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UN EJERCITO PRESTO A LIBRAR
LAS BATALLAS DEL DESARROLLO
GUSTAVO BALCAZAR l\'IONZOl\l
Ministro de Agdcultm a de Colombia
Un a111oroso dueño de la tierra
Si la educación es o debe ser un proceso
durante el cual el hombre se adapte al m.e– dio <;ln que vive, adquiera habilidad para de– senvolverse en él y para abrir las fuentes del
bienestar, al nlisrno tiempo que para asumir posiciones críticas que le perrrtitan avizorar
la necesidad y aún la urgencia de múltiples transformaciones, estoy seguro de que la Es– cuela del Valle de El Zamorano cumple in– mensurable labor magistral. No al estilo de la tradición bien póco pragmatista y por lo tanto imperfecta de. Latinoamérica. No la del texto m.uerío o anquilosado, pero otra vi– tal que no desmaya en la persecución de le– yes y efectos naturales h6.sta ahora descono– cidos. Que no vacila ante el imperativo de la comprobación experim.ental y funde al hombre cClp. la realidad circundante, no para que sea siervo irredento de la tierra sino pa–
ra que arnorosarnenÍe sea su dUell.O y la re–
ciba y la posea y la conserve corno patrimo– nio que es de la h;tmanidad.
Un explosivo fenómeno
El contemporáneo fenómeno del incre– neento demográfjco, calificado corno "explo– sivo" por Raúl Prebish, ha concentrado la atención general, en la necesidad de produ–
cir más para atender a nueva y gigantesca dernancla. Esa inquietud genera la incorpo– ración de varios s~cfores geográficos a la ac– tividad económica y estimula a invesHgado– res, maestros y extensionislas en el propósi–
io de lograr mejores índices <;le produC±ivi– <;lado La ciencia y la tecnología -capaces
de abrjr los carninas hacia el espacio side–
ral- les han brindado maravillosas hen-a– mientas y na<;lie niega que el hombre triunfa hoy en el intento -de laboratorio- de pro–
ducIr rnás y lTIejor Sin embargo, Ja nliseria
y el hambre hacen presa en millones de Se– res. Más del sesenta y seis por ciento de la población está famélica. , La demanda "po–
±encial" -lnensurable por el número de ha–
bitan±es- no coinci<;le con la <;lemanda "efec–
tiva". Y como esta ú1±irnR, en fin de cuen– fas, es la que determina el volumen de la
producción y la forma de la distribución, asis– timos a la para<;loja de que el infraconsumo disminuye la aciivi<;lad produciora, impide el abaratamiento de los costos y los precios y
da lugar a que haya "exceden±es" en un
rrmndo ávido de bienes elementales.
Una tranquila reflexión
Una tranquila reflexión sobre el tema del hambre nos lleva a concluir que sólo será po–
sible encontrarle soluci6n adecuada si esta–
rnos dispuestos ~ comprender que fundamen– talmente hace parie de un problema cultural insoluto. Si encararnos la economía corno un recurso del hombre y no al 'hombre corno recurso económico. Si llegarnos al íntimo convencimiento de que la educación no pue– <;le, seguir siendo para una minoría privile– giada. Si quienes somos usufructuarios del privilegio de la educación, por haberla reci– bi<;lb en cualquiera de sus niveles, nos em" barcamos en ]a empresa de hacer copartíci_ pes de ella a nU<;ls±ros hermanos, que a pe– sár de la legitimidad y la igualda<;l de su derecho"han s;<;lo menos afortunados que no–
soiros. Si procurarnos la existencia de una
soa; eds,d más igualitaria y ",cep±ando que la enfermedad y la ignorancia son los factores que en mayor grado determinan la <;lesigual–
dad social, nos eOITIprome±emos a fondo en
la prevención de la primera y en la masiva superación de la última.
Una filosofía de inspiraciones
La observación personal, <;le los proyec– ios que adelante en sus predios la escuela funda <;la por Sarrmel Zemurray y \Vilson Po– penoe, me ha revelado la filosofía de sus ins– pira<;lores, el ánimo del personal <;locente y
los rumbos que siguen los jóvenes que apren–
den trabajando y que iambién irabajan apren<;liendo. El gesto <;le optirnismo con que
abocan sus tareas y sus programas, es índice bien claro de que tienen conciencia exacta
de la I1ecesida<;l de América y de que, ade– más, confían en la inieligencia, en la foria-
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