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EXPLORACIONES YAVENTURAS EN HONDURAS

CONTENIENDO APUNTES DE VIAJE DE LAS REGIONES AURIFERAS DE OI..ANCHO

y UNA REVISION DE LA HISTORIA Y DE LOS RECURSOS DE AMERICA CENTRAL

wn.J.IAM \1'. ~

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La Sensitiva.-Helechos.-Flor de Lis.-LaureJ.-Rlo Almenda– res......:La Lima.-Rlo Guayape.-Hacienda de San Juan.-Va– \le de Lepaguare.-Una hacienda de ganado enOlancho.– Lepaguare.-EI General Zelaya. - Nuestro recibimiento.– Charlas.-Situación política de Olancho.-Topografía del de– partamento.-Elaboración de mapas.-Excursiones a caballo. -El clima.-Consejas populares.-Un paisaje.-Ruta hacia el Guayape.-Aspecto de la región.-Valle del Guayape.-"EI Murciélago"........."Las Lavadoras".-Lavaderos de oro.-La pri– mera cuna en Olancho.-Ricas excavaciones.-Gran agita– ción entre los nativos.-Evidencias de viejas mina$ y trabajos aborígenes.-Los bucaneros.-Galope hacia Barrozas.– Los cinco hermanos Zelaya.-Escribiendo Iq historia.

La maravilla Se me explicó, y ahora he Sabido por la primera vez que esta planfa abunda en las mesetas y las tierras bajas de tO,do Centro l\.mérica, p",ro como L. . .obser–

",0, ra,!'\mente se le ve~a ",n .té>.n 9randes cap'– hdades como aquí. Las enredaq"ras torm",– ban un colchón en buen trecho a lo lar90 de las márgenes del río. A intervalos podían verse también árboles de sensitiva, .erectos como de doce a dieciséis pies de altura y PJ;l."

Mientras L .. prepé>.raba su cuaderno de apuntes y Roberto y Víctor fumaban ci– garrof" a la vera de una sombra cercana, des– monté y examiné unas enredaderas y arbus– tos que al principio creí eré>.n de la especie de los helechos. "La reciente crecidé>. del ríq había sepultado lqs tallos bajo la arené>., de la cual, con un tirón vi90roso, traté de é>.rré>.n– carlas. Al momento, toda la. emredader¡;l present6 un aspecto tan extraordinario q~e

yo, involuntariamente, dí un saltq hacié>. é>.trás medio alarmado por lo que había .visto. l;as hojas, que se extienden como barbitas al la– do del tallo, se contrajeron lentamente y se plegaron juntándose corno si se hubieran ofer.ldido por mi procedimiento rudo. L .. que se hallaba sentado sobre su mula, se vol– vió al oír mi exclamación, y muerto de risa, probablemente deleitado con mi actitud me– ficulosa, me 9ritó: "es la planta sentitiva'"

(1).

(1) Conocida popularmente como "dormideta."

recidos en sus hojas y en sl,tdispo13.icióil jrri,– table a las planté>.s Yé>. descrité>.S. Reco9í uil palo can el cual dí un 90lpe seco en el i";""I– ca, inmediatamenie no sólo laE! hojas se en" cogieron sino que" hasta la.s Últimas" ra,rnifJ;l.s se incljI"\J;l.,on vil;¡iblel;n,eI"\ie lHicia, el frqI"\cC) padrj3.

Después seguimos por espesos co1chQp,,,,s de sensitivas, que formaban una. capJ;l. cam– pada que se ell:iendía un pie sobre el s~elQ

y que nuestras mulas trifuraban al pasar. El suelo parecía reiorcerse al paso de las ca– balgaduras, daI"\dq al engaño un s,sPmo de verdad.

En la parte más timbrosa del bosque por donde íbamos aparecían los helechos, de la.s especies pequeñas, con sus hojas obscura.s, espesamente adornados con hojas aserrádas, casi como el verdadero helecho de los Está– dos Unidos. Crecen en penachos y se mez– clan librernenie con el musgo y lasplanias espinosas que pqr doquiera se encuentran bajo los árboles.

Aquí observamos iambién ejempláreíl dé la "flor de lis" a orillás de los pequeños arro"' Vos. " La flor, según áreo,poco ditiere de la

de Europa y Norte América. ViVaríaS.Bl,tn¡J, elevación de más de 1.500 pies s91?re el ilivel del mar. El laurel :l:ambién se ve aqul fre– cuentel;n,ente y alcanza una alfura mayor que en el Norte, pues llega a veáes a cuarenta pies. El tronCQ eS nudQád y eil los bósqqeil

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