Page 44 - RC_1965_02_N53

This is a SEO version of RC_1965_02_N53. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

MARIA ELENA RODRIGUEZ DE MAGIS

El Colegio de México

crnéxico

y LAS CORRIENTES NACIONALISTAS

EN AMERICA LATINA

El hombre moderno, con su sentido de progreso infinito, acuñó el principio del na– cionalismo. Se trataba de un nacionalismo expansivo que debía forjar una sociedad fuerle que se convirtiera en la comprobación de la capacidad de todos y cada uno de sus miembros. Cuando el liberalismo trae a La.

tinoamérica todos los ideales de la Moderni_ dad y el deseo de incorporarse a ella y pla– nea el progreso de los distintos países, se di.

ce que en este momento empieza a despertar en el continente la conciencia nacionalista. Durante todo el siglo XIX, sin embargo, este nacionalismo no pasó de ser una mera fór– mula o ideal. El liberalismo latinoamerica~

no que se expresa a través de diferentes par. tidos, al igual que su opositor, el conservadu_ rismo, creó una seudoburguesía que encon– tró su mejor forma de desarrollo aliándose a los intereses occidentales, que en su proceso de expansión buscaban nuevos mercados. Al llegar el siglo XX las clases medias o gru. pos medios, que ya son mayorías, se sienten desplazadas por pequeñas minorías, al servi– cio de la gran burguesía occidental y comien– zan a manifestar su descontento en distintas partes del continente. Son los grupos me· dios marginados los que toman conciencia del papel de instrumentos de intereses que les eran ajenos, a que habían sido reducidos sus pueblos, y enarbolando la bandera del

nacionalismo, propiciaran m.ovÍIniento~ co–

mo la Revolución Mexicana y los dell1ás que se produjeron en el Continente al finalizar la Primera Guerra Mundial. Nacionalismo diferente, que nace con el propósito de lograr

una cohesión interna y una resistencia exte–

rior que les permitan salir de su situación de eternos rezagados. El nacionalismo así con· cebido es similar en todos los países latino; americanos, lo que varía es la forma como aparece y los fines y medios en que se apo-' ya. Pe; iodas sus manifestaciones es quizás

el meXlcano el más definido y de mayo~

fuerza.

El nacionalismo mexicano que la Revo– lución engendró y que es expresión auténtica de los grupos medios que la hicieron y orien– taron, se ha hecho sentir en el campo po1í±i– ca, económico, social y cultural. La genera– ción de ~nt,:,leetuales qu~ nació después de este mOVimiento ha dedicado especial aten– ción a s~ estudio y análisis dada la gran im–

porlanCla que en la vida del país ha tenido. Entre todos ellos el que con mayor enverga-

-34-

especial en las naciones más jávenes, donde se necesi– tan con frecuencia desarrollar un sentido de identidad nacional que de al pueblo respeto por sí mismo, y con· fianza en su capacidad de hacer frente con éxito al futura.

Estas elementos no son fáciles de definir, y la for– ma en que crecen no es fácil de medir

Pero quienes hayan pensado con la 1'!).ayor aten– ción en los problemas de los países subdesarrollados, creo yo, estarán de acuerda en que el compromiso de energía y de dirección, la voluntad de lograr el progreso económico y social, es algo mucho más importante que cualquiera otro factor en la tarea de alcanzar el desarrollo

Poder marchar dignamente ante el mundo, es sin duda alguna la motivación más poderosa que afecta actualmente a los países subdesarrollados

Una tercera y última lección que se puede derivar de la experiencia de las dos últimas décadas es la de que el desarrollo rural debe ser alcanzado, desde el in· terior, por los pueblos de los propios países subdesarro· liados. No puede Ser impuesto desde afuera

Esto es uno lección que hemos tenida que apren· der muchas Veces Todos estomas enterados de los magníficos informes, las planes impresionantes, los hermosos diagnósticos hechos por personas de fuera, que muestran en forma convincente cómo puede supe· ror el pueblo rural de uno u otro país, los obstáculos que afronta

Pero en caso tras caso, nodo se ha conseguido y el hecho cierto es que nado se conseguirá mientras el pueblo local no esté en el centro del proceso mien· tras no sea él quíen planifíque y ejecute los proyectos, no sepa cómo mantener, proseguir y utilizar lo que se ha construido

Demostraciones de esta verdad se pueden ver en muchas partes.

Hace diez o quince años, por ejemplo, se cavaron unos pozos, con mucho bombo, en las aldeas de un país Y pocos años después todos Jos pozos se acabo· ron y se llenaron de piedras

Cavar pozos parecía ser algo lógicamente bueno para los aldeanos, y algo que ellos ciertamente recibían con satisfacción Peso lo falta de conocimientos poro mantener y operar el sencillo equipo correspondiente, condujo a dejar los pozos inservibles

Hay también, además de los anteriores, otros lecciones de mucha utilidad para todos quienes se in· teresan en el desarrollo rural

-Es necesario un gobierno local responsable, paro utilizar efectivamente los servicios del gobierno Cen– tral

-Los aldeanos tienen un gran potencial de diri· gentes y pueden cumplir funciones en el gobierno local, si son entrenados y asistidos por gente en la cual ten,

gan confianza

-Los líderes locales seleccíonados por los propios aldeanos son quienes mejor pueden introducír mejores métodos

-La creación de grupos organízados, como las cooperativas, mejora los resultados de la demostración y el entrenamiento.

Page 44 - RC_1965_02_N53

This is a SEO version of RC_1965_02_N53. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »