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Esfuerzos sistemáticos de los Ingleses, establecidos en Jamaica, para controlar el· comercio de tránsito hecho a través de Nicaragua. Negociaron tratados con los principales ¡efes indígenas de la Costa Atlántica, desde el Cabo de Gracias a Dios hasta Bocas del Toro (Panamá), y Bluefields se convirti6 en centro de o:peraciones piráticas protegidas por aquellos.

Edward David con un grupo de ph'atas subió el río San Juan en canoas, asaltó el Fuerte San Carlos que resguardaba la entrada al Lago y llegó hasta le6n, saqueando e incendiando la ciudad. Esta ex– pedición reve¡ó a Inglaterra el valor del Lago en la comunicación interoceánica y fue el comienzo d.e una serie de intentos para capturarlo y controla'rDo. Se dice que el jefe de esta expedición declaró que valoraba el tesoro obtenido en Granada en un bal'fil de vino en comparación con el conocimiento que iuvo de los ·Iagos y del país entre los dos océanos y que se proponía volver y ocupar la isla de Omete– pe, abrir la comunicación entre el Mar del Norte y del Sur y controlarla destde allí.

En este mismo año el Dominico inglés, Thomas Gage, que había pasado por México y Centro Amé'rica en su viaje a las filipinas, y vio el floreciente comercio marítimo de Granada, publica su libro:

IIThe Spanish American, a new survey of the West Indies" en el que diio: l/Llegamos al Realeio que encontré ser un lugar débil e indefenso en el ¡Vlar del Sur. De allí a Granada no observé sino la lla– nura y placidez del camino, y con la abundé'mcia de frutas y la fertilidad del suelo hacen de Nicaragua el Paraíso de América". El día en que Gage estuvo en Granada dice que entraron a la ciudad seis recuas (cosa de 300 mulas) de sólo El Salvador y Comayagua, cargadas de añil, cochinilla y cueros, y

dos días después entra'ron tres recuas de Guatemala, con cargas de plata, azúcar y añil.

La navegación del río San Juan se hace más difícil y peligrosa pues como medio de defensa las autori– dades militares arroiaron gtande~ piedras en los raudales del río, continúa la construcción del Castillo de la Inmaculada y restablecieron el Fuerte de San C~trlos.

Otra excursión pirática, esta vez al mando de Henry Morgan, gobernador de Jamaica, penetr6 al Lago de Nicaragua habienclo sido 'rechazado con éxito.

El Ingeniero español Fernando de Escobedo fue encargado de la fortificación del río, en el que por esta época llegaron a establecerse hasta doce fortificaciones, que son: 1) el Fuerte de San Carlos a la salida del Lago; 2) en la boca del río Závalos; 3) a corta distancia del río Pocosol; 4) el Castillo de La Inmaculada Concepción; 5) en la Isla Bartola; 6) en la ribera abaio de los Raudales de los Valos, llamada "El Diamante"; 7) en los Raudales de Machuca; 8) en una isla en la boca del río San Carlos; 9) en la boca del río San Francisco; 10) en la boca d.el río Sarapiquí; 11) en un punto frente a la Isla Concepción; y 12) en el puerto de San Juan del Norte.

Morgan ataca de nuevo y llega hasta saqueellr a Granada. En este mismo año se concluye un Tratado entre Inglaterra y España en el que se incluye una cláusula por la que se le reconoce al Rey de Ingla– terra el derecho de proteger ,para siempre "cualquier ,parte de América" que estuviese en posesi6n de sus súbditos. Aunque esto era solamente para proteger a los co·rtadores de maderas, fue mal interpre– tado por Ingla~erra para abusar de su sentido.

Se terminaron los trabajos de la construcción del Castillo. Hubo en Granada gran alegría por la terminación del nuevo Fuerte expresada en una festividad religiosa en la que hubo sermón haciendo resaltar esto como un gran acontecimiento. El sermón fue impreso en Guatemala baio el siguiente título: "Por haberse acabado este presente año de 1675, en el río de San Juan, la fábrica del Castillo con título ~e Nuestra Señora de la Concepción, a diligencia y cuidado del Gobernador de las Armas y de lo Político, Teniente de Capitán General, Don Pablo de Loyola".

WiUiam Paterson, de Escocia, concibe la idea de establecer una colonia en Darién (Panamá) con el ob~

¡eto, decia, "de asegurar para la Gran Bretaña las llaves del universo, que permitan a sus poseedores dar leyes a ambos océanos y llegar a ser los árbitros del comercio mundial".

A pesa'r de su fracaso como colonizador, Paterson logró mantener viva la atención hacia la ruta de Nicaragua, aunque era la de Panamá en la que .había puesto tod.as sus esperanzas. Como resultado de un estudio que él hizo personalmente escribió que consideraba la practicabilidad del canal, que es– timaba que su comercio sería de unos $ 150,000,000 anuales, que el viaje a la China sería 'reducido a la mitad y que, por lo tanto, el consumo europeo de ¡productos asiáticos sería duplicado. ' .

El Maestro de Campo, don Lorenzo González Calderón reclutó mil hombres en los pueblos de °Quezal. guaque, Posoltega y Chichigalpa y armó un ejército que él solo mantenía para impedir que el pirata Charpe desembarcara en El Realeio. Seis meses man;·uvo Don Lorenzo en pie de guerra a tanta gente. Su capital se terminó pero salv6 a la Provincia de Nicaragua de un peligr~ inminente.

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