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El VIaJe, del cual las páginas siguienfes fonnan un diario complementado después con datos reunidos en Honduras, fue conce– bido en California en 1853 y basado en infor– mación, digna de confianza, que desde 1851 había sido puesta en mis manos, referente a las regiones auríferas de Centro América. Su principal objeto era llevar a cabo un recono– cimiento en la parte de la República de Hon– duras conocida con el nombre de Olancho (1 ), que en 1850 había sido visitada por un ciudadano que reside ahora en Nueva York y según él, era "otra Calífornia" igualando al nuevo El Dorado en depósitos auríferos. y aventajándolo en posición y accesibilidad.

Las ventajas de este país por algún tiem· po habían sido materia ~ discusión. De la limitada infonnación que podía reunirse en San Francisco y de los papeles que tenía en mi poder, aparecía que en las cabeceras de los ríos que nacen en las montañas de Hon– duras y desembocan en el Mar Caribe -par– ticularmente el Guayape o Patuca- había depósitos de oro (placeres) en todo iguales a los de California, que eran accesibles por un río navegable, la boca del cual estaba a la distancia de tres días de navegación de Nueva Orleans y de siete de Nueva York, que el clima de esta región, aunque en el trópico, era uniforme y salubre; que el Gobierno ha– bía manifestado su disposición favorable ha– cia las empresas extranjeras; y que, en adi– ción a su riqueza mineral, el país abundaba en maderas preciosas y drogas y proveía es– pontáneamente de fodos los productos fro– picales.

En aquel tiempo se había descubierto oro por todo el mundo. En varios lugares insospechados, en Australia, Oregón, Perú y Sonora el minero audaz, estimulado por el ejemplo de California, había descubierto de– pósitos auríferos y en los primeros dos luga-

(L) Con este mlllmo nombre .!le conoce aquella rica r~16n desde 8U

descubrimiento ['Inda 1524: O\ancho escribieron Bernal Díaz del Castillo (Verdadera Hlstoda, Cap CLXXXIlI), el Cosm6grafo-Cronista Junn L6pu

de Veluco en AU Descripción Universal de las Indlaa (p 318 da ed de D

Justo Zara¡roza, Juan Diez de la Calle (Memoria y Noticias alteras y Real ... de la. India. Occidentales. 'P 278 de la cd de Bibliófilos Mexieanoa) y Anto–

nio Vt%qUM de Esplnola (Compendio "7 descripción de la! Indioa Oecldenta#

lea, pp 224 Y 22li, ed de The Smitllonian Institution). entre otTO! autorel!l de loe siglos XVI y XVII El primer Cronista del Nuevo Mundo, FernándeJ

de Ovieilo, escrib16 Vylancl10 o Vlancl10 (pp 198, 211 Y 220 del tomo '111 de 'u Hletorla G~neral y Natural de las Indiu, ed de la Real At:ildeniia de la Historia); mancho dleen también el Adelantado D Francisco de Montejo en

IU relación techadll el 1(> de Junio de lli39 (Colección de DtK!lUnento, Inédl~

tos de Torres de Mendoa:a, t 'XXIV, pp 260 y 261) Y el Cronl8tn HeMel8

<m el CaTl VI. Lib. vn.

Década tel'ten F,n el testimon'o de la fundaci6n de ICL Villa de la Frontera de Cáeer<:t;, verificada el 2 de Junio de 1626. 8e expreBa Que (uo t>8tableeida en la "provincin de Huyhtneho (Colecdón cit.

t XIV, u 61) Cortós en su Iltdnta carta de lelaci6n dice Hulhu:.ho (GaYan~

ROS. Carta. )' Relacione", p 0176) El Dr Membreño cxplicando 8U etlmo#

lGl::lj\ diee <!oUt Olanella ~ el "nombre de DI\{) de 100 deparlamenl06 más Tieoa

que tiene la República La interprelaei6n de cata palabro. n03 ha hecho meditar mucho sobre de qué proviene In tHUmo. silaba: hasta (¡ue en la HI.~

