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PROBLEMAS DE LA INTEGRACION

lrRANCISCO J. LAINEZ M.

Presidente del Banco Central de Nicaragua

De muy acedada idea puede calificarse la iniciativa de nuestra Universidad Nacio– nal, al organizar, con la enfusiasta colabora– ción de diversos orgBnism.os, el Prim.er Se– m.inario Nacional sobre la Integración Eco– nóm.ica Centroam.ericana, que se inaugura. Al dejar constancia de m.i expresiva felicita– ción por tan noble esfuerzo, m.uy necesario y útil para los nicaragüenses, quiero dar las gracias por la dislinción otorgada al brin· dársem.e la oporfunidad de m.anifestar algu– nas ideas acerca de tan im.podante tem.a.

Estam.os viviendo con entusiasmo la era de la Integración, pero debernos vivirla con sentido de realidad y no cam.o un sueño, ni com.o un producto de grandes ideas que se m.antienen flotando en un gran especfáculo, m.ientras los pueblos libran serias batallas por subsistir. Ciedam.ente, el desarrollo de la región centroam.ericana ha sido lenio, pe– ro han surgido cada vez con m.ayor fuerza, las justas dem.andas de nuestros pueblos por m.ejorar sUs condiciones de vida. Ante es– tos reclamos insoslayables, los gobiernos tra– tan de hacer realidad esos deseos, com.o úni– ca forma de consolidar una estructura social acorde con el rifm.o de progreso que exige el m.undo m.oc;'l.erno en que vivim.os. La in– legración ecollé/mica constifuye para nues– iros países uno de los principales caminos para acelerar el proceso dé desarrollo y lo– grar un m.ejoramiento real, en el nivel de vi· da de los centroam.ericanos. Hombres de ta– lento y visión han estudiado y puntualizado, en docum.entos de todos conocidos, la conve– niencia e innegables ventajas de la integra– ción, por lo cual no creo necesario referirm.e a ellas en esta ocasión. Me limitaré m.ás bien a presentar algunas reflexiones perso– nales, con la intención de tratar de favore– cer, en el terreno práctico, el n"lovimiento in– tegracionista, ya que en su ejecución hay problemas que considero no se han plantea– do con claridad ni afrontado con decisión, y que constituyen la razón por la cual a. veces se liene la impresión de que la inlegración no ha encontrado suficiente eco. De qué sirven las grandes ventajas si no se definen los problemas, si no se orienta y ayuda al público, y si nos conformarnos con una pro-

paganda intensa sobre algo que es más que un sencillo problema de mercado y compe– tencia?

La integración de la América Central constituye en primer lugar, un paso inteli– gente de la región en su posición actual y futura en Latinoam.érica, y en segundo lu– gar, un paso necesario frenie al resio del mundo. Hemos logrado un marco general mediante un conjunto de tratados de inte– gración y de equiparación arancelaria que ha despedado gran interés y merecido el re– conocimiento fuera del área. Empero, ca bría preguntarse: lo que hemos logrado, en qué condiciones lo hemos hecho? Se ha tra– bajado en un ambiente de amplia coopera– ción? Es nuestro movimiento lo suficiente– mente consistente frente al exterior? Esta– m.os convencidos, de que efecfivamente no existen serias dudas sobre algunos mecanis– mos y que también se hace necesario acla– rar algunos conceptos, para que en la prác– tica el proceso confinúe con un ritmo satis– factorio?

Creo que por muy comunes que sé pien– se que Son nuestros problemas, siempre exis– tirán serios obstáculos al movimiento y será de vital impodancia lograr una madurez que favorezca la integración. No debe pensarse que estos asuntos pueden manejarse única mente en un ambiente gubernamental, ±éc– nico y comercial. Si las circunstancias se desestiman o se pretende violentarlas; y la conducta humana, base de la economía, no coopera al proceso, no podrá adquirirse ja– más la madurez que la integración cen±ro– americana exige. No puede existir verdade– ra conciencia de la importancia de la in±e– gración, si los elem.en±os que tienen que coo– perar en ella desconooen sus venlajas y sus consecuencias. Sí no se comprenden y so– lucionan los problemas operativos, el movi– miento integracionista puede encontrar en los pueblos su peor enemigo. La integra– ción requiere un cambio de aC±ifud ante una nueva concepción, que sólo puede alcanzar– se mediante una amplia divulgación que permita despertar un verdadera interés de los empresarios, trabajadores y consurnido-

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