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« Previous Page Table of Contents Next Page »de un año en la ciudad de Turrialba, en Casta Rica, par ejemplo, se descubrió que de cada tres niñas, una no había probado nunca fruta o jugo de frutas, menos de la mitad de las criaturas de un año habían probado la leche después del destete, sólo una de cada cinco ha– bía comido alguna vez huevos, y solamente una de coda cien carne Las dietas adolecian también de falta de vegetales verdes y amarillos
Lo que los niños comían era maíz y frijoles y la dieta interrumpía el crecimiento o los mataba
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Los investigadores de la INCAP, después de desenmascarar al kwashiorkor como el oculto asesino de niños, buscaban la forma de terminar con su ame–
nazo
La UNICEF envió miles y miles de barriles de leche desgrasada en polvo a Centroamérica y Panamó No
ero difícil pora un país conseguir ese abastecimiento,
apenas implicaba algo mós que pedirlo Tampoco tu– vieron dificultades los gobiernos en poner la leche a disposición de los Hospitales Lo que resultó dificulto– so fue hacer llegar la leche en polvo a los niños de las
zonas rurales
El transporte era inadecuado, pues América Cen– tral es uno tierra de aldeas diminutas, al final de sendas de montaña capaces de asustar a una cabra Aun des– pués que los barriles fueron izados hasta una aldea por jeep, cami6n o a lomo de mula sub,sistía el problema de ocuparse da que fas niños tomaran leche La mayoría de las víctimas del kwashiorkor están por debajo de la edad escolar, de manera que la leche no podía ser distribuida por medio de las escuelas, aun en aquellas donde éstas existían En muchas aldeas se entregó el polvo a los padres, junto con folletos ilustrados en los que se indicaba con figuras la forma de mezclarlo con agua hervida Demasiado a menudo, cuando alguna enfermera de la INCAP o algún miembro del equipo médico del gobierno visitaban a las familias, se encon– traba con que los padres habían cambiada la leche al almacenero local por harinas de maíz, o se la habían dado a los cerdos o a las gallinas Las argumentado–
nes servían de muy poco, la escasa voluntad para se–
guir las sugestiones de los médicos, es un rasgo que ha fl.arecldo en América Central desde la conquista hispá–
~rca en las aldeas de las montañas la resistencia pa– Siva se encuentra en el centro de un modo de vida. Lo INCAP estableció centros sanitarios en poblaciones seleccionadas, donde los investigadores pudieran experimentar la técnica de distribución de la leche en polvo Idearon formas de adaptar la leche para su empleo en los alimentos típicos, y registraron
e~!fecta de las nuevas dietas en el crecimiento de los
nlnos
Acompañado por un hosco dietista guatemalteco que habia realizado su tarea de postgraduado en Es– tados Unidos, visité varias aldeas en las montañas al
~orte de ,la ciudad de Guatemala Seguimos la Ruta
anamencana cruzando una montaña que dominaba A
la. pequeña capital y al lago azul pálido, pasamos por nligua, Con sus bellas ruinas que se encuentran bajo
la sombra amenazadora del volcán Fuego (que hizo erupción unos días después), y nos separamos de la Ruta para entrar en una carretera estrecha y sombrea– da, bordeada por fincas de cafetales Las vainas de los cafetos eran grandes y verdes y las hojas estaban polvorientas Jornaleras entecos estaban preparando
los utensilios poro la cosecha anual, mós importante
para Guatemala que la cosecha de banana de las tie– rras bajas Los aldeas eran pequeñas, las casas de paredes de barro sin revocar, la gente delgado y 'apá–
tica
"Están sentados ahí y rumian sus pensamientos y no sabemos ni por asomo qué es lo que están pensan– do", dijo el doctor "Los jefes de aldeas nos dicen
una cosa, los socioantropólogos pueden decirnos otra
cosa, y los psicosociólogos desarrollan un tercer enfo–
que.
"A mi juicio las que han captado mejor la situación son las enfermeras La mayoría de ellas abandona las aldeas tan pronto como puede, imagíhese tan sólo una muchacha con la suficiente educación co–
mo para ser enfermera, viviendo en una aldea como
ésta después de que se pone el sol No hay electrici– dad, ni cinematógrafo, ní transporte, ni club, ni biblio–
teca, ni siquiera radio, a no ser que esté en mejor
situación financiera que la mayoria de las chicas que se dedican a ser enfermeras Tal vez tenga un fonógrafo y unos cuantos discos, siempre los mismos, una y Otra
vez, hasta que ya no los escucha más Tal vez tenga un libro para leer, después que ha escrito su informe a la Il'z de una lámpara o de una vela Si sale con los muchachos del pueblo, hablan mal de ella, si no lo hace, es una aristócrata de la ciuda¡j que piensa que es demasiado buena para la gente de Glllí Es una vida bastante dura para una muchacha, pero lo notable es que algunas de ellas permanecen, y aprenden y son de lo más útiles las cosas importantes las sabemos por medio de las enfermeras Ellas descubren cuando se desperdicia la leche y a veces hasta por qué y también pueden contarnos algo acerca de lo que piensan los aldeanos
"Algunas de las personas tenemos la impresión de que están llegando despacio y trabajosamente a la creencia de que la leche mantiene sanos a los niños. El experimento se ha estado desarrollando durante bastante tiempo como para que ellos vean la diferencia en los gráficos de peso y de altura Por otra parte, hasta pueden ver cómo los cerdos que toman la leche son más sanos que los que no lo hacen Ellos están aprendiendo y nosotros también, pero es un asunto
lento, lento"
El jeep se detuvo frente a un centra sanitario, hacia uno de los lados había una pequeña pileta de na–
tación, llena de agua y voda de niños "Dicen que
está demasiado fría" manifestó el doctor, "y tal vez lo sea, aquí hay bastante altitud Se esperaba que el
natatorio atraería a los niños al centro regularmente,
donde se supone que deben concurrir semanalmente para que se los pese y para tomar la leche en presencia de la enfermera
"Los niños no van re~ularmente; la joven enfer~
mera a cargo del centro dijo que los niños habían fal– tado a cerca de la mitad de sus citas. "Vienen si no
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