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escogido, "el Gobie, no de Walke" fundado sobre el más fuerte sentimiento anti-Británico, hubiera sido ca– paz de encausOl la corriente de sentimiento (en los Estados Unidos) contlO nosotros Tal como están los cosas podemos esperOl un plOnto y salisfactolio

011 eglo de lo dispula"

Sólo una corto le quedaba en mono o Soulé, y aho.a la jugó Anunció que iba o Nicaragua o con– {menciar Con Walker, se embOlc.ó en New Orleans, y el

20 de Octub, e de 1856 llegó o Granado Lo plincipal

lozón de su visito, según se dijo en El Nico/ogúense,

e,a aconsejOl a Walker en cuanto o los métodos de flotOl un empréstito en los Estados Unidos Tal como estaba exp' esa do, esta declOl ación era exacto Fue consejo de Soulé, que Walker aceptó, no intentar com– batir la influencio de Vanderbilt en New YOlk, sino manejar todo el empréstito por medio de agentes en New Orleans Bono, o veinte años, pagando el 6 %,

en lo suma de $500,000, y .espaldados por un millón de ocres de tiel ras baldíos serían emitidos; y 01 mismo tiempo, Walker pondría en el mercado otros tierras baldías, a bajos pI ecios, para compradores en los Esta– dos del Sur Ero obvio, sin embargo, que estas forma–

lidades no tenían en sí

I

significación alguna Los ricos sureños, la mayOl ío de los cuales elon propietarios te– natenientes, no tenian intetés en adquilir tielras ni

hace, inversiones en un país que excluia el tlabaio de los esclavos A su parecer, el cultivo eficiente de las cosechas trapicoles que NicOlagua producía, sólo era posible con esclavos, ya fllesen neg' os traídos 01 país, a indios nkOl agüenses El meollo del conse jo de Soulé estabn en que si Walker deseaba el apoyo sureño, lenia que pagor pOI él en una forma que la aristocracia del Sur aceptara lo introducción de lo esclavitud en Nica ragua Esta e'a la único tabla de salvació" para él, "el único modio que podría asegurade la protección y la ayuda de los políticos sllleños que dominan el go– bie. no de los Eslados Unidos" (*)

Si Parker hench ora Mefistófeles paro Walke,·, Soulé era Lucifeo mismo Un hombre de temperamen– (o fiero, imaginación vívída, y gl an podel verbol, tenía

el don de evocO! sueños e inspirar visiones Los tenta–

ciones que plisa ante Walker deben haber sido gra"des

en su extensión y elocuentes en su exposición Cual–

quiera podía pI eve, que el Sur se separalÍa del Norte dentlo de poco De pOlte de quien estaría Walker? De qué país, del trasero Norteño de los Estados Unidos o de lo Confederación Sureño, podía esperar ayuda? A cuál pais, él. un sureño, dese.aba dar su apoyo? Ni. eatagua y el Caribe bien podrían llegar a ser la llave de lo supervivencia de la civilización sureña

E" sus días de per iodista, Walker había tomada lo que entonces se llamaba, la posición "censelvadara"

zobre la esclavitud e" co"tra de su expansión, y me– nos abiertamente, en favor de su gradual eliminación por medio de medidas leqales y económicas Cuando él era muchacho, los patrocinadores de e<ta po<íción e. an nume. osas aun en el Sur De unos 125 socieda– des antiesclavistas en los Estados Unidos en 1820,

cerca ele los tI es CIJOI tos partes estaban al sur de lo Línea Mason-Dixan. Muchos Sl/l eños esperaban Im-

(0) (El Glouo, D<!batl!5 del Congreso, Enero 14. 18li8. DlsCUlSQ del Han. Frll,nk P Blall, Jl • de Missouri. sobre Soulé y Walkcr)

pedil los temibles problemas económicos y sociales de

una emancipación 1 epenfina, promoviendo la abolición en estado por estado En el Norte, también, el gro. dualismo gozaba de apoyo vigoroso VOIios promi"en. tes hombres de negocios U1gían que el capital norteño se usara en consh uil ferrocalriles y fábricas en el SUr paro demostrar los beneficios del trabajo liboe y 00"':

per la dependenc.ia de uno economía agricola Otros -incluyendo un diputado radical Whig llamado Abl o' ham Lincoln- pensaban que el Congreso debería autorizar 01 gobierno o compensar a los dueños po,

los esclavos que emanciparan El Dr Vv'i1liam Ellery Channing, el conocido clérigo Bostoniano, urgía a Do niel Webstet que asegurara al Sur que "nosotros consideramos lo esclavitud coma vuestra calamidad no vuestro crimen, y compartimos con vosotlOS la carg~

de ponerle fin" Desafortunadamente, este punto de

vista tenía poco atractivo para los co"t1 ibuyentes nor teños quienes tendrían que aportOl fondos pOI a como

partir lo cargo de lo emancipación Aunque hacia

1848 se pensaba que los estadas flOnterizos pronto abolirían la esclavitud, y el e.escent, de New Orleans con Walker como redactor, abiertamente hacía seme' jante p,edicción, ningún paso próctiCo se dio con este fin En Washington, políticos astutos profesaban Ser "neutrales ll con respecto a la esclavitud Lo inercia se asentaba en la Coso Blanco, período tras período, Cuando todo la orotalio piadoso se evaporizaba, se po

e1ia ver que lo alternativo que le quedaba al SU! no ero en realidad una alter nativo, sino más acertadamente,

un escogencia entre males cuya selección ero imposl

ble Los Sureños podian, o bien sacrificarse por una más alta mOlalidad y por lo nación emancipando a sus esclavos y voluntariamente lanzándose o lo bancarrota

y al caos social, o bien podían continuar oponiéndose a toda la tramo del pensamiento mundial y eventualmen te luchar contr a los superio, es fuel zas militares del Norte Lo paradojo era -y aun es- que los hom bl es identificaban ta" íntimamente su propia supervi vencia con lo pe. sistencía de sus instituciones, que e\lOl preferían mOl ir antes que someterse a cambios en sus

modos de vida Lo institución, convio tiéndase en un símbolo de vida, invitaba o lo muerte por su suerte Como es coniente, cuando lo única oportunidad de paz dependía de la voluntad de los hombo es en abandonar uno institución que hobían sido enseñados o reveren CiOl, no había 0pOltunidad de paz.

Las voces de paz y bueno voluntad se fueron apagando. Hacia 1856 los "ultras" sureños y las mi, litantes abolicionistas no. teños dominaban la opinión público Se iba haciendo rara encontrar algún Ame Iicano bien informado que no creyera seriamente que

eí tiempo paro uno solución pacífica había pasado Mientras la amenazo de lo guef'a civil se acercaba, los grodualistas sUleños se enfoentOlon con la desquicianl' necesidad de escogel entre el amado Dixie y las oeclo mas de uno inquieto conciencia social Para lo maya

ría de ellos lo fidelidad o su patrio ero su más intensa emoción, y se encontlOron luchando por conservar uno

institución que en sus m6s íntimos sentimientos cansí deraban como un mal y una desgracio.

En el coso de Walker, el problema era aun mós doloroso. Su último esperanza de éxito en Nicaragua

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