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tierras en las que vive un tercio de la poblaciól1 del mun. do. La revolución industrial y científica se expande a 105

rincones extremos de la tierra. Y dos ineconciliables puntos de vista sobre el valor, los derechos y "el papel del ser humano están frente a los pueblos del mundo. En alrededor de ochenta naciones en desarrollo, ha. brán de adoptarse incontables decisiones .. , grandes y pequeñas durante los días, los meses y los años por ve– nir. .. decisiones que, consideradas en conjunto, estable· cerán el sistema económico y social, determinarán la conducción política, darán forma a las prácticas poHticas y moldearán las estructuras de las instituciones que habrán de .p"omover, ya sea el consentimiento o la coerción de un tercio de la humanidad. Y esas decisiones habrán de afectar profundamente la conformación del mundo en que nuestros hijos crecerán y madurarán.

Africa se agita incansablemente para consolidar su independencia y para hacer que esa independencia tenga un significado para su pueblo a través del desarrollo eco– nómico y social. El pueblo de Estados Unidos ha afir· mado y reafirmado su simpatía por esos objetivos. Asia libre responde decididamente al desafío políti. co, económico y militar de los ininterrumpidos esfuerzos de China Comunista por dominar al continente.

La América Latina se esfuerza por dar pasos decisivos hacia una democracia efediva... en medio de la turbu· lencia y los rápidos cambios sociales y la amenaza de la subversión comunista.

Los Estados Unidos, el más rico y más ¡poderoso de todos los pueblos, una nación comprometida en favor de la independencia de las naciones y de una vida mejor pa– ra todos los pueblos, no puede ya mantenerse al margen de este momento crítico de decisión, así como no podemos retirarnos de la comunidad de naciones libres. Nuestro esfuerzo no es meramente simbólic~: está dirigido a fa– vorecer los vitales intereses de nuestra seguridad. Dentro de este contexto yo confío el1 que el pueblo nor·teamel'icano, por medio de sus representantes en el Congreso, considere nuestro pedido de este año en ma· teria de fondos para ayuda al exterior, destinada cuidado– Sa y explícitamente a afrontar estos concretos desafios. No es ésta una carga abrumadora. Es un nuevo capítulo de nuestra participación en una lucha ininterrumpidamen. te vital, el esfuerzo más exigente y constructivo jamás

emprendido ¡por el hombre en bien de la libertad y de su prójimo.

11. OBJETIVOS PARA MEJORAR

En un mundo cambiante, nuestros programas de defensa y ayuda mutuas deben estar sometidos a constan· te consideración. Las recomendaciones que aqui formu· lo, reflejan la labor de la comisión Clay, el estudio hecho por el nuevo administrador de la Agencia para el Desarrollo Internacional, y la experiencia lograda en nuestro primer año completo en que administramos el nuevo y mejorado programa autorizado por el Congreso en 1961. Existe fundamental acuerdo en estos estudios en el sentido de que tales programas de ayuda son de gran valor para nuestros grandes intereses nacionales; que sus conceptos y su organización básicos, contempla– dos en la legislación existente, están adecuadamente concebiclos; que se han logrado y se siguen haciendo pro– gresos para convertir estos conceptos en acción. .. pero

que queda todavía mucho Ipor hacer para mejorar nues. tras realizaciones y hacer el mejor uso posible de estos programas.

Además, existe acuerdo fundamental en toclos estos estudios respedo de seis recomendaciones básicas para el futuro.

Objetivo N9 1. Aplicar patrones más estrictos de selección y autoayuda para llevar ayuda a los países en

desarrollo. Este objetivo recibió especial atención de la

Comisión para Afianzar la Seguridad del Mundo Libre (Informe Clay), que estima que la aplicación de este cri. terio proporcionaria una apreciable economía en los pro. gramas elegidos a lo largo del plazo de uno a tres años venideros.

Se han logrado ya considerables progresos en este sentido. Si bien el número de ex-colonias que han lo. grado su independencia expande la lista total de países que reciben ayuda, el 80 por ciento de toda la ayuda económica se asigna ahora a sólo 30 países; y la ayuda militar es concentrada aún más estrechamente. La pro. porción de préstamos para el desarrollo -en contraste con las donaciones directas- ha aumentado del 10 al 60

por ciento. Hemos colocado todos nuestros préstamos de desarrollo sobre la base del reembolso en dólares; y en este año aumentamos nuestros esfuerzos, como lo reco. mienda la Comisión Clay, para enmendar nuestras condi. ciones de préstamos, de modo que los tipos de intereses y plazos de vencimiento reflejen en mayor grado IEls dife– rencias en cuanto a la capacidad de los distintos países para ¡¡tencler los servicios de la deuda. . Especialmente en la Alianza para el Progreso, y en grado credente en otros Iplanes de ayuda, se hace hinca. pié en la autoayuda y en la auiorreforma por parte de los mismos que reciben aquélla, empléandola como un cata~

lizador de progreso y no como una donación. Por último,

y además de hacer hincapié en la ayuda económica, más que en la militar. siempre que las condiciones lo permital'\, estamos considerando en forma muy distinta tanto el vo· lumen como el objetivo de esas fuerzas militares locales que reciben nuestra ayuda. Nuestra crecida insistencia en la segul'idad interna y en la acción cívica en cuanto a la ayuda milital', se basa en nuestra experiencia de que en los paises en desarrollo las fuerzas militares pueden tener que desempeñar un importante papel, tanto económico como protector. Por ejemplo, en la América Latina, duo rante el año fiscal de 1963, los fondos para ayuda militar asignados :para realizar trabajos de ingeniería, medicina y

otros de acción cívica, aumentaron a más del doble. Objetivo N9 2. Lograr una reducción y, finalmente, la eliminación de la ayuda norteamericana, permitiendo a las naciones lograr mantenerse a sí mismas lo más rápi· damente ·posible. Tanto esta nación como los paises a los que ayudamos obtienen una recompensa al alcanzar el punto de la autarquía, el punto en que ya no requerirán ayuda exterior para mantener su independencia. Nuestro objetivo no es un plazo arbitrario, sino la fecha más próxi. ma posible de "partida" ... la fecha en que sus economías habrán sido lanzadas con suficiente impulso para permi. tirles mantenerse solas, y requieran solamente las mismas fuentes normales de financiación externa para responder a las crecientes necesidades de ca¡pitales, que este pals necesitó durante muchas décadas.

Para algunos, esta meta está próxima, en lo que a

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