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« Previous Page Table of Contents Next Page »humana con una cabeza que bien podría representar un cráneo humano.
Todas las estatuas y bajo relieves están trabaja– dos aquí como en los de Punta del Sapite, en un ba– salto duro, negro-gris. Las figuras humanas son de un tamaño algo menor que el natural.
Las excavaciones que se hicieron entre los I'non– tones de piedras, produjeron algunos objetos de cerá– mica y algunos de piedra. No se pudo descubrir de
metalt~:;.
A\igunas piezas encontradas eran partes de vasos
y vasijas, unas representaban cabezas humanas, otras cabezas de animales. Todas estaban bien pintadas en café, rojo y amarillo. Entre lo~ diferentes objetos de piedra ,habían cabezas de animales, partes de va– sos, todos finamente esculpidQ$ en una dolecita dura, gris, utensilios para raspar y para moler o triturar, estos últimos de andesita.
En el capítulo siguiente haré una corta relación de los pueblos que eran los creadores de las obras de arte que aquí he descrito por primera v~z.
LOS HABITANTES PRIMITIVOS DE NICARAGUA
A la llegada de los españoles, bajo el mando de Gil González de Avila, en el año de 1522, el territorio que ahora forma la República de Nicaragua y la parte noreste de Costa Rica, estaba habitado por razas indí– genas de cUCltro diferentes tribus, que uno puede con confianza tomar como de origen diferente y que ha– bían emigrado hasta aquí en diferentes períodos. La Costa Atlántica, de rica vegetación pero hú– meda, y las altas tierras montañosas vecinas, con sus enormes bosques, eS'iaba habitada por tribus más o menos nómadas con un bajo nivel de civilización, a pe– sar de que, por lo que se puede juzgar de las narracio– nes de Colón en su cuarto viaje, o de los pocos re lotos que tenemos de los piratas, era más alto que al pre– sente, viviendo elías mejor que las actuales poblaciones, que se puede juzgar son sus descendientes, los Mos– quitos, los Ramas, los Sumos y otros.
Entre la costa este y los dos grandes lagos, Xolotlán (lago de Managua) y Cotibolca (lago de Ni– caragua), vivían en las montañas que bajan progresi– vamente hacia estos lagos, los Chontales, como Oviedo los llama. AhOra se encuentra allí el Departamento de Chontales. Vivían en grandes pueblos y ciudades y se dedicaban a la agricultura. Probablemente eran de la misma raza, o parientes cercanos; de la gran 'familia Maya, que ocupaba la parte este de Honduras
y de Guatemala y poblaba Yucatán. Esta suposición se funda sobre el parecido ent re o!gunas palab:-os ele su lengua y otras del dialecto Maya. Los Poas, r
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cas, Lacandones, Wulwas y otros, son probablemente sus parientes. Aun estos viven hoy día en estado de civilización inferior al de sus antepasados.
Si la parte este de I'licaragua, por sus impenetra– bles bosques y su clima húmedo es menos favorable como ámbito para pueblos de olta culturo, es la parte oeste, por el contrario, más afortunadamente dotada bajo este aspecto y parece preparado por la natura– leza, para ser uno de los centros de cultura de la tie– rra. Con sus sonrientes valles, sus bosques frondosos, sus maravillosos lagos, sus ríos pacíficos y sus rnonta– ñas cubiertas de vegetación, podría tentar esta tierra a las gentes más exigentes para radicarse aquÍ'. Estaba, por eSQ, a la lIegoda de los españoles; muy densamente poblada y dividida entre un gran nLI–
mero de pequeños estados, que podían reducirse a dos grupos diferentes por la lengua y la cultura. Uno de estos era el de los Chorotegas. Ocupaban el territo– rio entre los dos lagos y toda la tierra fértil al oeste y
al norte del Lago de Managua hasta el Pacífico y la Bahía de Fonseca. Oviedo dice que eran los prirriiti– vos habitantes del país y sus antiguos gobernantes, pero en favor de esta afirmación no hay ninguna I;!vi– dencia por presentar. De los Chorotegas es costúm– bre distinguir cuatro grupos: 1) Los Cholutecas, en las orillas de la Bahía de Fonseca, cuya ciudad princi– pal era Choluteca; 2) Los Nagrandanos, entre el Lago de Nicaragua y el Pacífico, cuya capital era Subticl,va, cerca de la presente ciudad de León; 3) Los Dirianes, entre los Lagos de Managua y de Nicaragua, hosto la costa del Pacífico, cuya ciudad principal era Xalteva, al lado de la actual Granada; y por último, 4) Los 01'0–
tines, separados de sus grupos consanguíneos, porque habitaban la península de Nicoya y Guanacaste, que responde a la pmte noreste de la República de Costa RiCa.. Sobre el primero de estos grupos, o los Cholute– cas., hay puntos de vista diferentes, pues algunos auto– res están dispuestos a considerarlos una rama de los Pipiles de El Salvador, lo que los haría, de acuerdo ~on
esta opinión, de origen azteca. Un gran número de nombres de lugares sobre su territorio nos da pruebas de esta creencia. Hay quien diga que los Orotinas tienen también origen mexicano.
El otro de estos grupos que habitaban Nicaragua era el de los Niquiranos. Ocupaban un territorio más pequeño, es decir, el estrecho istmo entre el Lago de Nicaragua y el PaCÍ'fico; lo mismo que lós grandes islas de .Zapatera y Ometepe, en el Lago de Nicaragua. Mds este territorio era en recompensa el más privile– giado de toda esta tierra en la que la naturaleza fue pródiga. Según testimoniOS concordantes de los vie– jos cronistas, eran los Niquiranos, -un pueblo que in– migró relativamente tarde- mexicanos. Si toltecas o aztecas, -en esto no se está ciaro, y tal vez lio se pueda decidir, antes que de una manera segura se hayan estudiado los numerosos restos que han quedado de ellos y compararlos con las mejores conocidas antiguedades mexicClnas. Por mi parte, yo estoy dis– puesto a creer que fueron aztecas, llegados al. país re– lativamente tarde, quizás apenas cien añosbntes de la llegada de los españoles. Vivían en confij1uas lu– chas con los Chorotegas y habían, probablemente a su llegada, expulsado a los Grotinas, que de esta manera hobían quedado divididos elel grupo principal de los
Chbrotega~;.
Según Oviedo, Torquemada y Cerezada, quien después siguió a Gil González de Avila en su campaña -53-
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