Page 105 - RC_1965_01_N52

This is a SEO version of RC_1965_01_N52. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

(1) LB "chorla".

Enfre las aves de Tegucigalpa y sus alre–

dedores, vi guacamayas, cardelinas, verde–

rones de pecho mofeado. cardenales, fardos amarillos de soberbio plumaje, loros y ofras más. Algunas de ésfas no son corrienfes en las tierras teInpladas del inferior, pero se fraen desde sus nativos llanos de la costa. Hay fambién una muy bonita especie de zor– zal anaranjado con pecho negro. (1) El ave del paraíso o una que Inucho se le parece, se

El dueño de casa recibe a sus visifanfes cuando ésfos enfran, y al despedirse les acompaña hasfa la pueria llevándoles su basfón y su sOInbrero. Si uno es especial–

:menie bienvenido, o si la visita se considera.

como un honor, el anfifrion lo acompaña por todo el corredor hasfa la pueria de la calle, y debe uno considerarse feliz si logra hacer el saludo final y dice el úlfimo ¡Adiós Señor míol porque no iInporfa cuántas veces lo re' pita. Don Fulano considera un baldón a la efiquefa si no dice él la úlfima palabra al despec:lirse. Yo experimenté ésto a Inenudo y declaro que jamás pude ganar una vicio– ria verbal a mis anfifriones.

Las residencias de las clases más aCOl"no– dadas son limpias y frescas¡ tienen preciosos jardines en la parte posferior adornados con bonitas flores y con pájaros en jaulas de ma– dera. La floriculfura no es práciica, por lo general, y en las tierras alfas uno rara Vez se encuenfra con flores silvestres del famaño y belleza que debe esperarse en los frópicos. La Nafuraleza parece haber reservado sus co– lores más espléndidos para el plumaje de las aves y ha compensado así su ausencia en el reino de las flores. Los jacinfos, las rosas, los claveles y las madreselvas, blancas y azu– les, Se ven a menudo. y las úlfimas con fre– cuencia alcanzan fal frondosidad en estado silvestre, que ahogan e impiden el crecimien– fa del maíz, por él frepan y florecen.

construyeron de esa manera, siendo foda in– novación desagradable para el español. El aparfamento principal llaInado sala sirve co– InO cuario de recepción y es donde la fami– lia pasa la Inayor parfe del día "haciendo

nada" en la mañana Y, corno un amigo mío me dijera una vez, se sientan en la ventana

por la farde y por la noche Ipara descansar de las fatigas de la Inañana! El corredor, a menudo, se exfiende alrededor de la casa y la parie frasera dé hacia un patio empedra– do que, por lo general. contiene varios árbo– les frutales y se halla rodeado por muros al– fas de adobe profegidos con fejas. La coci– na esfá a un lado y el esfablo al afro. Todas

estas pequeñas construcciones están siempre

blanqueadas con esmero. El orgullo del es– pañol se fraduce en fener una inmensidad de pecheras limpias y su casa recién pinfada.

La Inayoría de los nativos de Honduras viven en la planta baja de la casa. Si uno pregunta la razón de ésfo en Nicaragua aprende que es por femor a los feInblores, pero en Honduras es porque los anfepasados

-82-

En la Inesa, por lo general, Se observan Inaneras franquilas y sieInpre corieses. Ra– raInenfe se produce la hilaridad duranfe las coInidag. Después de COIner viene el café, las jaleas o las frufas en conserva y una va– riedad de confituras azucaradas. Se brinda a la salud del Señor y de la Señora de la

casa, corno en todas partes, con el primer

vaso de vino o de cualquier ofra bebida. Es difícil conseguir sirvienfes en la deInocrática Honduras, en donde fodo individuo sano es– tá expuesto a que lo agarren para soldado. Los pocos que se pueden conseguir son for– pes y necesitan Ineses de adiesfraInienfo pa– ra hacérseles úfiles. La preparación de los aliInenfos se lleva a cabo en un pequeño edi– ficio de adobe defrás de la casa de habitación y en una hornilla hecha de barro a la cual se la llaIna fogón.

Observé que dos veces a la semana se servían en la mesa papas que don José Ma–

ría, evidenfelllenie, había conseguido COlnO

un Inanjar para Ini. SieInpre las veía él con orgullo y reiferadamenfe Ine invitaba a que colmara Ini pIafo. Eran pequeñas y blan–

cas, pero sabían InUY bien con cualquiera

de las viandas preparadas. Supe que la pa– fafa fue iInporiada en Cenfro América desde el Perú, pero uno de los curaS de Tegucigal– pa Ine aseguró que era indígena y que se le podía ver creciendo en estado silvesfre en las Inonfañas. Nunca oí que se confirmara esfe aserfo. La pafafa sólo puede culfivarse en las tierras alfas. En Sanfa Lucía, poco más o menos a 4 500 pies sobre el nivel del mar, vi un pequeño caInpo sembrado de pa– fafas del cual en Marzo se suplen varias fa– milias de Tegucigalpa. Se venden a Inedio (seis cenfavosl. La pafafa se siembra in– InediafaInenfe después que las lluvias han hUInedecido suficienfemenfe la fierra para podérsela arar. El Inéfodo de cultivo es una burda imitación del que se eInplea en la América del Norie. Los tubérculos crecen rá– pidaInenfe en los ierrenos de bajío. En las Inonfañas de GuafeInala fambién se cultivan y desde Inuchas leguas de disfancia se las fransporfa a lomo de Inula. Un día, en la mesa Ine avenfuré a asegurar, con foda la indiferencia que podía fingir, que las pafa– tas en California pesaban fres libras (que no es un faInaño excepcional). Don José Ma– ría Iniró alfernativaInenfe los mables vege– fales en el pIafo que esfaba anfe nosofros, y luego a Ini, con una sonrisa incrédula pero recordando inInediafaInenfe la corfesía del anfifrión. la acepfó con un moviInienfo de la cabeza. Era obvio que él fomó lo que dije como un mero cuenfo de caminO real.

Page 105 - RC_1965_01_N52

This is a SEO version of RC_1965_01_N52. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »