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« Previous Page Table of Contents Next Page »I fondos por el Banco Interamericano de Desarrollo yla -:dministración de Cooperación Internacional.
por ejemplo, la distribución desigual de la tierra es
. o de los más graves problema!! sociales en muchos u: fses latinoamericanos. Etl algunas naciones, al 2 por
~OO de las fincas rústicas corresponden las tres cuartas partes de la extensión agrícola total .. Y en un paí~ cen– troamericano, el 40 por 100 de las herras de propiedad privada corresponde al 0.2 por 100 del número de fincas. Es evidente que cuando la propiedad de la tierra se halla tan concentrada, los esfuerzos para aumentar la produc– tividad agrícola sólo beneficiarán a un porcentaje muy pequeño de la población. Por ello, para que los fon~os
destinados a mejorar la utilización de la tierra sean em– pleados eficazmente, deberán de destinarse a aquellas naciones en las que los beneficios llegarán a la gran masa de trabajadores rurales. .
EJEMPLOS DE POSIBLES ZONAS DE PROGRESO
Cuando cada nación demuestre su voluntad de ate– nerse a estos principios generales, entonces los recursos exteriores se concentrarán en ¡proyectos que ejerzan el máximo efecto multiplicador en la movilizacíón de los recursos propios, en la contribución a la reforma institu– cional y en la reducción de los principales obstáculos a un desarrollo en el que :todos ·puedan participar. En lo que se refiere a la vivienda, por ejemplo, para los grupos de ingresos medios puede hacerse mucho me– diante el perfeccionamiento de los mecanismos de crédito. Pero como en la gran mayoría de los casos el ingreso familiar es sólo de lOa SO dólares al mes, hasta que el nivel general de los ingresos se eleve, el medio más pro– metedor de mejorar la vivienda para la mayoría consiste en los proyectos de autoayuda a los que se presta asisten– cia, ,proyectos en los que al trabajador de pocos ingresos se le facilitan materiales baratos, terreno y alguna orien– tación técnica; luego construye la casa con su prop·io tra– bajo, pagando los materiales con una hipoteca a largo plazo.
La enseñanza es otra esfera en la que los esfuerzos
de autoayuda pueden eficazmente ampliar las oportuni– dades educativas, y pueden utilizarse las técnicas más variadas, desde la construcci6n de escuelas a las que toda , la aldea aporta su trabajo, hasta la utilizaci6n de personas de la localidad como maestros en jornada parcial. En la esfera de la utilización de la tierra no hay se– paración estricta entre el desarrollo económico y el social. El mejoramiento de la utilización de la tierra y de las condiciones de vida rural recibieron justa prioridad en el Acta de Bogotá. La mayor parte de los latinoamericanos vive y trabaja en el campo. Sin embargo, la producción
y la productividad agrícolas han quedado muy retrasaclas tanto respecto al desarrollo industrial como a las necesi– dades urgentes de consumo y exportación.
Como consecuencia, la pobreza, el analfabetismo, la desesperación y un sentimiento de injusticia -condicio– nes que son terreno fértil para la intranquilidad política y social- son casi universales en las zonas rurales de Lati– noamérica.
Asf, pues, existe la necesidad inmediata de una producción agrícola más alta y variada, de una mejor dis– tribución de la riqueza y los ingresos, y de una participa– ción más amplia en el proceso de desarrollo. Esto puede
lograrse en parte establecienclo organismos vigilados de crédito rural, contribuyendo a financiar la colonización de
nuevas tierras, construyendQ carreteras de acceso a los nuevos poblados, lIeV<tndo
él cabo encuestas e investiga– ciones agrícolas e introduciendo servicios de extensión agrícola. ,
ADMINISTRACION DEL FONDO INTERAMERICANO
PARA EL PROGRESO SOCIAL
Para el éxito de estos esfuerzos cooperativos es fun. damental que las naciones iberoamericanas desempeñen un importante papel en la administración del Fondo So– cial.
Por tanto, la parte principal de los fondos será ad– ministrada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), una oganización a la que pertenecen casi todas las repúblicas americanas.
Del total de SOO millones de dólares, 397 millones serán asignados al BID para ser administrados con arreglo a un acuerdo especial de fideicomiso con los Estados Uni– dos. El BID aplicará la mayor parte de estos fondos sobre una base de préstamos en términos flexibles, in– cluyendo tipos bajos de interés o el pago el' moneda local. Las principales esferas de actividades del BID se· rán la colonización de tierras y el mejol'Clmiento de la utilización de la tierra, el suministro de agua y el sanea– miento y la asistencia técnica relacionada con la moviliza– ción de los recursos financieros del país.
Con objeto de fomentar el progreso en actividades que generalmente no se sufragan a sí mismas y que por ello no son apropiadas para el financiamiento por medio de p.'éstamos, la suma de 100 millones de dólares será administl'ada por la Administración de Cooperación In– ternacional (lCA). Estos fondos serán aplicados principal– mente en forma de subvenciones para la enseñanza y el adiestramiento, proyectos de salud pública y for,taleci– miento de los servicios gubernamentales generales en esferas relacionadas con el desarrollo económico y social. Los fondos administrados por la ICA podrán utilizarse también para la asistencia a proyectos de progreso social en territorios dependientes que van a hacerse indepen. dientes, pero que todavra no son miembros del BID. Hasta seis millones de d61ares más se utilizarán para contribuir a fortalecer lá Organización de Estados Ameri· canos (OEA). A fin de vigorizar el movimiento hacia una adecuada autoayuda y mejora iwsirtucional, el Consejo Económico y Social Interamericano de la OEA está refor– zando su Secretaría y su /personal. Está elaborando tam– bién acuerdos cooperativos con la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Latinoamérica y el BID. Estos tres organismos regionales colaborarán para llevar a cabo estudios de la región y para patrocinar conferencias enca– minadas a lograr la refoma tributaria, un mejor aprove– chamiento de la tierra, la modenización de la enseñanza y la elaboración de sanos programas de desarrollo nacio– nal.
Muchas de las naciones de las Américas han respon– dido ya a las medidas tomadas en Bogotá, dirigiendo la atención a sus más urgén,tes problemas sociales. En el breve período transcurrido desde la reunión de Bogotá, las Embajadas y Misiones de los Estados Unidos, después de celebrar conversaciones con los Gobierno iberoameri– canos, han informado ya sobre propuestas para proyectos
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