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"Desde que entre;t.mos al' desempeño del Go~jerno de esta Diócesis, que inme– recidaI1:1.ente nos fue confiada' por la vo– 1untad' divina, sentinlos un indecible re– gocijq'f",;al considerar que dis:fzuiando la RepúJ;>lic;:a de una paz perfec~a, la Autori– dad e~lesiástica podría entrar de,)+eno en el eje;rcicio de sus sagradas funcipnes, de– rrarnánq.o sobre nuestra querida. grey los tesoros espirituales que el AÚ'gU;s±o Vica– rio de Jesucristo en la tierra, ~e dignó en– comendar a nuestra paternal solicitud. "Pero desgraciadamente, CU~Ildo ape– nas ha transcurrido el carla lapso de cinco meses, hemos visto con profundo dolor de nuestro corazón que se han ido;'~ucedien­

do ac()ntecimien±os desgraciad'bs' que nos han ~proporcionado una situac~ón verda– deraIJlente aflictiva, habiéndose llegado al lé4nentable extremo de dirigir contra las autoridades legalmente copstituidas, derramando de una manera sensible la

sangr~ de nuestros hennanos en Jesu– cristo.

, ~En medio de luctuosas calamidades que 'han comenzado a sentirse y

de las continuas zozobras con que se agüan los áninlos, hemos creído de nuej3tro deber dirigiros la palabra en noml;ll"e' 'del Dios ,de paz y mansedumbre para recordarlos que $010 en el seno de la calma y median– te el estricto cumplimiento de nl,l6stros de– beres podremos alcanzar los inmensos be– neficios de la divina misericorCiia.

· í'Tened presentes las pala1;>ras del Apóstol Santiago (Epíst. l. Cap~" IV) :

': ~Con qué fin las coniie~úias y plei– tos entre cristianos? - aNo sois todos vo– sotros.; ,hijos de Dios? - aNo habéis de pre– sentaros ante el tribunal de su sabiduría infin:i±a y de su eterna justicia? Combatid

vues~ras propias pasiones, no codiciéis, no envidiéis, no matéis, porque d~ iodo esto daréis cuenta a Dios y sois responsables ante los hombres". Si ienéis alguna que– ja, no d~béis hacer el mal para vengaros, sino confiar en que el Dios de las Nacio– nes os. dará la justicia.

~'Nq es desobedeciendo a las leyes y a las autoridades constiiuidas como se ob–

iien~Ii lqs frutos del Espíriiu t>~vino, sino cumpliendo cap los sanios pr~ceptos del

Evarig~lio, que son la expresión.' saludable del nrismo -Dios por medio de sus Apósto– les. (,,-"Honrad a iodos, dice el mismo Apóstol Santiago, amad a vues~o$,henna­

nos, dad honra a los que gobieiilart".

'~Considerad amados fieles,' iodos los grarities desastres que iraen cp~sigo las divisiones entre hijos de una m~ma fami– lia. 'Luio, miseria, llanto, "ae~61ación,

odios y rencores, y sobre iodo, grave daño para las conciencias, son los resuliados deplorables de la guerra.

, 'En estos úlfinlos días han ocurrido ya hechos muy marcados, por los cuaies pueden apreciarse fácilmente las fúnestas consecuencias que ocasionaría el incre– menio de las, iendencias faiales que se notan contra la tranquilidad pública, y por lo mismo Os exhorfarn.os a que depon– gáis vuesirosenojos en, aras del órden y la fraiernidaq, lo~ que os creéis cpn de– recho para l~va!i±aros; y a vosotros los que defend~~s la auioridad Os encarga– rn.os la rn.é3.tor pruc;lencia y moderación en vuestros,acios, para iodos co~o her– rn.anos os téconciliéis ante Dios y los hom– bres y obiengáis los dulces frutos de la paz, sin la cual nunca podréis alcanzar la prosperidad de la Patria.

"Dios os habla, queridos hijos, por boca de este indigno siervo: no desoigáis mis palabras, y antes bien aiended a la voz de nuestro Pasior con aquel \loable espíriiu de cristiana obediencia con que en iodas épocas os habéis distinguido.. Y encargarn.os al Venerable Clero de la Dió– cesis y en particular a los señores Curas, que inrn.ediaiarn.ente iengan conocimiento de esta nuesira Pas~oral, agoten iodos los rn.edios de prudencia que estén a su al– cance para. la conservación del órden pú– blico, no olvidándose de predicar cons– tantern.ente la unión y concordia, hacien– do comprender a los pueblos que como verdaderos cristianos, deben reconocer que, el don precioso de la paz nos vino del Cielo.

"Publíquese inier misarum solemnia en, el primer día fesiivo inmediato a su recibo. Dada en nuestro Palacio Episco– pal de la ciudad de León a los diez y hueve días del mes de Septiembre de rn.il ochocienios ochenia y uno".

FRANCISCO, Obispo de Nicaragua.

Ante Iní: Fruto Paniagua. Notario Público".

PROCLAMA

"CONCIUDADANOS:

"La voz de alarma, de sangre y de esterm.inio, ha sído dada por los fanáticos rebeldes que desgraciadamente habitan en esia ciudad.

"La hipocrecía y la traición son las careias con que se presentan aIlte las autoridades: ni la sangre del vf:lliente Mendez derram.ada en las almenas del atrio de la Iglesia de Telica, por medio de' sus sicario!:?, que alientan con sen±iInien– fos de exalfada relijiosidad, que es lo más' sagrado q'l:le #ene el hombre y la, socie– dad, ha bastado para saoiar sus pasiones:

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