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« Previous Page Table of Contents Next Page »al español a veces resu1fa inadecua?~. Pero cional en el Padido Conservador el pulcro Adolfo sostuvo sierrLpre que una 1?ohhca ame- manejo de" los fondos del Estado y es muy ricanista era favorable para los In±ereses na.. raro que se conozcan malversaciones y pecu... cionales; tal opinión es la mi.srna que tuvo el lados en las administraciones Conservadoras. Partido Conservador Y yo mlsrno en muchas No niego que ·~n Gobiernos Mixtos do;nde co– circunstancias. La forma y manera en que laboran ele:m.eIJ.±os conservadores y libera1~s
aciuó Adolfo en relación con la política de no ocurran hechos que estén al margen del los Es±ados Unidos lo lleva a uno a profun- séptimo m.andamien±o pero no se puede coh– das :m.edifaciones, sin caer desde luego en cluir por eso que la política del Partido Con– sentimientos patrióticos. La verdad es que servador haya sido o sea deshonesta. Quie– por la Historia, por la Geogra~ía, por la ~co- ro llamar la atención de la Juventud de Ni– nomía y hasta por el porvenir no conVIene caragua hacia la conducta ejemplar de AdQl– a ninguna nación pequeña de nuestro Con- fo Díaz como gobernante probo y correcto; tinente desligarse en forma de oposi~ión, ~ Creo que la corrupción económica es la fuen– la política Internacional de los Estados Unl- te casi exclusiva de todas las otras corrupcio– dos. Adolfo, en esto, se adelantó a su tiem- nes. Se debe señalar COlUO una máxima yir– po. No lo detuvo la crítica apasionada, ni iud la probidad de Adolfo Díaz. ~Por qtlé si la violencia organizada, ni las conveniencias se le apunta al Debe su decidida admira,ci6n 10calE;3s y si se quiere, ni la conducía impro- a los Estados .Unidos no se le acredita al H.a–
pia de algunos mie:m.bros de las fuerzas de ber su acrisolada honradez y su invariable ocupación de la Marina Americana en Nica- respeto por los bienes del Estado?
ragua. Su visión fué con proyecciones de Claro está que entre dos políficos de vida futuro y ojalá que ya en los últimos años de activa com.o él y yo iuvimos posiciones en su vida haya ienido la satisfacción de recibir franca y abierta oposición, pero eso nunca algún reconocimiento por haber divisado a afectó la amistad personal. Recuerd9 que él los Estados Unidos corno una Nación Líder de estaba dispue~to a la supervigilancia de nues– los principios crisiianos en el mundo. Don tros procesos políficos por los Estados Unidos; Diego Manuel Chamorro colaboró con él en yo era opuesto a esa supervigilancia y preci– esta visión. También fué Adolfo uño de los sam.ente en cierta ocasión esta disparidad de propulsores principales de la convivencia de criterios nos llevó a discutir la tésis en el Con– Liberales y Conservadores. Nunca persiguió greso Nacionq.l en donde con :mis amigos hice, a nadie y mucho menos ejercitó sanciones o friunfar rni punto de vista, pero él llevó las casiigos por el credo polífico de persona al- cosas a la Corfe y allí obtuvo el cumplirnienf,o guna. Personaltnenie yo creo que Adolfo de sus deseos. En otra ocasión y siempteén fué ho:mbre úfil para el País y para el Partido esto de la supervigilancia, le pedí a A(;lQlfo Conservadór. y si sinceramente creyó que que hi~iera un viaje sorpresivo a los Esfª9.9
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iodo debía de hacerse en Nicaragua de acuer- Unidos, en dqnde obligatoriamente tendrían do con la polífica de los Estados Unidos, no que oírlo corno P:residen±e en ejercicio para encuentro en ello moiivo para criticarlo. Yo que así se arreglaran todos los problemas no pensaba, ni pienso, exacia:mente corno él atingen±es a la intervención Norteamericana a ese respecto, pero reconozco el valor moral en Nicaragua. Creía haberlo convencido, con que él rnantuvo su ±ésis contra vienio y pero él ,consultó el asunto con los Dobtores :marea. Para rnuchos ese fué su punto dé- Máximo H. Zepeda y Carlos Cuadra Pasos y
bil. Se cree que corno no fué un político po- éstos se opusieron a la visita consultándole pular no le preocupaba realmente la popula- a Mr. Cordell Hull quien desde luego la obs– ridad y yo creo que efectivamente así era. taculízó. Adolfo:me enseñó el largo cable Particularmenie me parece que él no valoró de Mr. Hull en el que, después de un rosario nunca en su exacta dimensión 10 que es la de elogios y flores le indicaba la converiien– popularidad y tampoco se prestaba su ±em- cia de no ha.cer el viaje. Pienso que si aque– peramenio un tanío esquivo para ser el horn- lla visita que yo aconsejé se hubiera llevado bre llevado y traído por las rnasas. Por a cabo, se habrían evitado muchos malos en– ejemplo, la posición que iuvo tan destacada tendidos posteriores y al rnsimo Adolfo mu– y brillante en la Costa Atlán±ica cuando la chas amarguras. En el caso que acabp, de Revolución de Es±rada, no la administró en citar de la supervigilancia de los Estadps Uni– el senfido popular, sino que por el contrario dos en nuestros asuntos electorales quéda de– perdió muchas simpatías por su decidida rnos±rado palmariamente que fué un error no vinculación con los Estados Unidos. Corno aclarar direcia y personalmenie la poslción administrador en su Gobierno fué honesfísi- del Gobierno de aquel entonces y del aro– mo, hasta el extremo que salió con deudas biente que se vivía en Nicaragua. Aquella de la Presidencia de la República y tuvo que supervigilancia nos trajo una larga y pes~da
abandonar el País acosado por sus acreedo- cola, algunas de cuyas sacudidas todavía nos res. De generoso corazón ayudó de su pro- golpean.
pio peculio a numerosas personas y ésto au- La Revolución de la Costa Atlántica, en menió naiuralIneníe sus deudas. Cabe aquí la que luego participé en fonna deiernlinan– m.edi±ar sobre la honestidad en la adminis- te, dejó corno personas visibles a Adolfo Día~,
±ración de los bienes públicos. Es casi ±radi- a Juan Estrada al General Luis Mena y a mí.
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