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« Previous Page Table of Contents Next Page »quellos recursos que ahora destinamos a material de gua– ara. Como bien lo ha dicho el gobierno de Chile: ya ha riegado el momento de tomar las primeras médidas enea· minadas a obtener un límite razonable de armamentos. y la nueva generación de jefes militares ha demostrado poseer una conciencia más clara de que los ejércitos pue· den no sólo defender a los países, sino, como hemos
apr~ndido a través de nuestro Cuerpo de Ingenieros, tamo bién pueden ayudar a edificarlos.
Décimo, invitamos a nuestros amigos de la América Latina a que contribuyan a enriquecer la vida y la cultura de los Estados Unidos. Necesitamos profesores versados en la literatura, historia, y tradiciones latinoamericanas; necesitamos oportunidades de que nuestra juventud vaya a estudiar a las universidades latinoame¡'icanas; necesita– mos acceso a la música, al arte y al pen.samiento de los grandes filósofos de la América Latina. Porque sabemos que tenemos mucho que aprender.
De esta forma habrán de contribuir ustedes a enrique– cer espiritual e intelectualmente la vida del pueblo de los Estados Unidos; y además, a aumentar la comprensión y el respeto mu,tuo entre todas las naciones del hemisferio. Con estas medidas, nos proponemos realizar la revo– lución de las Américas y construir un hemisferio en el que todos los hombres abriguen la e$peranza de lograr nive· les de vida adecuados, y en el que todos puedan vivir su vida en un ambiente de dignidad y libertad.
Para alcanzar esta meta, la libertad política debe acompañar al progreso material. Nuestra "Alianza para el Progreso" es una alianza de gobiernos libres, y debe perseguir el objeto de suprimir la tiranía en un hemisferio donde no hay legítimo lugar para ellá. En consecuencia, expresemos nuestra especial amistad al. pueblo de Cuba
y al de la República Dominicana y nuestra esperanza de que vuelvan a unirse pró'nto a la sociedad de hombres li– bres, sumándose a todos en nuestro esfuerzo común. Esta libertad política debe aunarse a un cambio so– . cial. Porque a menos que se emprendan libremente las necesarias reformas sociales, inclusive la reforma tributa-
ria y la reforma agraria; a menos que ampliemos las opor· tunidades ,para nuestros pueblos; a menos que las grandes masas del hemisferio participen en una creciente prosperi. dad, nuestra alianza, Iluestra ,'evolución nuestro ensueño y nuestra libertad habrán Fracasado. Pero pedimos un cambio social mediante hombres libres -cambio en el es– píritu de Washington y Jefferson, de Bolívar y San Martín y Martí-, no un cambio que pretenda imponer las tira– nías que hace siglo y medio derribamos. Nuestro lema es el que siempre ha sido: Progreso, sí; tiranía, no. Pero nuestro mayor reto nos surge de adentro: del esfuerzo por crear una civilización hemisférica en la cual se robustezcan los valores espirituales y culturales me– diante una base de progreso material de amplitud crecien– te, en la cual cada nación, dentro de la rica diversidad de sus propias tradiciones, se sienta libre de escoger su pro– pio camino hacia el pr~greso.
La consumación de esta labor I'equerirá, desde lue– go, el esfuerzo de todos los gobiernos del hemisferio. Pero nunca bastarán los esfuerzos de los gobiernos. En definitiva, es el pueblo el que debe ayudarse a sí mismo.
y así digo a todos los hombres y mujeres de las Américas, al cam,pesino en el campo, al obrero en la ciu– dad, al estudiante en la escuela: prepara tu mente y tu corazón para la tarea que te espera; moviliza tu brío y tu voluntad y que cada cual dedique su energía al mejora– miento de todos, de modo que tus hijos y los hijos de tus hijos. disfruten de una vida más rica y más libre. Transformemos de nuevo el Continente Americano en un enorme crisol de ideas y esfuerzos revolucionarios como tributo al poder de la energía creadora de los hom–
bre~ libres y como ejemplo al mundo todo de que la libertad y el progreso marchan juntos de la mano. Despertemos de nuevo nuestra revolución americana baso' ta que sirva de guía a las luchas de los pueblos en todas par,tes; no con un imperialismo de la fuerza o del miedo, sino con el imperio del valor, de la libertad y de la espe– ranza en el porvenir del hombre.
14 de marzo de 1961
MENSAJE AL CONGRESO
DE LOS ESTADOS UNIDOS, SOBRE IBEROAMERICA
El 8 de septiembre de 1960, a solicitud de la Admi– nistración, el Congreso autorizó la suma de 500 millones de dólares con destino al Fondo Interamericano de Pro– greso Social. Con esa autorización, los Estados Unidos
y otras dieciocho repúblicas americanas suscribieron el 12 de septiembre de 1960 el Acta de Bogotá.
En el mismo ¡proyecto de ley, el Congreso autorizó la cantidad de 100 millones de dólares para la reconstruc– ción y rehabilitación a largo plazo de las regiones del sur de Chile, devastadas recientemente por incendios y terreo motos. .
Solicito ahora que el Congreso consigne la cantidad completa de 600 millones de dólares.
El Acta de Bogotá señala una crisis histórica en la
evolución del hemisferio occidental. Por vez primera acordaron las naciones americanas unirse en un esfuerzo de cooperación en gran escala para fortalecer las institu– ciones democráticas mediante un programa de desarrollo económico y de progreso social, , .
Semejan,te programa es necesario desde hace mucho tiempo. En toda la extensión de Latinoamérica luchan millones de 'personas por librarse de las cadenas de la pobreza, el hambre y la ignorancia. Al dirigir sus mira– das al Norte y al Este ven la abundancia que puede traer consigo la ciencia moderna. Saben que los instrumen·tos del progreso se hallan a su alcance y están resueltos a conseguir una vida mejor para ellas y para sus hijos. Los ,pueblos de Iberoamérica son herederos de una profunda creencia en la democracia política y en la liber– tad del hombre, y de una fe since~a en que el mejor ca-
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