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« Previous Page Table of Contents Next Page »pobreza y de la ignorancia que han perdurado duo rante siglos exigi~á sacrificios y esfuerzos sin fin. Pero estamos deddidos a seguir este camino.
Estos son los principios de nuestra Alianza para el Progreso, cuya consecución final está en vuestras manos y que no se alcanzarán ni eón discursos ni documentos, sino por medio del trabajo y del sacrificio, de la valentía y del tesón por medio de individuos de este Hefisferio. Me doy perfectamente cuenta de que los Estados Unidos no siempr,e han observado fielmente estos principios en sus relaciones con vuestros países. Hemos cometido erro· res. En algunas ocasiones pudo parecer que nosotros consideramos la libertad como una institución interna y el progreso como privilegio nacional.
LOS ASUNTOS INTERAMERICANOS
Pero creo que también ha habido otro aspecto más duradero de los asuntos interamericanos. Desde los pri– meros días de vuestra lucha por la independencia, cuan– do se utilizaron los puer:tos de los Estados Unidos para equipar a expediciones contra los españoles y cuando uno de los héroes de ,la liberación venezolana recibió "un prés– tamo" de pólvora del ejército de los Estados Unidos, has· ta los días en que el Presidente Adams reconoció por vez primera a las nuevas República's, se estableció la política del Buen Vecino de Fr,anklin Roosevelt e hicimos nuestro esfuerzo conjunto por derrotar la agresión del facismo, siempre se han reconocido que nosotros que compartimos un continente también compartimos problemas comunes, así como aspiraciones comunes y una responsabi'lidad con· junta por el bienestar del Nuevo Mundo.
Son estos lazos los que han perdurado a través de todos los avatares de la historia, a través de todos los con· flictos y crisis y los que ahora nos unen en un esfuerzo por hacer de las Américas un ejemplo inspirador para los hombres libres de todo el mundo. Constituye este un alto llamamiento. Pero es para el que os llama la his· toria.
Quiero terminar con unas breves palabras sobre Cu· bao Compartimos un gran sentimiento de pesar por cuan· to ha ocurrido a nuestros conciudadanos americanos en esa infortunada isla. La promesa brillante de una era nueva de libertad y progreso para el pueblo cubano se ha visto transformada en las horrendas realidades de la dominación soviética, del Estado·Policía y de la crecien· te pobreza. Deseamos par'a el pueblo cubano los mis· mos cuatro principios que inspiran nuestra Alianza para
el Progreso en el resto del Hemisferio. Nos damos cuen. ta de que la reforma agraria, los cambios sociales y la Ii.
beración política debían haberse realizado hace mucho tiempo. No nos oponemos, sino más bien apoyamos lo~
elevados principios proclamados desde la Sierra Maestra
y traicionados en la Habana. Deseamos que el puebl'o de Cuba se vea libre par,a decidir qué clase de sistema le conviene más.
Lo que no podemos aceptar en Cuba es la ce. sión de su soberanía a la Unión Soviética y la transo formación de esa Isla en una base, a partir de la cual Rusia pretende extender su imperio a las costas de este Continente. Se ha derramado demasiada sangre dur:ante demasiados años para preservar nuestra independencia de la dominación extranjera y no podemos nunca' estar tranquilos en nuestro he– misferio hasta que la Unión Soviética, siga el mismo camino que Jorge Tercero, que los conquistadores españoles, que Maximiliano y William Walker.
Así ,tiene que ser y así será.
Os hablo como a hombres y a mujeres dedicados a la más alta vocación de vna sociedad libre. Un distin. guido dirigente de mi propio país, Tomás Jefferson, ~n
cierta oportunidad nos advirtió que "si una nación espera ser ignorante y libre. .. espera lo que nunca fue y nunca será; no podrá encontrarse ninguna otra base (salvo la de la educación) para preservar la libertad y la felicidad". Esta es la r,azón por la cual vosotros que tenéis la suerte de asistir a esta universidad también habéis asu– mido la gran obligación que acompaña a esta oportuni. dad. Un distinguido rector de vuestra universidad, el hombre cuyo nombre lleva esta ciudad universitaria, &1 doctor Rodrigo Facio, escribió: "La libertad no es una cosa sino una forma de vida. .. que requiere un creci· miento constante, una expansión, un fortalecimiento si es que va a sobrevivir. Detenerse Ipara ella es rendirse. Su rigidez equivale a la pérdida de aliento vital". En sus manos, amigos, han sido colocados los medios de conocimiento y la habilidad que podrán hacer que crezca y florezca la libertad.
Vuelvo ahora a los Estados Unidos. Vuelvo con la confianza renovada de que he visto aquí en esta univer– sidad a aquellos cuyos esfuerzos "garantizarán que las esperanzas y las obras de una generación de americanos no habrán sido en vano".
2 de abril de 1963
SOBRE DEFENSA Y AYUDA AL MUNDO LIBRE
"La paz tuvo sus victorias, no menos renombradas que la guerra", ha dicho Milton. Y no ha habido victo· ria de tiempos de paz, en la historia, cuyo impacto tuvie– ra tan largo alcance ni haya servido tan bien a la causa de la libertad como las victorias logradas en los últimos diecisiete años por los programas de defensa y ayuda muo tuas de esta nación. Estas victorias han sido, en su ma·
yor parte, tranquilas. .. no dramáticas. Su meta no ha consistido en ganar territorios para los Estados Unidos ni apoyo en las Naciones Unidas, sino preservar la libertad y la esperanza y evitar la tiranía y la subversión en doc$' nas de naciones de importancia fundamental en todo el mundo.
Los Estados Unidos están gastando hoy más del 10
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