This is a SEO version of RC_1963_11_N38. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »técnica; mano de obra especializada elel Cuerpo de la Paz; subvenciones para desarrollo; subvenciones transito– rias, de sostenimiento o de emergencia; préstamos para desarrollo reembolsables en moneda local, y préstamos para desarrollo reembolsables en dólares, con condiciones especiales de reembolso que satisfarán las necesidades del país favo~ecido. Esos instrumentos se coordinarán con las actividades del Banco de Exportación e Importación, y con garantías de préstamo e inversiones a las empresas particulares.
El instrumento en que se hará más hincapié, por ser el más importante, serán los préstamos para desarrollo a largo plazo con un interés muy reducido o sin él, reem– bolsables en dólares y destinados a fomentar el progreso en las naciones poco desarrolladas que tengan verdaderas posibilidades de llegar a depender exclusivamente de sí mismas, pero que 110 puedan conseguir préstamos de las instifuciones dedicadas a ello. Las condiciones de reem– bolso variarán, desde un ¡plazo de cincuenta años para los países que emprendan ahora el camino del desarrollo, hasta plazo mucho más corto para los países que se estén
aproximan~o a la etapa de progreso autónomo.
Tales préstamos a largo plazo son preferibles a las subvenciones directas y a los "préstamos blandos", reem– bolsabies en moneda local, que son de poco beneficio para el c;ontribuyente norteamericano. La preferencia por los préstamos con un interés muy reducido o sin él no está encaminada a perjudicar a otras instituciones. El objetivo es conseguir flexibilidad en el ,período de reem– bolso y fijar el requisito del reembolso final en dólares para asegurar la buena marcha de la contabilidad, a la vez que se satisfacen en una re!=lión las necesidades no
sat¡sf~chas por !os proveederes de capitales en condicio– nes normales.
Prestar en esas condiciones no es un práctica ban– caria corriente. Lo hacemos 110sotros confiando en que en 105 próximos años y décadas surgirá un grupo de na– ciones independientes, en desarrollo y confiadas en sí mismas.
VI
Un programa basado en planes a largo plazo y no en crisis de poca duració¡1 no puede ser financiado con consideraciones a corto plazo. Autorización, planeamien– to y financiación a largo plazo son la clave de la conti– nuidad y eficacia de todo el programa. Si no estamos dispuestos a contraer tal comp.'omiso a largo plazo no podemos esperar una mc:yor respuesta de otros posibles donantes ni un planeamiento realista por parte de las naciones beneficiarias.
Recomiendo, 'por taI1t." para el nuevo organismo de ayuda una autorizaci6n de 110 menos de cinco años, con autoridad para hacer empI'éstitos también durante cinco años y para concertar y facilitar préstamos que habrán de ser devueltos en dólares, dentro de los límites expuestos posteriormente. Ninguna otra medida sería para el mun– do entero una indicación tan clara de nuestras intencio– nes. Nada contribuiría más a eliminar las I'estricciones y confusiones que tan a menudo han hecho ineficaz el actual programa de ayuda exterior. Nil1guna otra medida con– tribuiría más a obtener el servicio de ¡personal de la más alta calidad. Y de ninguna otra manera podemos alentar
a las naciones menos desarrolladas a realizar un esfuerzo nacional sostenido durante un largo período.
Pues si queremos tener un programa destinado a aclarar el porvenir, ese programa ha de timer él mismo un porvenir. La experiencia ha mostrado que las necesi_ dades a largo plazo no pueden ser satisfechas uniforme y
económicamente por medio de una serie de programas de un año. Intimas consultas y cooperación con el Con_ greso y sus comisiones serán esenciales, incluyendo una revisión anual del programa.
y seguiremos necesitando asignaciones anuales de las cantidades necesarias para satisfacer los requisitos para los que no serían apropiados los préstamos reembol_ sables en dólares. Estas asignaciones estarían di$ponibles hasta que se gastaran, con objeto de evitar cualquier anti– económico apresuramiento para compromeler fondos al término del año fiscal.
La nueva continuidad y flexibilidad que traerá con– sigo esta clase de autoridad. a largo plazo habrá de origi– nar necesariamente un esfuerzo mayor y más productivo por parte de las naciones en desarrollo, mayores aporta– ciones de nuestros aliados más prósperos, resultados más sólidos, y, a la larga, una verdadera economía para los contribuyentes. La nueva insistencia en planes a largo plazo y en objetivos realistas dará tanto al Congreso co– mo al poder ejecutivo una mejor base para evaluar la validez de nuestros gastos y progreso.
VII
Una autoridad para hacer empréstitos y planes a largo plazo, aunque limitada, nos permitirá demostrar la seriedad de nuestras intenciones a otros posibles donan– tes y al ml)ndo menos desarrollado.' A lo largo de los cinco años próximos, el programa económico aquí pro– puesto, juntamente con un prógrama ampliado de Ali– mentos para la Paz, tal y como se recomienda en mi Mensaj(l sobre agricultura, y los proyectados préstamo's del Banco de Exportación e Importación, constituirán tina actividad de asistencia económica norteamericana directa de considerable magnitud.
Sin embargo, se requerirá ,tiempo para establecer los nuevos conceptos y ¡prácticas que se proponen. Así, durante este año inicial, aunque habremos de contraer los necesarios compromisos a largo plazo para préstamos de desarrollo, será innecesario pedir al Congreso fondos adi– cionales paa'a el programa de este año.
En consecuencia, aunque los fondos solicitados por mi predecesor serán profundamente modificados en lo que se refiere a su empleo y propósito, voy a pedir al CC?n– greso un ~resupuesto total de ayuda exterior de nueva autoridad para contraer obligaciones no mayor que el solicitado en el presupuesto mínimo anteriormente presen– tado (4,000 millones de dólares), a pesar del hecho de que el número de nuevas naciones que necesitan asisten– cia aumenta constantemente, y, al aumentar la autoridad pa.'a ayuda no militar, reduciendo al mismo tiempo la asistencia militar, este presupuesto presenta un nivel de gastos realEls en ayuda no militar no más elevado que el que se refleja en el presupuesto anterior (1,900 millones de dólares). (En estas cifras no se reflejan, naturalmente, las operaciones con arreglo a la Ley Pública 480.)
Al considerar este programa he tenido también cui– dadosamente en cl,lenta su influjo 50b.re nuestra balanza
-48-
This is a SEO version of RC_1963_11_N38. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »