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Ilustrado con tan excelentes lecciones, ~I pueblo
go, y algo de cánones fas aprovechados; todos ros de–
más con destino al sace'rdocio y los restantes a la me– dicina, yola jurisprudenci,a: de médicos, que poseían uno que otro conocimiento en las otras ciencias, ade– más de los que habían podido, adquirir para- auxi– liar al hombre enfermo: de Bachifferes y Licenciados en gramática latina, cánones, teología, en filosofía por el Lugdonensis, y en jurisprudencia: de sacerdotes, de– dicados al estudio y ocupaciones de su profesión sa– grada; y entre esta porción que 'no excedería en númé– ro de 400 individuos, podrían contarse en los dedos, de un hombre los sujetos que reunían algunos conoci– mientos en la geografí'a, historia política, lenguas, ma– temática, química, botánica, etc.
De esta porción lucida de centroamericanos, es necesario decir en honor del clero secular y regular, que no tomó parte (con una que otra excepción) en las cosas políticas; padece que tenía ideas opuestas
q los novadores, pero vió la conmoción revolucionaria, oyó el huracán polí'tico, se asustó y bajá la cabeza para orar: uno de ellos en el Estado de Guatemala ha lle– vado mala nota entre los llamados liberales, porque emitió desde aquel tiempo algunas opiniones que no cuadraron con las de los exaltados; y otro de mi país Nicaragua, consultado por un liberal sobre lo corlve– niencia del sistema establecido, dijo con el tino de la imparcialidad y del saber: "No hallo en él ni poder, ni respetos". El menor número del resto de estCJ par– te civilizada, se estuvo quieto, conformándose con dar algunos consejos y pareceres: el número mayor de ese resto unió a sí una parte del puebló, se tomó el encar– go de enseñarlo a elegir las Autoridades públicas; y
fué tal el trabajo patriótico de estCJ porción civilizada y activa, que hizo aprender de memoria a los lectores los nombres de los calculados para desempeñar los al~
tos destinos: se cruzaron, se encontraron intereses di– versos: eligió el pueblo a 105 que le habían dicho que eligiese sin saber por qué, ni paro qué; y Jos primeras elecciones fueron un curso completo de intri~a ambi– ciosa con que se le ilustró. En el Congreso nacional, y eh las Asambleas de lós Estqdos; se desarrolló el genio d~ los intereses que habían chocado en las jun– tas electorales: se hicieron malísimCJs leyes: se pro– yectaron nuevos planes de Gobierno: hubo op~sieiones,
bandos, partidos fanáticos; y corriendo los L4nos y los otros a la violencia, dieron otra especie de lecciones
al pueblo; dijeron 'a éste que odiara y le señalaron a los objetos que había de odiar: le dijeron ,que era ne– cesario destruir a mano armada, apresar, desterrar, fusilar hombres; y el pueblo aprendiendo esta lección sintió odios y sirvió de instrumento poro destruir a ma– no armada, opresor, desterrar y fusilar hombres sin saber por qué, ni para qué: le dijeron que entre los centroamericanos había enemigos, y que para vencer a éstos fuese permitido talar los campos, incendiar las casas, y ya vencidos ponerlos fuera de la protección de la ley, s.aquearlos, matarlos; y habiendo aprendido esta otra lección el pueblo, halló enemigos entré sus mismos hermanos, y sirvió de instrumento para ta– sin saber por qué ni para qué.
tuidos ros "centroamericanos, no me es dabfe concebir–
los sino como unas abstracciones absurdas, extrava– gantes en sumo grado. ASÍl, al hombre; que igno– rando 'a facultad de leer y escribir, no le fué dable saber qué cosa es un Diputado, un Senador, un Su– premo Gobernante; el que apenas ha balbuceado al– gunas palabras del idioma que no entiende y está pre– cisado de hablar, se vió eligiendo Diputados, Senado– res, Supremos Gobernantes. Eligiendo, como quien di– ce, escogiendo entre los nombres aptos por su virtud y su saber, para el desempeño de su cargo, el que le pareció mejor: así fueron llamados; el que nada sabía a legislar, a gobernar en el Estado que aún no atinó a comprender: el que no sabra contar" a manejar las rentas públicas, a crearlas, a mejorarlas: el que ni co– nocía la índole y las inclinaciones del vecino del arra– bal opuesto, a buscar y mantener las relaciones exte– riores: el que ni supo leer ni escribir a juzgar y sen– tenciar en los delitos y contiendas de los hombres: el que no conoció las armas, ni otras aguas que la de los ríos de su pueblo a dictar leyes y providencias de guerra y de marina: el que apenas sabía fabricar las manufacturas y artefactos rústicos con que se acomo– daban sus sencillos paisanos, a rivafizar con las pro– ducciones industriales de las naciones cultas: fueron llamados, por decirlo de una vez la ignorancia a la de– liberación, la impotencia a crear, a mandar, a poderlo todo: fácil sería preveer los resultados.
Consecuencias precisas del establecimiento de la
democracia en Centroamérica
Bachilleres, Licenciados y Sacerdotes
Esta porción se componía de estudiantes de gra– mática latina por el Nebrija, de moral por el Lárra-
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Bastó a lós centroamericanos haber nacido en el paí1S, o estar naturalizado en él, ser casado, o mayo– res de 18 años y poder alimentarse, para ser ciudada– nos: y el tene,r unos años más de edad, no estar sen– tenciado o procesado y proveído el auto de prisión por algún deJito de entidad; no estar deshonrado por vi– cios notorios, el no haber obtenido empleos, pensiones y títulos héreditarios por otro Gobierno, y el no ser sirviente doméstico, ni calificado judicialmente por in– capaz, fué lo bastante para que cualquiera de ellos pudiese figurar el Diputado, de Senador y de Supremo Jefe de la nación o de alguno de los Estados.
Mucho alucinó la idea de que todos los centroa–
mericanos tuviesen derecho a tan eminentes empleos, bajo condiciones tan sencillas; y los derechos de liber– tad, seguridad e igualdad, prometidos en las Consti– tuciones hasta una extensión vasta, exaltaron el entu– siasmo a un grado de frenesí. Pero los centroamerica– nos, que nada sabíamos, era imposible que fuésemos sabios sólo porque las Constituciones del país nos co– locaban en el rango de la sabidurí'a y las virtudes cí– vicas: esta verdad no se ocultó a la parte civilizada de la sociedad centroamericana, y tal conocimiento hizo produCir la pedagogía política que hasta hoy está triunfante. Tiempo es ya oportu,no para dar una idea de esta porción civilizada.
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