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ker El arresta, dijo Rynders, estaba fuera de la cues–

tión/ puesto que él ni tenía órdenes ni instrucciones

Siguió una conferencia, y en ella se decidió que él y Walker irían a Washington y presentarían el problema

o la administración. Poro entonces, reporteros impa–

cientes se aqlomeraban en la oficina del alguacil yexi– gían una declaración de Walker Les dio una que lle– nó los titulares el siguiente día. Paulding había inva– dido el territorio de una nación amiga e insultada su bandera El gobíerna de los Estados Unidas tenía la obligación de remediar tan crasa error Esto podría hacerse llevando a Walker y a sus hombres al misma lugar de donde fueron sacados a la fuerza. Can esta, dejando a los reporteras boquiabiertas, partió can Ryn– ders para Washington

La -olida de Walker había enfurecido a Bucha– non, su regreso lo llenaba de embarazo Paulding, inequívocamente, había excedido su autoridad La in–

diqnación suroña se expre~ó en reuniones masivas en

las que Pauldinq fue denunciado en términos aT)asio–

nados y se exiflía su merecido castigo Se pasó una

rf'-olución en New Orleans uraiendo al Gobierno, no

sólo rpnresar lo exoedición d~ Walker o Nicaragua, si–

no indemnizarla por lac; pérdidas "~ol)tenida5 por la centura, dp.tención y orivación de su libertad y propie– dedil, V vario" spnadorec; ofrpciernn voluntariamente

iniciar la acción Congresal can ese fin.

A cada momento el tema tomaba la forma de una di-nuta per-onal entre el Presidente y Walker

Como siempre, Buchonan se movía con qrán cautela

Cuando el filibustero apareció en Wa-hinqton, Cass

prontampnte anunció que no habra rozón paro man–

tenorio baio custodia Walker oresentó su caso en una larga carta al Presidente, carta que dio a la publi– cidad Su exoedición habra sido justificada, insi<tía, por la ley y la moral El era el Presidente en exilio de un gobierno extranjero que había sido reconocido por el gobierno anterior Era su derecho y su deber para Nicaragua buscar el restablecimiento en el poder de aquel qabierno, con o sin la ayuda de los Estadas Uni– dos "Algunos le han dicho, ya sé, que yo soy un

hombre 'sin fe y sin misericordia', pero desde el prin–

cipio hasta el fin de mi carrera en Nicaraqua, reto al mundo que produzca una sólo violación de la fe pú–

blica"

Para con los métodos de Pauldinq, expresó no tan– to resentimiento como desdén "Mucho mós doloroso que la rendición fue el que se nos dijera que es– tóbamos allí para deshonra de los Estados Unidos .. Habran hombres en aquella arenosa playa, SeÍlor Pre– sidente, que habían llevado su bandera en alta (en Mé– xico) en medio del grueso de sus enemigos que ha– bían encabezado a sus saldados a través del continen– te en el camino del honor y del deber Yo pido la justicia que es su alta prerroqativa el dispensarla

l/pero permítame concluir añadiendo que . nin-

guna interferencia ilegal extrema -ninguna suma de palabras duras y epítetos injustas- padrón desani– marnos de seguir el camina que está delante de nosa–

tros".

El día en que esta carta apareció publicada, el 4 de Enero de 1858, el Senado pas6 una resolución pi– diendo al Presidente "la correspondencia, instrucciones

y órdenes a las fuerzas navales en la casta de Centro América, en relación con el arresto de William Wal. ker y sus asociados". Buchanan ahora se vio obliga. do a contestar, y lo hizo en una comunicación de con_ siderable ingenio. "Al capturar al General Walker y su comando. el Comodoro Paulding ha cometido,

en mi opinión, un grave error. Mas es evidente, sin

embarga . que esto fue hecho por motivos pura_ mente patrióticos". El Presidente, hacienda así clara su intención de dejar ir impunemente al Comodoro, pa–

só rópidamente o un terreno m6s seguro En uno no–

ta de afirmación, aunque vacía, profetizaba diciendo

liLa marea de emiqración correró hacia el Sur . Cen–

tro América pronto tendró una gran población Ame. ricana que conferiró sus bendíciones y beneficios ,abre los nativos y sus gobiernos respectivos" Por lo tan– to, daba a entender, Walker y sus métodos no eran necesarios Luego pasó a decir que creía en el "Des. tina Manifiesto" del pueblo americano para dominar el Hemisferio Occidental, pero "ninquna administra–

ción puede diriqir con éxito los relaciones exteriores

del país en Centro América si se le interfiere a ca– da oaso con ileoal<'s expediciones militares preparadas en las Estadas Unidas"

Un anitada debate ,iauió tanta en el Senado co– mo en la Cómara de Diputados. Se introdujeron re– soluciones contrarias, una pedía el castigo oficial de Paulding, otra p"d'a la Dro,"ntación de una medalla de aro por su acción en Nicaraqua Par días todo otra asunto se hizo a un lado mientras Walker y Paul–

ding, eran a su vez, duramente criticados y ardorosa–

mente defendidos Quince senadores pronunciaron discursos, cubripndo todos los asoectos de la contra– ve, sia Se hacía la orequnta, ¿cómo es que Paulding, si consideraba a Walker v a sus hombres como "ban– didas que habían salido de nues tras ca<tas con el propósito de saquear y asesinar" -palabras d'l Co– modoro en su propia defensa- cómo es que había he– cho a Walker su íntimo compañero en el Fulton, co– mra con él, le llamaba siempre "general", y aceptó su palabra de honor de que regresaría a New York? La pregunta quedó sin contestar.

El ataque más duro contra Walker fue el del Se– nador Slidell, de Louisiana, gran amiqo de Buchanan, quien afirmó extensamente que Walker era un pirata sediento de sanqre que no merecía la consideración de su país Por fin, los agotados senadores y el Presi– dente llegaron a un compromiso Todas las resolucio– nes se retirarían. Mientras Paulding era levemente censurado por el Secretaria de la Marina y temporal– mente suspendido de su mando, Walker no recibiría estímulo alguna Cuando todo hubo terminado, la ad– ministración de Buchanan estaba todavía firme contra él y el Congreso tan dividida como antes

VII

Por la recepción que recibió mientras viajaba ha– cia el Sur de Washington, uno podría pensar que Wal– ker venía con renovados laureles de conquistador, en vez de un hombre que hobía fracasada dos veces en sus propósitos y que había sido rudamente castigado por el Presidente y muchos senadores de su naciqn. En

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