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Los Sandinistas, como buitres~ sobre Managua

Norteamericana y administrado por lH' comité cuyo presidente era Hanna. Dan l. Sultan, comandante de los ingenieros militares en Granada, quien había llega– do a Managua pocas horas después del terremoto con

lm tren cargado de materias de demolición y otras co– sas necesarias, y encabezaba la batalla para dominar el fuego que amenazaba destruir toda la ciudad¡ era otro de los miembros. Otro más era Anastasia 50–

moza, en ese momento subsecretario de relaciónes ex– teriores y más tarde presidente de Nicaragua.

Los marinos prestaron una ayuda valiosísima. Los livianos edificios de madera que habitaban habían sobrevivido al terre~oto. Sus comestibles, que tan ge– nerosomente habían compartido, eran los únicos que estaban al alcance del pueblo. Se habí1an excedido a sí mismos en los trabajos de rescate y socorro. Los ingenieros militares, a las órdenes de Sultan, lucharon y dominaron el fuego y restauraron el sistema de agua corriente de la ciudad. En mi informe acerca del te–

rremoto, publicado por la Cruz Roja Norteamericana¡ subrayé que la peligrosa tarea de reparar y hacer fun– cionar la estación de bombeo de la ciudad, en el cráter volcánico de Asososca, fué confiada a "un oficial de ingenieros, el teniente L. R. Groves, hombre enérgiCO y competente, quien después de varios días de ardua y peligrosa labor, consiguió detener los desprendimien– tos de tierra y desenterrar y proteger las bombas de

agua¡ para que pudieron ser utilizados".

La legación se estableció en una tiendo de cam– paña, en el Campo de Marte. Dos tiendas vecinas servían de vivienda a la familia Hanna y el resto del personal. Matí tenía dinámica energía yerO' un orga– nizador y administrador de excepcional habiliqad. Pa– sé todo mi tiempo ayudándole. A mediados de mayo cesaron todos los trabajos de socorro porque ya eran innecesarios. El señor Ernest Swift el representante de

la Cruz Roja que nos visitaba, calificó a Jo operación como un modelo de socorro.

Mientras que los marinos y la Guardia se hallaban ocupados socorriendo a las víctimas del terremoto, sus enemigos tomaron la ofensiva. Los sandinistqs se lan– zaron sobre Managuo como buitres. Llegaron hasta las costas del Lago Managua que se encuentro cerca de la ciudad. Sin embargo, el desorden que esperaban encontrar y del que esperaban aprovecharse, no se había producido/ y muy pronto tuvieron que regresar al norte, perseguidos furiosamente por los marinos y la Guordia.

Después de varias semanas de excitación y tra~

bajo, Matt Hanna me dijo que podía tomarme unos días de licencia. Volé a Panamá junto con Ralph Mit– chell, quien comandaba la unidad aérea de la marina. En casa de George Merril, secretario de la legación en Panamá, conocíl a una muchacha norteamericana lla– mada Corral Greene¡ quien se hallaba visitando a sus parientes, Harriet y George Peck, este último agregado Matthew Honna¡ él mismo sin hogar y sin efec- comercial de la legación. Me pareció que nunca había tos personales, consagró todas sys horas de trabajo du- conocido una muchacha tan atractiva como Caron. rante las semanas subsiguientes a la tarea de cuidar Comimos y bailamos juntos y llegué a olvidar todo lo

y rehabilitar a tos sobrevivientes del terremoto. El tra- referente al terremoto. Cuatro años más tarde, nos ca–

bajo fué financiado en gran parte por la Cruz Roja sábamos en W6shington.

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Hanna, Sultan, Somoza y los Marinos

frente al fuego

Controlar el fuego era una tarea casi sin espe– ranzas. Estábamos próximos al fin de la estación se-' ca y las estructuras de madera de los edificios, ex·· pu'estas por el terremoto¡ ardí'an como teas. El te– rremoto había hundido la estación de bombeo de la laguna de Asasosca bajo una montaña. de tierra. y las cañerías de agua estaban rotas. Al final pareclo co– mo si el fué~o de la zona de la legación estuvi~ra apa– gándose. Me dirigí a los cuarteles de los mannos¡ en el Campo de Marte y envié un telegrama al Departa– mento en el que les informaba que creía que la lega– ción estaba a salvo de las llamas. Cuando acababa de ser enviado el mensaje¡ llegó un marinero para avi– sarme que la legación estaba incend!ándose. Al II~­

gar yo amI el edificio era una masa Ignea. Se habla perdido todo lo que había en su interior¡ incluyendo los archivos de la legación y todos los efectos persona– les del señor y de la señora Hanna. También se ha– bían' perdido todos mis efectos personales, pero los mismos no sumaban gran cosa.

El ministro y la señora Hanna llegaron por avión de Guatemala al día siguiente de' desastre. Los reci– bí en el aeropuerto. Matt ya sabí'a que la legación se había incendiado. Me hizo una sola pregunta: "¿Se perdió todo?1I ¡'Todo l1

,

contesté. Inmedia~amente.':o~­

có su atención a la. urgente tarea de organizar y dIrigIr las operaciones de socorro¡ y hasta d~spués de algu– nas semanas no hizo ninguna referencIa acerca de sus pérdidas personales.

En mi primer telegrama envipdo al Departamento pocos minutos después de haber logrado salir del des– trozado edificio de la legación, pedí ayuda para la in– cendiada ciudad' o la Cruz Roja norteamericana. An– tes de terminr el día, el Departamento me informó que se había hecho una, donación inicial de 10,000 dóla– res.. Esto aumentó más tarde a 60¡000 y luego a .. 100,000 dólares.

En 1931, Managua era una ciuda? de alre~edor

de 60¡000 habitantes. Un alto porcentaje de lo mlsma¡ según su costumbre¡ había dejado la ciudad antes del

31 de marzo para pasar la tórrida Semana Santa en las colinas o en la playa. De no mediar esta circunstan– cia, la pérdida de vidas provocada por el terremoto hu– biera sido aún más elevada. Pero aun así la Cruz Roja y los servicios armados habían recogido y enterra– do más de mil víctimas. Otros murieron presa de las llamas y muchos más quedaron sepultados durante meses bajo el adobe. El número de heridos ascendía

a varios miles. Casi todas las personas de la ciudad habían quedaqo sin hogar. Sólo una docena de edi– ficios se mantenían intactos¡ y más de treinta manza– nas de la ciudad habían sido de:struídas por el fuego.

El fuego acaba con todo

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