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lOS PIOJOS DE LA PATRIA

ELISEO PElREZ CADALSO

H9-sia el salón de sesiones del Congreso Nacio~

na! llegó una exposición suscrita por los mineros de "El Cuebrachiio", pintando con folográfica amar~

gura la situación en que :trabajaban, y pidiendo me~

jores condiciones:

"Enframos a la mina a las ires de la mañana y no salimos de ella hasía las cuairo de la tarde.

Nunca vemos el 5011 vivimos en la perpetua noche

Los 1rabajos están a una profundidad de ires mil melras, donde la humedad causa derrumbes cons~

lentemente, sin que la Compañía se preocupe en

instalar un buen sistema de aqemes para contener.

los. A veces nos llega el agua arriba de la rodilla,

especialmente en invierno, razón por la cual nos suele atacar el reuma, pues dada la miseria de nues–

iros salarios no podemos comprar bofas ~pennea­

bIes. Los compañeros muerlos en los úlfimos días alcanzan número considerable entre reumáticos, afe– rrados, tuberculosos y silicosos Los pagos no se hacen en moneda legal corno manda la Consfitu– ción sino que en mercaderías al precio que fijan los patrones, y sale sobrando decir que jamas hemos comprado segundo vestido.

II

"Casi fodos los firmantes fenemos familia que manfener. La empresa nos aloja en barracones in– mundos, sin servicios de ninguna clas~. En cada. barracón viven hasta ocho y diez personas, feniendo que dormir unas encima de airas, como anintales

La huelga del año pasado era justa; pero el Gobier.

no de la República, considerándola como sedición, la sofocó por medio de los fusiles, ahogando mu· chas vidas Necesitamos, inaplazablemente, un sis– 1ema de leyes de trabajo y seguridad social

Tal el contenido de a.lgunos párrafos La com– parecencia de los mineros terminaba asíl "Pero pa– ra que los Honorables Padres de la Patria adquieran una visión exacta del problema, muy respetuosa– mente les rogamos hacer una visiia a este ceniro de

trabajo",

Mienfras el pliego pasaba a )a respeciiva comi–

sión para diciamen, el diputado Cannelo Gámez, alias "El Amigo de los Pobles", salió precipilada– menfe a infonnar de los hechhos al gerente Rubio, quien, visiblemente preocupado, preguntó:

-~Y qué podemos hacer?

-Pues gestionar pa' que nomblen una comi-sión de diputados amigos

-¿Y cómo se logra eso?

-Con ésto, mire (hizo señal de dinero). Si

usied me da diez mil pesos, yo me encargo de ese

frabajifo.

-Convenido.

El dipufado negroide salió loco de alegría. Cul-

minaba en él una VleJB. aspiraclon, cual ala ganarse la simpatía del amo blanco, desconociendo que éste lo despreciaba hasla el fondo por su composición racial, que era. 70% negro y el resio indefinido La regla es que la genfe de color tiene siempre el alma blanca, pero el hombre de nuestro cuento era tan obscuro por dentro como por fuera Co– menz6 a planear Pediría al presidente de la Cá– mara, a quien ofrecería una cena suniuosa, que nombrara una comisión integrada por Teófilo An– drade, Rosendo Núñez y él, ya que fales sujetos es– iaban a sueldo de la compañía

Pasó la cena -que no fue la última por cier– fo- y el dipufado Gámez presidió la comisi6n le– gislativa para visitar las Minas da "El Quebrachifo" Carrnelo GáInez te~ía una historia fea, tan fea como su figura. Porque era feo hasta llegar al abu– so Además de prieto tenía una expresión hario re– pulsiva Al reír m.ostraba una fotal dentadura de oro Usaba sombrero pajizO y, con un aire mecido al caminar daba la sensación de una hamaca en

movimienfo, por la enorme barriga, vale dech', el arca de sus lnás caros ideales

Algunos compañeros de cámara acostumbraban

jugarle bromas de mal gusto, pero "El Amigo de los

Pobres" las fomaba como reflejo de su arrolladora popularidad Entre otras cosas, contaban que cier.

:ta vez, yendo de propaganda dipufadil, lleg6 a una

aldea seguido de BU comiliva A fuer de persona.je central, ofreciéronle Una chinchona para que des· canSara mienfras preparaban el aln1uerzo. Dándo– se aire estaba cuando un mocoso de la casa, al verle

la barriga plominenfe, se le acercó meloso,

-Diputado: ¿verdá que cuando \tafé ienga chan– chitos me va a regalar uno'?

El día señalado para la inspección, los fres visi–

fadores salieron rumbo al lugar de los sucesos. Me~

jor dicho, los sucesos vienen después y pronto uste– des los conocerán. El dipufado·jefe había enviado previamente un mensaje a los jerarcas de la empre–

Ba. anunciándoles la llegada A media legua de

los trabajos se loparon con una delegación de fun~

cionarios y empleados de la mislna, quienes allí no

más ofrecieron champaña y whisky a tan ilustres parlanleniaI ios, llevándoselos después al sü:io que

se les había reservado Era casi m.edio día.

-~ qué hora visiiarán la mina'?

-Después de almuelzo -respondió Gárnez-· ¿Qué les parece, muchachos'?, dijo dirigiéndose a sus colegas

-JOkeyl, -~ontestaron los ofros, ya carones por los tragos.

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