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« Previous Page Table of Contents Next Page »a representación equilibrada. En vista del enol'me cam– bio que ha habido en los estatutos de este organismo des· de su fundación, la delegación norteamericana se unirá él
cualquier esfuerzo para que se efectúe cuanto antes la revisión y modificación de la composición de los organis– mos de las Naciones Unidas.
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Hoy día todo habitante de este planeta tiene que tener en cuenta que quizá llegue un día en que este pla– neta ya no sea habitable. Todo hombre, toda mujer, to– do niño viven bajo la espada nuclear ele Damocles, colgada de los hilos más débiles, que pueden ser cortados en cualquier momento por accidente, error de cálculo o por locura. Las armas de guerra tienen que suprimirse antes de que ellas nos supriman a nosotros.
Durante quince años esta organización ha tratado de obtener la reducción y la destrucción de los armamentos. Ahora esta meta ya no es un sueño; es cosa de vida o muerte. Los peligros inherentes al desarme son pálidos en comparación a los peligros inherentes a una competen– cia ilimitada de armamentos.
El programa que será presentado ante esta asamblea para el desarme general y completo bajo un control inter– nacional eficaz-, es una moción para reconciliar la opinión de aquellos quienes insisten en un desarme pro– gresivo y aquellos quienes no quieren sino un desarme total y definitivo. Serviría para crear los medios de con– servar la paz mientras se destruyeran los medios de hacer la guerra. Protedería mediante etapas equilibradas y seguras en forma tal que ningún estado tuviera alguna ventaja militar sobre los otros. Colotaría la responsabili– dad de la verificación y del control en donde debe ser colocada: no a cargo de las grandes potencias exclusiva– mente, ni a cargo de los adversarios o de sí mismos, sino a cargo de una organización internacional dentro del mar– co de las Naciones Unidas. En esta forma se garantizaría esa condición indispensable del desarme -una inspec– ción real y verdadera- y la aplicaría proporcionalmente al grado de desarme. Abarcaría tanto los sistemas de entrega como los armamentos. Y en su última etapa pon– dría fin a su ¡producción tanto como a sus pruebas, a su traslado tanto como a su posesión. Haría efectiva, bajo la vigilancia de una organización internacional de desar– me, una constante reducción de fuerzas tanto nucleares como convencionales, hasta suprimir todos los ejércitos y todos los armamentos salvo los necesarios para el orden interno y una Fuerza de Paz de las Naciones Unidas. Y este programa inicia dicho proceso ahora, hoy mismo, al empezar esta plática.
En suma, el desarme general y complelo ya no debe de ser un lema útil para resistir los primeros pasos. Ya no debe ser una meta sin medios de alcanzarla, sin me– dios para verificar su progreso, sin medios de mantener la paz. Es ya un plan, un proyecto concreto, y una prue– ba para aquellos que sólo están di~puestos a hablar y una prueba para aquellos que están dispuestos a actuar.
IV
la manera lógica de empezar es con un tratado. proscribiendo las pruebas nucleares de todas clases en todo ambiente, y con controles que se puedan aplicar Los Estados Unidos y el Reino Unido han propuesto u~
tratado que es a la vez razonable, eficaz y que está Ya listo para firmarse. Nosotros estamos dispuestos a fir– marlo hoy mismo.
También propusimos una prohibición mutua de prue– bas nucleares en la atmósfera, sin ins¡pección ni controles, para salvar a la raza humana del veneno de la precipita_ ción radioactiva. Lamentamos que ese ofrecimiento haya sielo rechazado. . A lo largo de 15 años hemos procurado hacer del átomo un instrumento de desarrollo pacífico y no un ins– trumento de guerra. Pero en estos 15 años nuestras concesiones han encontrado como respuesta la obstruc_ ción, y nuestra paciencia la intransigencia. Y las súplicas de la humanidad en pro de la paz no han sido escucha– das.
. .
Nuestras pruebas no están contaminando la atmós– fera. Nuestras armas de disuasión están protegidas contra explosión accidental o utilización. Nuestros mé–
dicos y nuestros hombres de ciencia se encuentran listos para ayudar a cualquier nación a medir y a evitar los peligros a la salud que resultan inevitablemente de las pruebas en la atmósfera.
Pero con el objeto de detener la fabricación de estas terribles armas, de poner un fin a la contaminación del aire, de poner un fin a esta creciente competencia de armamentos, estamos dispuestos a buscar nuevas formas de acuerdo, y así nuestro nuevo Programa de Desarme incluye las siguientes propuestas:
Primero, la firma del Tratado de la Proscripción de Pruebas -por todas las Naciones. Esto se puede hacer ahora mismo. Las negociaciones no necesitan ni deberán esperar al desarme ge– neral.
Segundo, interrumpir la producción de materia– les vendibles para usarse en armas, e impedir su envío a toda nación que en el momento actual no tenga armas nucleares.
Tercero, prohibir el traslado de control sobre ar– mas nucleares a estados que no lo tienen. Cuarto, evitar que las armas nucleares siembren nuevos campos de batalla en el espacio exterior. Quinto, destruir ¡paulatinamente las armas nuclea– res que existen actualmente y convertir sus ma– teriales en usos pacíficos; y
Por último, poner un fin a las pruebas sin límites y a la producción de vehículos estratégicos de distribución nuclear, e irlos destruyendo gradual– mente, también.
Pero la destrucción de las armas no es suficiente. Te– nemos que crear a medida que destruimos: crear un de– recho mundial y tomar medidas para asegurar el cumpli– miento de la ley a la vez que proscribimos la guerra mun– dial y las armas. En el mundo que anhelamos, las Fuer– zas de Emergencia de las Naciones Unidas que han sido
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