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I

PAGINAS DEL FERROCARRIL DEL PACIFICO DE NICARAGUA I

UN VIAJE

DE MANAGUA

A CORINTO

EN 1882

Nada diré de Granada a Managua, porque el camino es algo prosaico y bien conocido de todos Empezaré de Managua, donde comienza a tener interés por la variedad del escenario y de los incidentes que acompañan al viajero

Sale el Vapor "Amelia" a las cinco de la mañana, a los primeros albores del día y con una brisa fresca que vigoriza el espíritu Todo es encanto en esa hora El cometa con su hermosa cola semejante a un viajero misterioso en el cielo, y la luna y demás planetas vIsi– bles derraman una luz débil llena de encanto A lo lejos, hacia el sur yace la ciudad Capital óyense las campanas llamando a los fieles a dar culto al Ser Su– premo Mas allá percibense o la luz del crepúsculo las fallas de las sierras, en tanto que al norte del la,!" se dibujan las formas de las pintorescas montañas de la otra costa Todo este panorama se presenta alojo del observador, y el viajero lo contempla mientros el Vapor se prepara para emprender su carrera de cuatro y media horas Ya empieza a moverse, y los espíritus de los navegantes se alegran al sentir el viento fresco que produce aquel movimiento

A medida que va aclarondo el día, el espectáculo se hace más encantador La aparición del sol en el horizonte proyectando sus rayos sobre nubes de formas fantásticas, ofrece cuadros que hacen prorrumpir a los viajeros en gritos de alegria Que colores tan brillan– tes! Que combinaciones de tintes! Que hermosura! El espectáculo es más que grande, es majestuoso, pues se ve una de las manifestaciones de Dios en la hora más propicia paro la contemplación de sus obras, hora en que el hombre acaba de despertar del sueño que es

un verdadero misterio, vigorizado de cuerpo y reani–

mado de espíritu, y en que siente que todos los es– plendores y glorias de esa nueva creación son para él renovaciones de los beneficios diarios que hace brotar de todo lo que ha producido su mano Para un espíri– tu elevado el universo todo es una constante lección las estrellas más distantes, así como las más cercanas

y las planetas, obligan al espectador a exclamar con el poeta

What though in solemn silence 011, Move round this dark terrestrial ball; What· though nor real voice nor sound

Amid their radiant orbs be found, In reason's ear they 011 rejoice And utter forth a glorious voice, Forever singing as they shine. The and that made us is Divine.

-(Las cuales, aunque todas en solemne silencio jiran olrededor de este opaco globo terrestre, y aun– que no se perciba en realidad ninguha voz ni sonidó en medio de sus radiantes órbes, agrúpanse alegre al oído de la razón y profieren una voz glorioso, que can– ta eternamente a medida que brillan "La mano que

nos formó es divina")

Pero estas reflexiones llegan a su término el Vapor camina con más rapídez y nuevos paisajes se preséntan a cada instante a la vista del viajero, que no se cansa de contemplarlos

Después de pasar la punta llamada Chiltepe se cambia el rumbo para el Oeste y se nos presentan los cerros Momotombo y Momotombito y allá en la atmós– fera azul se vé el pico de El Viejo y otros volcanes cu– yos nombres no conozco, todos los cuales forman parte de la gran cadena que da a estas Repúblicas un carác– ter distintivo Ya vamos pasando un cerro elevado cuyo pico se vé a veces cubierto de nubees y cuyas faldas de arena indican que un día no remoto fue arro– jada esa materia por el volcán. Esa hermosa playa al pie del cerro convida a pasear y a hacer picnic, pero estas dive;siones las dejaremos para ocasión más opor– tuna, porque estamos acercándonos al puerto de Moábita y cada cual está ansioso de dar fe de su apa– riencia, sirviéndose de un binoclo viejo que haya bordo y que tiene la cualidad de hacer aparecer los objetos dobles

A las 10 de la mañana el pitazo del Vapor hace que todos los habitantes del puerto ocurran al muelle a donde atracará el buque pOCas momentos después, dando así término a uno de los paseos más deliciosos que imaginarse pueda

Pero ay de los entusiastas viajeros! Cómo des– cribir el viaje del ¡::>uerto de Moábita a León? Se hoS dice que la diligenciadebe llegar a las doce Corno puede un carro raquítico conducir a nueve personas?

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