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EXPLORACIONES YAVENTUARS EN HONDURAS

CONTENIENDO APUNTES DE VIAJE DE LAS REGIONES AURIFERAS DE OLANCHO y UNA REVISION DE LA HISTORIA Y DE LOS RECURSOS DE AMERICA CENTRAL

WlLLIAM v. WELLS

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Bahía de Fonseca.-Partida en bongo.-EI agua dulce.-Vol– cán de Cosigüina.-Erupción de 1835.-Aspecto presente.– Un "chubasco".-Noche en la bahía.-La mañana.-Isla del Tigre.-Puerto de Amapala.-Ventajas comerciales.-Recep– ción.-"La calentura".-Perspectivas futuras de la isla.-Fe– rrocarril interoceánico de Honduras.-Lb caza.-Excursión ci– negética.-En el cerro.-Los bucaneros.-Agresiones británi– cas.-Un venado.-Playa Brava.-Huevos de tortuga.--Las urracas.-Las guacamayas.-Sinsontes,-Productos.-EI ase-rradero.-EI Presidente Cabañas.-c1ima.-Comercio de

Amapala.

El sol surgió sobre las lejanas moniañas de Choluieca, y mieniras bogábamos las nu– bes mañaneras se disiparon rápidamenie con el calor crecienie. El pairón, en vez de encamin",rse directamenie a la isla del Tigre, viró ,hacia el Oesie y bordeó las playas de Cosigijinp.. Años anies, al examinar el rl;1a– pa de CeniJ;o América, había yo iomado esia bahíp.. (y la mitaq de quienes habían oído de ella han hecho lo mismo) cOmo una' irt– sign.i'fipl'inie enirada de la cosia, con unl'is pO· cas ,sIlias en su boca. Má,. iardEl, 9-1 leer las qescripaiones hechas pOr visitanies recienies, y después de exarr¡inar el mapa admirable que se hizo bajo la dirección de, Sir Bdward BelCher, llegué a considerarla como una ma" sa exiensa de ague¡ con un buen esiableci– mienio de puerio; >;l'las no es sino ahora, con sus proporciones magníficas anie mi, que me he formado un concepio exacto de su vasia capacidad, de los numerosos lugares de an– claje que presenia, de su navegabilidad, de su veniajosa posición y del inieresanie esce– nario que la borqea por iodas sus cosias. La península de Cosigüina se proyecta muy adeniro de la bahía por la izquierda, y el c!"bo, aunque forma uno de los promonio– nos de la enirl'ida, se exfiende al Noroesie más allá de nuesira visia. A la derecha, la

cos±~, que conlienza en Nicaragua, es un rrt.e–

ro hsión de tierra que se pierde en el Norie, y las moniañas de Honduras parecen levan– farse del borde de las aguas más bien que

~e un. llano, muchas leguas tierra adeniro. niomo me mosiró las islas del Tigre y Za– cafe Grande, dos moniañas que surgen del i

eno de ~a bahía, que apenas parecían azu– es monhculos en la disiancia y más allá de

las cuales uno puede navegar en bongo iodo "'1 día. Puede decirse con seguridad, crua ioda la floia mercanie de América podría guarecerse en esia gran bahía del Sur, en ningún ¡aspecto inferior a la de San Francis– co, y rodeada por ires repúblicas poseedo– ras contienen los más ricos depósitos mine– rales de Hispano América.

Impulsados por la fresca brisa, la iripu– lació" disemirtada en el bongo y abandona– da a la liberiad de la hora c:::~rtfaba algunas ionaqas típicas del país, en las cuales, ade– más de los aires peculiares españoles, a me– nudo hallaba yo un parecido a las salvajes e ina:rmónicas baladl'is de los· indios. perse– guidos por las largas ondas Anionio daba un grito esfridenie, algo así como el "hiyah!" de los mUChachos del Bowery; y echando un visiazo de confianza al inclinado másiil le pedía a su sanio pairono soplar!' agregan–

do una irreverencia, que a mi nlodo de pen–

sar no era la indicada para implorar la pro– iección del celestial personaje. Abrirnos una caja que yo iraía de Chinandega y de ella sacarnos un exquisito surtido de comestibles, gran parie del cual desapareció rápidamenie anie el apeiito voraz de la iripulación. Ga– né popularidad al hacer un equitativo re– paria de esias viandas. Había nacaiamales envueltos en hojas de pláiano, salchichas, frijoles y fruias en ial cantidad que nos hu– biera basiado para una docena de viajes. Al mediodía nos abandonó la brisa, se recogie– ron las velas y Se sacaron los remos; des– pués de una hora de remar el bongo ancló frenie al volcán de Cosigüina.

Como la marea no nos favorecería en

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