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Capítulo Dieciocho

AL CONJURO DE SU NOMBRE

El habí'a ido a Nicaragua en nombre de la Demo–

cracia Y los Democráticos Nicaragüenses se volvielon

e ntro él El había comenzado con un sentido de lo

c~sión de los Estados Unidos en el mundo, y el Go–

~erna de los Estados Unidos lo rechazó El estuvo por lo gradual eliminación de lo esclavitud, y ahora el mundo lo conoce como un esclavista Sus propósitos han sido ton retorcidos que se les ha sacado toda su esencia idealista El yo no podrla mantener la can· cepción Byranic? de sí mis~lo ,Pero para el A,meri– cano con iente el era todavla herae entre los heraes. Se dio cuento de ese hecho por lo apoteósica recep– ción que tuvo o su llegado o Ne", Orleans, el 27 de Mayo de 1857 Llegó lo noticia de Washington que,

por orden del Presidente, no se le acusaría por viola–

ción de los Leyes de Neutralidad Era un hombre li– bre Uno vitoreante multitud estaba en los muelles, las hombres le rodeaban, Jo levantaron en hombros, lo llevaron a un carruaje que lo esperaba, formaron un desfile, marcharon tras él 01 suntuo,o Hotel St Char– les, donde habían aposentos reservados para él Tan numerosos y persistentes eran los gritos de las gentes en la calle, que se vio obligado a salir al balcón de su apartamento y pronunciar un breve discurso Esto no era suficiente Sus admiradores invadieron el Hotel y rehusaban salir hasta no verlo de nuevo

Bajó a la rotonda, subió a uno mesa, habló de su satisfacción de estar de regreso en New Orleans y pro– metió que darla un informe completo de sus experien–

cias en una reunión masivo que se estaba entonces Or~

ganizando Finalmente la muchedumbre Se dispersó, o leer los periódicos que blasonaban el regreso del hé– rae en sus primeras páginas Cuando el periodismo pomposo disminuyó, los editares llenaban los colum.

nas con panegíricos, en proso y en verso, enviados por

sus lectores Uno domo de lo ciudad envió quince es– lonzos sobre el temo de lo grandeza de Walker "To– do glorio o tí, Jefe! Que lo bendición del cielo caigo sobre tu frente enardecido! " Y así en adelante Las mujeres, especialmente, encontraban irresistible lo combinación de su fama y su apariencia juvenil Los

cartas que le escribió una joven enamorada son vívi–

dos todavía un siglo después Cuando uno noche lle– gó tarde 01 teatro y lo reconocieron, gargantas feme–

ninas se unieron en su mayor parte a los vítores con

que fUe recibido Lo función se interrumpió, los acto– res y lo concurrencia le aplaudieron, la orquesta tocó el himno nacional, y lo vitorearon durante diez minu–

tos IINunco" comentó un escritor francés, "un mo~

norca victo. ioso ha sido mós aclamado por un pueblo delirante de felicidad"

En la reunión masivo llevado a cabo al aire libre dos noches después, estuvo en uno plataforma ador– nado de banderas de los Estados Unidos y de Nicara–

g.~a, habló por dos horas, haciendo pública su inten– clan de re>lresar a Centro América y comaletar la to– reo que había comenzado, La prenso de New Orleans

informó que su disCllrso fue una tour de force, uno his– toria hablada de su carrera en el istmo, y uno expli– cación -señalando francamente al Secrelario de Es– tado Marcy, ul Comodoro Vonderbilt y al Gobierno Britónico----, de las razones por las que no habia tenido éxito Hablando del Presidente Buchanan, sin embar– go, Walker fue reservado, ya se habían hecho arreglos para uno conversacíón con él en la Casa Blanca Un periódico preguntaba si él estaría planeando un futuro político en los Estados Unidos Si osi era, el respaldo popular estaba establecido al conjelro de su nombre

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Walker no podía hacer caso omiso de que todos los vítores eran de los hombres cuya política él había

atacado unos pocos años antes Como otros cuyos

principios guiadores se habían de. rumbado bajo pre– sión, él podría alcanzar el olvido sólo duplicando lo intensidad de sus nuevas conviccio"nes y auto sugestio– nóndose con sU repetición, Viajando hacia el Norte, afil maba en cada discurso no sólo que lo introducción de la civilización Americano en Centro América era el camino de salvación paro los Estados Unidos, sino que

las instituciones sureñas tenían que prevalecer allí

Memphis lo recibió cordialmente. En Louisville, don– de visitó a su hermana, Alice Walker de Richardson, lo prenso le rindió los tributos reservados a los poderosos En Cincinnati, los políticos Demócratas hicieron buenos migas con él Aun en el cínico Washington, donde lle– gó el 12 de Junio, despertó extraordinario ínterés Los periódicos informaron que en uno largo conferencio privado en la Casa Blanca, le había dado 01 Presidente su versión de los sUCesos en Nicaragua, y que hablo protestado los acciones de' Comandante Davis, espe– cialmente con respecto a la captura de lo Granada. Lo objeción de Walker era de que si Davis no hubiera

intervenido, los ejércitos Centroamericanos se hubie–

ron desintegrado, mientras que la moral de sus hom– bres se hubiera sostenido con el conocimiento de que había una puerto de escape abierta para ellos El pre– sentó estos cargos oralmente primero, y después, por escrito

Algunos meses mós torde, en un discurso en Mo– bile, Walker dijo que el Presidente, en eso reunión, no sólo le habla oído con atención sino que realmente le había animado a hacer otro intento de conquistar Ni– caragua Los amigos de Buchanan se mofaron y acu–

saron a Walker de fronca invención, sin embargo, no

estaba lejos del carócter del Presidente hacer afirma– ciones que Walker pudo haber interpretado como ani– madoras Buchanan no era persona que iba a ofen– der a un visitante que tenía tal arraigo en lo opinión públiéa como el que Walker tenía en el verano de 1857 De acuerdo a un Asistente Secretario de Estado que le servía entonces y que tenía frecuentes oportunídades de observarlo, el Presidente estaba lejos de ser el afa– ble pusilónime que tan a menudo ha sido descrito Por el contrario era "fria y calculador, con una mente

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