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« Previous Page Table of Contents Next Page »interferir con la nueva y poderosa expedición de Wal– ker, que como se rumoraba ampliamente en la prensa, estaba ahora en preparación Walker mismo fue a Washington, donde, después de conferenciar con los senadores que le apoyaban, escribió entusiastamente en
una carta privada, que la administración o
.fI
se rendiría
a la voz del país en lo referente a nuesttos asuntos ll o
sufr ilÍa catastróficas represalias del Congreso. (Colec– ción Fayssoux, Mss, No 66, Ene 5, 1858)
Buchanan, sin embargo, definitivamente no ha– bía acabado con su repertorio de trucos políticos en su disputa con Walker Existía aun un medio por el cual la crítica de su política Nicaragüense podía ser silenciada y Walker frustrado una vez para siempre
Consistía en enviar a Nicaragua, con el consentimiento
de su nuevo gobierno, un fuerte contingente de Mari– nos Americanos, los que ocuparían la ruta del Tránsito y harían inútil y sin esperanza cualquier intento de Walker de desembarcar una fuerza expedicionaria A este fin, Buchanan, por medio del Secretario de Estado Cass, dedicó sus empeños El hecho de que su nueva política iba en cantra de todo lo que había dicho y hecho en conexión con Nicaragua desde que asumió el cargo, parecía no molestarle
El primer paso en el plan de Buchanan, era ayu– dar a una compañía americana a obtener el control de la concesión del Tránsito Nadie estaba ya seguro quién tenía el derecho legal al Tránsito Nicaragua poseía la ruta, Costa Rica la ocupaba, pela las posicio– nes de Vandel bilt y de Garrison y Margan eran obscu– ras Estos dos últimos hicieron un atrevido esfuerzo para reafirmar sus derechos Les pareció que puesto que tropas Costarricenses mantenían los vapores del río y ocupaban la mayor parte de la ruta, la llave de la solución estaba en manos del Presidente Mora, y su problema consistía en encontrar un agente que pu– diera ejercer la necesaria presión sobre él W R. C. Webster, que había sido instrumento en organizar la alianza contra Walker, era la escogencia obvia, tenía la ventaja de ser inglés y tener una especie de derecho a la gratitud Costarricense El hecho de que estu– viera al servicio de Vanderbilt no era una objeción se–
ria para Morgan y Garrison, quienes conocían los usos
del dinera Webster rompió con Vanderbilt, entró al servicio de aquellos, viajó a Costa Rica con amplios fondos a su disposición, y dentro de poco tiempo es– tuvo en capacidad de informarles de su éxito Mora,
siempre generoso con su firma en documentos que po–
drían ser repudiados, le dio el contrato deseado Buchanan, sin embargo, no confiaba en Margan y Garrison, debido principalmente a sus conexiones pre– vias con Walker Prontamente escribió a Lord Claren– don en Londres de que Costa Rica "se había agarrado de los más grandes pícaros como compradores" de la ruta del Tránsito y claramente le exponía su deseo de que Mora fuese desanimado de toda idea de ejecutar el conllato que le había dado a Webster Inglaterra,
cooperativamente, intervino, y desde ese momento
Margan y Gan ison dejaron de ser serios cantendores por el premio.
Vanderbilt había protestado públicamente, de ma– nera violenta y amarga, el contrato de Margan y Ga– rrison, y generalmente se pensó que el fracaso de
éstos era el triunfo de aquél El, después de todo controlaba la Compañía Accesoria del Tránsito, la qU~
tenía un contrato con Nicaragua, mas por su innato
desprecio por la ley, no estaba dispuesto a tomar una posición basada en meros legalismos Deseaba tener control físico de la ruta del Tránsito y discutir su lega. Iidad después Con este fin comenzó a intrigar secre. tamente con un alto General Costarricense Esto re. sultó ser una mala táctica Agentes del Departomen. to de Estado informaron del plan a Washington, y Bu. chanan se incomodó tanto que rehusó dar al Comodoro apoyo diplomático En cambio se volvió hacia otro concursante por el Tránsito, al antiguo asociado de Vanderbilt, Joseph L White, padrino del tratado Clay– ton-Bulwer y un político de gran habilidad y experien. cia Con algunos asociados ricos, White había acu– mulado las acciones sin valor de la antigua Atlantic and Pacific Ship Canal Company Así había adqui– rido la original concesión canalera otargada por Nica_ ragua, lo que le daba visos de legalidad a sus derechos al Tránsito Mas aún, él había persuadido al nuevo
gobierno Nicaragüense a concederle secretamente Un
contrato provisional que cubria tanto el tránsito por tierra como el del canal Allí estaba la oportunidad que el Presidente buscaba para poner fin al filibuste– rismo y volver a ganar la popularidad entre los expon. sionistas Puso al Secretario de Estado Cass a traba. jar en la negociación de un tratado con Nicaragua, por el cual los Estados Unidos tendrían el derecho de
usar la fuerza militar, si fuera necesario, para proteger
"las personas y propiedad conducidas sobre la ruta" manejada por White Las objeciones de Vanderbilt no fueron tomadas en cuenta
Buchanan escribió a Lord Clarendon que los inte· reses Blitánicos estarían protegidos, que el nuevo tra– tado, conocido como la Convención Cass-Irisarri, en ninguna forma amenazaba sus derechos o violaba la intención del Tratado Clayton-Bulwer, y que los Costa· rricenses no tendrían razón de queja. "La Gran Bre– tañé! y los Estados Unidos, al tratarlos justa y aun libe– ralmente, debe decirles (a los Costarricenses) que el tránsito se mantendrá abierto y que nunca será inte· rrumpido de nuevo".
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A estas alturas, el caleidoscopio Nicaragüense fue sacudido de nuevo, y una figura totalmente nueva opa· reció a la vista Con la consternación de Buchanan, Nicaragua, al último momento, rechazó tanto la Con– vención Cass-Irisarri como el contrato de White, y anunció que la concesión para el canal y la ruta del
tránsito habían sido concedidas, no a un Americano¡
ni siquiera a un Inglés, sino que o un Francés, un tal
Félix Beliy, y que en esta concesión Nicaragua y Costo Rica habían actuado en conjunto, como copropietarios de la ruta
La prensa y el Congreso Americanos aullaron de rabia La debilidad del Gobierno Americano había perdido la joya más preciada del Hemisferio Occiden–
tal, la ruta ístmica canalera, a un poder europeo, con
todo lo que eso significaba para la Doctrina de Monro e y el futuro de los Estados Unidos. Hubo voces de gue-
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