torillo de lna Indias, por GÓmo.ra, leimos Slln JOlge Dlanco elalO está que la silaba ea se ha <lebllltado hallta Quedar en dho La forma mejleana de la I)alabra OUaleo, que lignifica "en la tierra del hule" Se comtlone de 01U hule, goma elástica, tlaIII, tierra. y eo, en En las Cartas de Cortés dice

lJullacho, y aun el mlllmo G6marn Hulct1ato", V Nombres Geolfl'álkoa do la Rellúhllea dfl Hondurall Tegucigalpa., Tipoglaíía Nllcional, 1901, p 73

res con un éxito que rivalizaba con la misma California. La era del oro, que aparente– mente se iniciaba en el mundo aumentando la cantidad producida de $ 50,500.000.00 a la fantástica suma de $ 200,000.000.00 anual_ mente y llegado de regiones hasta entonces desconocidas por los comerciantes y los geó. grafos, condujo a la reflexión de que depó– sitos similares podrían existir en Honduras que en los siglos pasados había sido conoci: da corno país aurifero y ahora era campo de trabajos llevados a cabo po.r los indígenas con las toscas herramientas de su raza semi. civilizada.

En aquel entonces no podían adquirirse en California libros ni mapas relacionados con Honduras. Difícil me fue obtener el há– bil trabajo del Sr. E. G. Squier sobre Nicara– gua 12), tan admirado por su estilo narrativo y sus valiosos datos efnológicos, pero aquel autor no había visitado por segunda vez Cer¡.– tro Améríca y, por consiguiente, la magní– fica información que entonces dio al mundo sobre Honduras, no se había publicado. Las obras y los mapas de los ingleses y de otros escritores extranjeros sobre Centro América no habían llegado a la Costa del Pacifico y hasta sus nombres eran desconocidos. Pero, si todo esto hubiera sido asequible tampoco hubiera significado una ayuda como guía debido a la ignorancia de sus autores sobre la región que me proponía visitar, particu– larmente de la parte Oriental de Honduras y

la extensa zona bañada por el Guayape. Es–

te río, en algunos mapas hasta de 1855, apa– recía como afluente del Río l\.guán o Roma– no, descargando sus ",guas en el Mar Caribe, cerca de Trujillo, cuando en ·realidad es el mismo Patuca, pero con nombre diferente en el interior (3). La topografía del país pa– reciera haber sido puesta al acaso para lle-· nar l;,s feos yacíos en los mapas, en los cua– les solo las lineas costeras, y no siempre, es– taban correctas, circunstancia debida a los minuciosos estudios del A1Inirantazgo. De hecho, corno lo averigüé después, Honduras era una tierra incognita como el interior del Japón. .

(2) NicaraB'Ull: Bu pueblo. monumentos, ncenaa y el proyectado ca–

nal, con numel'Oll08 mapas originales e lIU11tradonet. por E Ceo Sauler, 2 \fol New York, 1852

(lH Squler, en )a lntrodued6n de su obra prlnelpal sobre Hondul'8l, trnla extensamente de los errore, gMeráficoa y cal'tog:rá(lcOlJ que por el es– 1:8l!0 y contuso conocimiento que entonees 'te tenia de Centro América te cometieron en la generalidad de Iss obras y mapas publlcad03 hasta a me– diados del alglo XIX: V Hon.dural D.scrJpdÓn hlatórltll .. eocráflca y ea–

tadllltlca de tIIta RtpÍlbUea .dt: la Arn~dca Centnl, pOI' E G

8qute.1', et\\elón

cOlle¡:l~a y, anQtada por J M C (J¡lan Maria Cuéllar) Tegucigalpa. 1908

Est8 edIción que parece ser l.a tercera en e¡pafiol. porque D. Carlos GutMrrez debe de haber publicado 1ft 9egunda en Londr" hacia 1873, e8tá btlsada en la Que se titula: Apuntamlento9 lobre Centro-Amérlu. particularmente so–

bre 10:11 Estados de Honduras y San Salvador Su UQa:tafia, ¡)ubladón, ri–

qUeZA, producciones. etc, y el PI opuesto Camino de hler!'o de Honduras Traducidos del inglés por un hond'lrefl.o (1) León Alvarado) Parrs Imp de GUlitavo Gratiot, 185i¡ En 49. XH, 884 PP. •

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