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« Previous Page Table of Contents Next Page »de San Fr'ancisco y Qún de New York. El Partido de
la Iglesia de Nicaragua no podía hacer adecuada opo– sición a esta gente ya reforzada y la Democracia estaba triunfante.
WALKER DICTADOR
En el curso de estos acontecim ientos Chamorro y
Castellón habían muerto y una nueva elección era ine– vitable. Mientras tanto un Gobierno provisional se había formado y Walker como Comandante en Jefe del Ejército era virtualmente un dictador. Esto, quizás, será superfluo agregar, pues los que hayan seguido es– ta narración hasta aquí no necesitan que se les advierta que él no aceptaría ninguna autoridad superior a la suya.
Posteriormente fue nominado candidato para Pre– sidente y elegido. Los soldados nativos y extranjeros, fueron por decreto gubernativo, licenciados y se les permitió votar. El espíritu del dictador daba saltos gigantescos, se restableció la esclavitud, por decreto, no por voto, lo que hubiera sido absurdo. El contrato de la Vanderbilt Transit Ca., fue anulado por el mismo procedimiento y la propiedad confiscada por deudas vencidas al Gobierno, alegando la Compañía, que por el hecho de haber dos Gobiernos, de facto, cualquier pago hecho a uno de ellos, el otro no lo hubiera reco– nocido al obtener el poder supremo.
CONFISCACION DE LA COMPAÑIA
La valiosa propiedad y la poderosa influencia de esta importante corporación fue entregada a un amigo personal del General Walker.
. El poder y autoridad de la Gran Bretaña en los asuntos de Centro América, derivados del tratado Clayton-Bulwer, fue desafiado, como lo fue también el de los Estados Unidos adquiridos por el mismo Tratado, y fue burlado en esto de confiscar la propiedad de sus ciudadanos, en confiscar la propiedad de la Compañía del Tránsito y todo esto, bajo la alianza y supuesto res– paldo que se habío de tener de los Estados del Sur de los Estados Unidos. ¿Podría tanta arrogancia ir más lejos?
En el mismo Nicaragua, los nativo$ empleados de oficinas, cuyas familias habían adquirido casi un dere– cho tradicional al puesto, fueron frílamente informados que sólo a ciudadanos norteamericanos se les darían los puestos de confianza. Muchos de estos norteame– ricanos eran tahures o especuladores capaces de man– tener el poder de Walker con su dinero. Habían, es cierto, honorable excepciones a esta regla y especial– mente en esos seleccionados para puestos de confianza, los que habían contribuído con su ayuda en los' comba.. tes eran buenos¡ pero para otra clase de ocupaciones. Muchos de estos actos arbitrarios fueron ejecu– eutados cuando Walker fue Presidente, otros, cuando solo era Comandante en Jefe, pero todos fueron come– tidos por él.
El mundo se admiraba y esperaba mientras todos estos hechos se sucedían unos a otros con sorprendente rapidez. Yo los seguía desde mi lejano hogar sin la menor inclinación al lucro que pudiera yo obtener por los éxitos de mi antiguo camarada y Caudillo.
INGLATERRA INTERVIENE
Pero un día, el Gobierno de Su Majestad Británi– ca, desembarazado ya qe la guerra con RU$ia abrupta– mente hiio una demanda directa al Gopierno de los Estados Unidos "que enganchar dentro de sus fronte– ras, para el servicio bélico en c;ontra de /0 po~ de un
vecino, debierQ cesar inmec:Jiatamente". El partido anti-esclavista de los ~stados del Norte, vociferó ve– hemente en contra de la administraci(m que consentía los procedimientos de un partido esclavista usurpador. Vanderbilt y otros dueños del contrato y de las propiedades de la Compañía del T rónsito decomisadas por Wall<er, enviaron cargamentos de rifles Minnie, mosquetes y municiones a la oposición de Walker en Centro América, organizada en Costa Rica.
"El hombre del Destino" así se encontró de pronto con que le cortaron el envío de hombres de los Estados Unidos porque el Presidente Buchanan no se atrevió a desdeñar la actitud amenazante del mundo, tanto dentro como fuera del paíis atribuído principalmente al restablecimiento de la esclavitud por Walker.
OPOSICION A WALKER
Los capitalistas de los Estados del Norte por la misma razón, retiraron su ayuda y el pueblo de Centro América con excepción de un pequeño núcleo de la facción Democrática de Nicaragua se olvidaron por un tiempo de sus odios tradicionales y se unieron en contra de un poder que atentaba hasta con su libertad perso– nal. El fusilamiento del General Corral, ex-Coman– dante en Jefe del Partido de la Iglesia en Granada y
de don Mariano Solazar un acaudalado comerciante de León por conspirar contra el Gobierno, fue un golpe burdo y mal urdido pues su traición era contra la do– minación americana y no contra el Gobierno constitu– cional que los decretos de Walker estaban violando bajo el sutil velo de necesidades militares.
Los hombres más conspicuos, incluyendo algunos de los más patriotas y prominentes demócratas, gra– dualmente emigraron a Costa Rica y allí en conjunto, con patriotas de los otros Estados de Centro América contribuyeron en organizar un ejército para el cual ca~
da Estado contribuyó con un contingente con el propó– sito de rescatar el Gobierno de Nicaragua, como ellos decían, de la usurpación de los extranjeros.
Esta coalición no hubiera podido ser suficiente– mente fuerte para lograr su propósito si no hubiera sido que los estúpidos y arbitrarios actos de Walker en cuanto a la escalvitud y su violenta interferencia en asuntos que debían haberse dejado para que las Cortes los resolvieran causaron a los Capitalistas del_ Norte a que suspendieran su contribución financiera,,y dio a la Gran Bretaña que ostentaba ser la campeona de la moral el respaldo del sentimiento popular universal y
a consecuencia de este sentimiento, Mr. Buchanan tuvo que desoír los deseos de sus amigos sureños y ordenar a las fuerzas navales Americanas y o las autoridades de los puertos que capturaran a emigrantes armados y
que rehusaran zarpe a barcos con tales personas a bordo. Esto naturalmente dejó a Walker con sus dos o tres mil americanos y sus resentidos de la facción Democrática en Nicaragua d luchar solos con las fuer-
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