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« Previous Page Table of Contents Next Page »En el Senado de los Estados Unidos, Robert Toombs, de Georgia, uno de las más firmes seguidores de Walker, "aéó a luz los hechos "Vosotros dóis
$ 900 000 al año para llevar la correspondencia a Ca– lifornia" les dijo a sus colegas, "y Vanderbilt obliga a los contratistas a darle $ 56 000 mensuales para es– tarse quieto. El es el pez grande que roba a los pequeños que pululan en la Capital". El New York
Times comparaba a Vanderbilt con "aquellos barones alemanes que desde la cima de sus castillos a lo largo del Rin, caían como halcones sobre el comercio del no–
ble río ll
Azuzados por el Gobierno y lo opinión público, los líneas Panameñas, finalmente, dieron por terminados sus arreglos con el gran financiero Sólo entonces re– vivió su interés por el Tránsito Inmediatamente le es– cribió uno carta a Buchanon entendía que un nuevo Ministro en Nicaragua, Alexander Dimítry, había sido nombrado y le gustaría verla antes de que saliera del país paro discutir la reapertura de la empresa "La
ruta' no puede ponerse en operación 01 menos que lo
haga yo" Evidentemente, pensando que la me jor ma– nera de borrar las sospechas de que estuviera planean– do extorsionar aun más a las li'neas Ponamñeos, el Co– modoro agregó, "El único objetívo que tengo en este asunto es que se cumplan los deseos de su odministro– ción y el gratificar mis propios sentimientos, puesto que hasta ahora he estado identificodo con esta ruta en particular" La respuesta de Buchanan fue pronta y cortés "El señor Dimitry estará en New York, ma– ñana por la noche. . Lo recomiendo a su fina aten–
ción ll
Unos pocos meses más tarde, Vanderbilt informa– ba a Washington que estaba planeando un viaje a Ni– caragua y Buchanan le dio una carta personal para Di– mitry "Esta carta le será entregada por el Comodoro Vanderbilt. El está por abrir la ruta de Nicoragua . No conozco de otra persona en los Estados Unidos que sea tan hábil y esté tan deseoso de abrirla rápidamente como él Este es un objetivo, en la realización del
cual yo teng9 sumo interés Es, en mi opinión, el
más sabio y el mós ventajoso cursa que el Gobie, no de NicaraguCJ puede seguir Es mi deseo, por lo tan– to, que Usted debería,. como ciudadano particular, es– forzarse.. en favor de Mr. Vanderbilt".
El viaje, sin embargo, nunca se materializó. Era claro para Vanderbilt que la importancia de la ruta del Tránsito nicaragüense estaba disminuyendo Sus di– ficultades la hablan hecho sospechosa al público, y los pasajeros rumba a California se habían acostumbrado al servicio de Panamá La Accesoria del Tránsito no podda volver a gozar la bonanza que había tenido unos pocos años antes En cuanto a un canal, las oportu– nidades de que fuera abierta en vista de la oposición Británica y con el tratado Clayton-Bulwer todavía vi– gente, eran tan pobres como nunca
Ademós, los mismos intereses de Vanderbilt es– taban cambiando Aunque ya sesentón, estaba aun ansioso de probar sus fuerzas, y su mente estaba in– teresada en nuevas grandes aventuras -trasatlánti– cos, las ferrocarriles del Noreste, luchas en gran es– cala en Wall Street Estaba hastiado de Nicaragua Aquellos que continuaban soñando con un canal en
Nicaragua y con el renacimiento de la ruta del Trán_ sito reconocieron que todo dependería de la próxima expedición de Walker
IV
Los líderes Centroamericanos habían llegado o creer las leyendas que ellos mismos habían ayudado a inventar, en las que Walker oparecia como otro Ta. merlón, -una combinación de sed de sangre con ge. nialidad militar- resultando por lo tanto que si ellas habian triunfado sobre este "táctico militar de pro–
porciones épicas ll
,
eran merecedores de la gratitud de
sus pueblos En Nicaragua, especialmente, el terror de Wolker habia sido tan hóbilmente cultivado por sa– cerdotes y funcionarios que sólo la ',dea del regreso de Walker producía un estremecimiento nacional Cuan_ do el Delta de New Orleans, erróneamente afirmó que Walker estaba en San Francisco, reclutando un millar de hombres para una invasión a Nicaragua, el Presi– dente Martínez se llenó de pónico Amargado contra las Estados Unidos y desengañado por Francia, buscó ayuda en Inglaterra Proveería ésta la necesaria pro– tección naval a las costas de Nicaragua y se enfrenta– ría a Walker si desembarcaba? Los Ingleses lo harian gustosos La oportunidad se presentaba para ampliar
su control de los recursos y mercados centroamericanos
a costa de los Estados Unidos Todo lo necesario ero mantener el Tratado Clayton-Buiwer en vigencia, a Buchanan en su natural estado de aquiescencia, y o Walker fuera de Nicaragua, mientras las diplomóticos ingleses hacian los arreglos necesarios.
La nueva estrategia Británica dependía de un os– tensible acto de generosidad, una entrega voluntario de territorio Centroamericano El primer movimiento de su juego fue una entrevista con Buchanan, solici– tada por Lord Napier, el embajador Britónico. El co– nocimiento íntimo de la psicología de Buchanon por parte de los Ingleses, fue demostrado por la escogen– cia de Napier coma Ministro ante su gobierno No–
pier era un aristócrata de gran astucia y muchos atrac–
tivos, y el Presidente era sumamente susceptible a las demostraciones de amistad por parte de los diplomóti– cos titulados Con tacto delicado y exquisito, Lord Napier conformó la mentalidad de Buchanan a las pun– tos de vista de WhitehalJ. Comenzó por referirse a la agitación en el Congreso por la abrogación unilateral del Tratado Clayton-Bulwer. Cuál ero el parecer del Presidente sobre este particular? Buchanon contestó que consideraba el Tratado como "una rica fuente de
incomprensión ll
,
pero que por otro parte era un docu~
mento en vigor, y "ningún intento del Congreso con– tra él tendría su aprobación".
Hasta allí, toda iba bien Luego Napier movió otra pieza En reconocimiento a la importancia del Tratado, su gobierna contemplaba ciertas concesiones territoriales, urgidas hacía tiempo por los Estados Uni– dos, a las repúblicas del istmo In¡¡laterra eotaba, por fin, dispuesta a devolver la Mosquitia a Nicaragua, y a devolver a Honduras ciertas islas frente a <u Costa Atlóntica, ocupadas por los Ingleses unos años antes. Asumiendo que el Presidente aprobara estos movimien– tos, Londres querría enviar un comisionado especial "a
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