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« Previous Page Table of Contents Next Page »ese tiempo eran unos ineptos, que en vez de dedicarse
o explicar el Catecismo aquellos simpáticos viejos, s610 vivían jugando tobo y chupándose el dedo
Menos mol sería que dijera ésto, pero no dice así,
sino que, como buen liberal, siguiendo el consejo de su maestro Voltaire de "columniad que de lo calumnio algo quedo", dice que aquellos curas eran unos rela– jados, objeto de befo, que nunco enseñaron religi6n, y se llevo de pecho o un Ulloa y Larios, a un Villami, o un Dub6n, a un Solazar, a un Orozco y otros gigantes que lucharon sin tregua ni descanso contra aquella corriente de inmundicias que fue el liberalismo Tam–
bién trato de relajas e inútiles o un Dr Cosco
que asombraba por su maravillosa erudición, a un
Pereira y Castellón que despuntaba con el torrente de
su elocuencia sublime,
Q un Dr Soría, pomposo, carita–
tivo, op6stol Si éstos, según el Dr Lejorza eran curas
relajados e infelices, nosotros Quién sobe qué seremos
Puede que hayo habido uno que otra menos bueno y algún pobre desviado "somos simplemente hombres" decia San Pablo <Hechos 10-26) Pero esto no auto– riza al Dr Lejarza para decir que la mayoría de los
curas eran relajados nosotros mismos podríamos
n<;mbrarle algunos abogados que son criminales, pero lelos de nosotros pensar siquiera que el Dr Lejarza y lo mayoría de los abogados son criminales, salvo mejor
opinión.
Nos extraño que un hombre de lo capacídad cul– tural del Sr Lejarza se lance o dar uno saluci6n ton simplista 01 liberalismo de los prahombres de los 30
Años Nos extraña también que un hombre de lo calidad moral del Sr Lejorza se atrevo o difamar libe– raimente o hombres que yo no pueden defenderse, o los Sacerdotes mártires del liberalismo Habría que bus– car otras causas que obligaran O aquellos patricios O
rendir culto o un error tan feo como el liberalismo sin
necesidad de lanzar acusaciones sectarios y apasiona–
dos A nosotros nos parece más racional pensar que fue el ambiente el que manch6 sus preclaros inteligen– cias El "estúpido sigla XIX" prafesó lo más irracio– nal, obsceno y sucio de los herejías el liberalismo Y
esto porquería ensució a muchos Y no ero para me~
nos según esto pestilenciol herejía, "ya no hada falta Dios los telescopios escrutaban los espacíos sin en– contrarlo no se hallaba en el fondo de los retortas ni
se dejaba someter al análisis químico ni matemático"
Renán extendía la partida de defunción del Cristianis–
mo cuando decía "vivimos de uno sombra y nuestros
hijos vivirán de la sombra de uno sombra" Nado se creía de lo que se había creído hasta entonces la me– tafísico, la teología, lo sobrenatural eran cuentos de viejos paro asustar o los niños y o los tontos y la Cien–
cia, con mayúscula, se ímponío La técníco destruía
a un tiempo el cáncer y los injusticia sociales, la tuberculosis y los abusos del copitol, y se llegaba o reo– lizor el sueño supremo de suprimir lo muerte Lo humanidad se ensayaba en la práctico del moñona lu– minoso, se habían apagado las luces del cielo y yo na– die serio capaz de encenderlos de nuevo pero en cambio torrentes de claridad inundaban la tierra y tor– naban despreCiable la penumbra que manaba de las alturas "¿Qué es la estrellita de Belén frente al foco
eléctrico?" Voltaire, Diderot, Rousseau eran los aban-
derodas de lo luz y lo voz del Popo Pío IX en el Sillobus
ero ahogado par uno grito infernal Se decía que su voz salia del fondo de la Edad Media poro sembrar un últi:
mo terror en las mentes humanas Las juventudes eron preparadas de acuerdo con estas sabios enseñanzas y o
lo niñez se le enseñaba o rezarle o lo Diosa Razón
Los creyentes eran víctimas del escarnio y los curas, así
despectivamente como los llamo el Sr Lejarzo, oves de mal agüero, mensajeros de lo oscuridad, espectros Ca–
vernarios No es de extrañar, pues, que aquellos gran~
des hombres de los 30 Años, habiendo ocupado la primera magistratura casi todos ellos durante su juven– tud, cuando no es sangre la que circulo por las venas sino fuego, pudieran verse libres de rendir culto 01 libe~
ralismo los hombres de los 30 Años fueron hombres
modernos en su tiempo
Durante nuestra niñez también nosotros fuimos
alcanzados por los últimos oleajes del liberalismo En nuestra pueblo todos los grandes persono jes, lo gehte culta eran liberales Nos sentíamos humillados de nuestra fe sencilla sabiendo que un Salvador Mendieta Alejandro Alemán, José Ignacio González, Moisés Gu~
tiérrez, etc, profesaban doctrinas superiores Se ne~
cesitabo mucho valor poro llevarles la contra hacíamos la señal de lo cruz temblando, llegábamos a lo IgleSia
con paso inseguro y nervioso volviendo a ver a todas
partes con el temor de ver lo risita burlesco o escuchar /0 carcajada volteriano En el lugar más oculto y os– curo, lo más disimuladamente posible y sin apenas mover los labios, rezábamos nuestros humildes oracio–
nes "que me enseñó mi madre para cantar mi fe"
Actualmente ya no hay ningún mérito en ser creyente
cuando hasta los incrédulos pregonan su fe y los maso– nes su religiosidad Hoyes un honor el ser Sacerdote cuando hasta lo Guardia lo respeto A veces recibi– mos algún salivazo, pero éste en vez de humillarnos nos enorgullece porque proviene de algún acomplejado protestante o de algún comunista andrajoso Pero aquellos pobres Sacerdotes que vivieron durante el im– perio del liberalismo, que como el mismo Dr Lejorza confiesa, eran objeto de befo, que se enfrentaron a aquello corriente impetuoso de suciedades, que recibie–
ron en sus caras el oleaje excrementicio liberal, esos
Sacerdotes son dignos del reconocimiento fervoroso de todas las generociones, y en vez de trotarlos de Curas relajados Como lo hoce el Dr Lejarza y lo hacen tom– b!én los liberales que aun quedan, muy pocos yo, por dIcho debieran reconocer que tenían razón y triunfa–
ron, aunque en la tierra ellos no pudieron ver su triun–
fo, mientras que el liberalismo ha tenida que ir o ocultar su derroto y su vergüenza 01 seno de donde soliá las concavidades del infierno
~i el Sr Lejorza no fuera liberal, usario su estu– penda pluma y los talentos que Dios le dio en contar los g/arios de aquellos Sacerdotes que lucharan, sufrie– ron y murieron víctimas del liberalismo Si el Dr Le– jarza na fuera liberal, se postrorío de rodillos y elevoría su corozón y su plegaria haCia aquellos Sacerdotes que por haber luchado, sufrido y muerto por su Dios y por
~u fe, lecibieron el premio a su martirio y, como dice la
Escritura, hoy reinan desde un trono de glorio al lodo del Eterno <Apocalipsis 3-21)
M. Baltodano, Pbro
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