutado con cualquier instrumento, ya sea de cuerda o de viento. Esta aten– ción del Comandante Medina me persuade de que ha sido por Angélica todaS las atenciones que con noso– trqs ha tenido.

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