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« Previous Page Table of Contents Next Page »ANHELO VEGETAL
Litza Quintana
Quiero ascender hasia la huraña cima y dibujarle con mis versos, árbol, con un crayón de sombra vesperlina sobre el fondo violeia del paisaje
Quiero exiender amplísimos los brazos copiando el ademán de tu ramaje, clavarme por los pies al horizonte
y cambiar por iu sangre esia mi sangre,
y tocarle las manos, árbol, con un roce de novia solitaria¡ entonar cien canciones primi±ivas junto al oído verde del folleje
Quisiera superar esta mi carne volviéndola madera de la dura, para elevar la frenfe florecida con retoños nacidos en la farde
Oírle a la quietud su voz de pájaro, al viento, el ensayar de su guifarra, aprender el susurro de los bosques y el llanto sin llorar de la monfaña
Como tú, comparfir mi pobre lecho, con el mendigo grupo de las hierbas, acariciar con mis raíces tiernas la soledad obscura de las piedras.
Mirar a Dios andando en las estrellas y en el blanco reír de la cascada, en la hormiga nerviosa que en fu leña
Se esconde de los ojos el invi~nlo.
Si fuera vegetal, yo ya pudiera bañanne con el 'agua de los cielos, dejar que me rasgaran los costados y ofrendarles mi savia de luceros
Pudiera resurgir, afán de fénix, de la ceniza que abonó la tierra, cuando Nerón se sale del infierno para incendiar el alma de la sierra.
Yo, no conocería los rencores,
ni el mal que hace llaga en los humanos; yo sería bondad, amor, silencio, sombra y frescor clavado en el camino
Por eso es que qmslera ser un árbol,
para ser superior a mi destino; para apagar la sed de dar elemo
esperando icin sólo un poco de agua.
MI CANTO AL PIJOL
Rubén Eermúdez
Montaña que fe yergues hostil, hacia el Eterno,
corno un gesto rebelde de la paz de los llanos, corno un puño cerrado que asoma del infierno, que, el secreto conjuro de designios arcanos, hubiese en roca ahogado su ademán de protesta
cabe al asombro mudo de la inmensa floresif;l.
En fu fesia eminente frajinan las panteras rasgando las corlinas de las enredaderas que, adornando la flora milenaria de lo sUo parece que incorporan en fu verde espesura la visión espantosa de un donnido basalfo reventando en salvajes melenas de locura
~Qué fuiste en el incógnito silencio del pasado'? GQué ha escriio entre sus huesos de agrietados
(vestiglos con rasgos sibilinos que el tiempo no ha borrado, la sigilosa pátina del curso de los siglos?
¿,Qué inientan los :metales donnidos en fu entraña'? GQué sienten bajo el grato calor de la cabaña que ilumina tus faldas de un ienue resplandor'? ¿,Qué piensas si en ius frondas se desdobla un amor'?
y en los roncos rugidos de tus voces iniemas con que dicen sus credos tus oscuras cavernas, ¿,por qué didas del Hempo la mudanza secreta. al hombre, con tu exfraña sapiencia de profeta?
Cuando tiendes :!:u sombra, como un :mamo, en el
(llano, protegiendo la vida somnolienta del bruto o el milagro de Alquimia que crepita en el frufo, o el misterio inquietanie de la paz del paniano, si presenias tu mole quejumbrosa y bravía, y entretienes la marcha presurosa del día., cuando ordenas al rayo que recorra otra senda, cuando impones al agua que prosiga un cantina. por 'el flanco agrieiado de tu :mole estupenda, pareciera la péirea concreción del Destino, ¡Entonces tienes algo señorial y paterno, algo que nos aparla del egoís:mo eterno, algo como ese gesfo severo en qUé los viejos disfrazan la. fenlura de sus nobles consejosl
Pijol, :montaña enonne, cuya imponencia arredra, rostro ciego qua asomas sobre fados los monfes ambulando en el ElÍre coil fus alas de pIedra como husmeando misterios entre los horizontes; taciturna atalaya que, en medio del cantina, con tus cuencas oscuras, dolorosas vacías, parece que inierrogas los giros del Destino escondido en los pliegues de vastas lejanías, Pijo1¡ de alma inquietada por oscuros fonnentos, mole negra, que a fuerza de pensar en sí misma, al senfir sus cabellos mesados por los vientos repercute en retumbos la idea en que se abisma ;.
Que tus pupilas brillen con fuego en las ailuras; dícfanos en retumbos la gigante sentenciét
de la paz y el progreso sobre el suelo dé Honduras, que da vida a las patrias, y a los hombres
t c:óncienciá
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